El contrato de auditoría de ACS visto para sentencia con KPMG como gran favorita

  • El consejo de administración del grupo constructor designará en su reunión de este jueves al sustituto de Deloitte para los próximos tres años.
El presidente de ACS, Florentino Pérez, ante la última junta de accionistas
El presidente de ACS, Florentino Pérez, ante la última junta de accionistas
ACS - Archivo

KPMG, la firma presidida en España por Hilario Albarracín, tiene todas las de ganar para convertirse en nuevo auditor de ACS. La decisión será adoptada este jueves al término de una jornada maratoniana de reuniones en el seno del grupo constructor que lidera Florentino Pérez y que culminarán con un consejo de administración decisivo para fijar el orden del día de la próxima junta de accionistas a celebrar el 10 de mayo. Entre los puntos del programa que será sometido a la asamblea general se incluye la propuesta del nuevo auditor encargado de tomar el relevo de Deloitte, la firma que ha estado trabajando para ACS desde hace más de veinte años.

La contratación del primer grupo constructor y de servicios en España constituye una de las referencias más apreciadas por las llamadas 'Big Four'. El cambio de auditor viene forzado por los acontecimientos ya que no tendría que haberse producido hasta el año que viene pero la multa impuesta el pasado mes de abril por el ICAC (Instituto de Contabilidad y Análisis de Cuentas) a Deloitte ha obligado a ACS a buscar una nueva firma de auditoría. A partir de ahí la empresa ha cursado invitación a las otras grandes marcas del sector, KPMG, EY y PwC, desplegando un intenso plan de trabajo que concluirá precisamente en la reunión del máximo órgano de gobierno de ACS convocada para este jueves.

Tras la presentación de las oportunas ofertas, el grupo constructor ha constituido una comisión especial de trabajo encargada de valorar los proyectos. Dicho grupo, encabezado por el consejero delegado de ACS, Marcelino Fernández Verdes, ha mantenido audiencias separadas con las tres auditoras a fin de que cada una de ellas pudiera defender directa y presencialmente las propuestas. Entretanto, la empresa ha solicitado también informes específicos para calibrar la imagen reputacional de las tres grandes auditoras en liza.

Tal y como informó hace unas semanas este periódico, KPMG, EY y PwC han tenido que pasar por un verdadero test de confianza dentro de ACS. Las bases de la licitación se han definido dejando claro que el precio no sería el elemento decisivo en la decisión, por lo que la compañía ha podido actuar con cierta discrecionalidad a la hora de elegir la opción que más le conviene. Los factores específicos y el historial particular de cada firma han pesado de manera decisiva en la operación sin menoscabo de la capacidad profesional de los tres concursantes para realizar el análisis contable de una entidad con multitud de filiales y operaciones repartidas por todo el mundo.

A la postre, la decisión que hoy tendrá que ser refrendada por el consejo de administración que preside Florentino Pérez ha venido dada por eliminación y a resultas de la relación de confianza que ha primado en todo el desarrollo de la licitación. KPMG ha ganado el papel de favorita en la medida en que las circunstancias han ido lastrando a sus dos grandes rivales. Tanto PwC como EY han tenido que enfrentarse a ciertas 'contraindicaciones' que han pesado lo suyo a la hora de determinar el ganador del concurso.

Factores en contra de PwC y de EY

En el caso de PwC el factor que ha podido desequilibrar la balanza en su contra ha sido el pasado profesional de su actual presidente, Gonzalo Sánchez, uno de los profesionales más acreditados del mercado pero que trabajó directamente para Iberdrola en el conflicto  mantenido hace diez años con ACS. Gonzalo Sánchez era entonces el responsable de la firma en el País Vasco, sede de la compañía eléctrica presidida por Ignacio Galán y centro neurálgico de las batallas legales que se dieron en las sucesivas juntas generales de Iberdrola.

PwC y su actual presidente se emplearon a fondo en apoyo de Iberdrola que, como se recordará, terminó ganando el pulso a ACS. Precisamente este mismo episodio es el que ha provocado ahora la sanción administrativa contra Deloitte, a la que el ICAC ha acusado de graves infracciones por incumplimiento de las normas de auditoría. Las recriminaciones del organismo dependiente del Ministerio de Economía están relacionadas con el número de informes que utilizó el antiguo auditor de ACS para valorar las participaciones financieras adquiridas en Iberdrola y que llegaron a alcanzar el 20% del capital.

La intervención directa en el'affaire Iberdrola' de Gonzalo Sánchez ha provocado lo que se podría considerar un particular e intransferible conflicto de intereses con ACS, pero sea como fuere PwC parece haber quedado fuera de combate. En lo que concierne a EY el gran problema reside en que esta firma es la actual auditora del Real Madrid. En puridad, dicha vinculación es perfectamente compatible con el contrato de auditoría de ACS pero Florentino Pérez y su equipo asesor en la constructora prefieren no dar cuartos al pregonero y evitar cualquier tipo de suspicacias. EY no está conflictuada con la constructora y hay quien piensa que todavía tiene cierta 'chance' pero sus opciones están claramente afectadas por el mismo principio que obligaba a la mujer del César. 

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