La mala racha bursátil de Telefónica se ha comido casi toda la mejora de beneficio de BBVA en 2017. El grupo presidido por Francisco González obtuvo un beneficio de 3.519 millones de euros, que supone apenas un aumento del 1,3% sobre las cuentas del ejercicio previo por culpa de haber tenido que contar minusvalías por importe de 1.123 millones por la pérdida de valor bursátil de la teleco.
El saneamiento obedece a la exigencia contable de la normativa internacional IAS39 de poner a valor de mercado aquellas participadas donde acumula caídas en la valoración superiores al 40% y han encadenado un mínimo de 18 meses con descensos bursátiles.
Telefónica ha asestado el revés porque su precio estuvo más de 22 meses por debajo del valor al que BBVA tenía contabilizado el 6,96% que controla en la compañía. El esfuerzo extraordinario impide recoger la evolución del resultado subyacente porque compara con un 2016 donde también se anotó un impacto millonario pero de solo 577 millones y que correspondió a las dotaciones para devoluciones de importes cobrados de más por las cláusulas suelo en hipotecas.
Sin el ajuste contable, el resultado batiría en un 19,7% al ejercicio previo y alcanzaría los 4.642 millones, apoyado en la generación de recursos y el mantenimiento a raya de los costes. La partida de ingresos recurrentes –margen financiero y comisiones- subió un 4,1%, y elevó el resultado bruto a 25.270 millones, lo que supone aumentar un 2,5% la rúbrica en comparativa interanual aún pese al cambio desfavorable de las divisas (a tipos constantes, subiría casi un 8%).
En contrapartida, los gastos de explotación se redujeron un 2,3%, permitiendo que el ratio de eficiencia que mide la parte de los ingresos devorados por los costes operativos se deslizó al 49,5%. La división de España contribuyó de forma decidida gracias a la materialización de las sinergias de la integración de CatalunyaBanc.
La ganancia en España sube un 53% por menores provisiones
Un factor que, junto con el ahorro de un 25,7% en la factura de provisiones - compara con las dotaciones extraordinarias por los topes hipotecarios de 2016-, y un avance del 5,7% en la recaudación por comisiones llevó en volandas la cuenta en España. Su resultado progresa, de hecho, un 52,7% -aporta 1.381 millones- por su negocio bancario en este mercado si bien hay que restar los 501 millones de pérdidas que aún acusó la actividad inmobiliaria a la que este año pasará, en gran parte, página cuando cierre la venta de sus activos a Cerberus
La región con mayor contribución al beneficio es México, con un resultado atribuido de 2.162 millones y que creció el 12,7% interanual, seguido de Turquía donde se disparó un 70% y sumó 826 millones por la evolución del negocio y al haber incrementado su participación accionarial; y Estados Unidos, donde sumó 511 millones (un 14,6% más).
El ejercicio 2017 ha sido un año de revisión de la posición del grupo y sus negocios en distintos países. Junto al acuerdo de venta del ladrillo a Cerberus, arrojó la toalla en Chile con la venta de la filial de banca minorista después de haber intentado aumentar cuota de mercado con compras sin éxito, minoró su posición en Argentina y ha convertido la subsidiaria de Portugal en una sucursal.
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