El fin de la 'guerra' familiar

Las Álvarez planean suprimir Cartera IASA para ser accionistas directas en ECI

Las herederas de Isidoro Álvarez se negaron a eliminar la sociedad patrimonial cuando su primo, Dimas Gimeno, lo solicitó para poder vender a terceros y a mejor precio sus acciones de los grandes almacenes. 

Dimas Gimeno y las hermanas Álvarez.
Dimas Gimeno y las hermanas Álvarez.
ECI

Movimientos en el capital de El Corte Inglés. Las hermanas Marta y Cristina Álvarez, presidenta y accionistas de los grandes almacenes, planean reorganizar su participación en la compañía tras la venta de las acciones que realizarán Dimas Gimeno y su madre de la patrimonial IASA. El objetivo es que su porcentaje del capital, ahora indirecto a través de la sociedad con la que Isidoro Álvarez les legó las compañía, pase a ser directo en un futuro no muy lejano, tal y como confirman a La Información fuentes conocedoras de estos movimientos. 

El plan de las herederas de Isidoro Álvarez consiste en eliminar la histórica IASA, de manera que tanto las dos hermanas propietarias de El Corte Inglés, como su 'tío' César Álvarez, pasarían a tener un porcentaje del capital de los grandes almacenes de forma directa. Este gesto era el que pedía el propio Gimeno desde hace años para poder vender su participación a un precio mayor al mejor postor. Al suprimir Cartera IASA, el expresidente y su madre hubieran tenido acciones de El Corte Inglés que hubieran sido más atractivas en un potencial mercado secundario. 

A día de hoy, y según los datos oficiales, la patrimonial Cartera de Valores IASA tiene un 22,18% del capital total de El Corte Inglés, siendo el segundo accionista solo por detrás de la Fundación Ramón Areces. El capital de la sociedad de la que ahora Dimas Gimeno y María Antonia Álvarez venderán su participación, como adelantó este medio, se quedará tras la operación de la siguiente manera: poco más del 22% -la parte transaccionada- pasará a manos de El Corte Ingles, un 9% seguirá a nombre de César Álvarez y el resto se divide en partes iguales entre Marta y Cristina Álvarez -poco más de un 34% cada una-. 

Si finalmente, tal y como se plantea, desaparece IASA, El Corte Inglés convertiría la actual participación de Gimeno y su madre en autocartera y sumaría al porcentaje actual un 5% más de los grandes almacenes. Por su parte, César Álvarez tendría alrededor de un 2% de participación directa en el grupo y las hermanas Cristina y Marta conseguirían a través de la operación un total del 15% de las acciones. Adicionalmente, el capital de El Corte Inglés se completaría con el actual 37,39% en manos de la Fundación Ramón Areces, el 10,22% que tiene PrimeFin -empresa del jeque Al Thani-, un 9% propiedad de Ceslar y un 7% de Cartera Mancor. 

La operación de compraventa a la familia Gimeno cierra una guerra familiar que lleva acumulando episodios desde el fallecimiento del expresidente Isidoro Álvarez. La firma, que se producirá en aproximadamente mes y medio, tal y como confirman fuentes conocedoras a La Información, se llevará a cabo a un precio de alrededor de 145 millones de euros, una cifra que acumula un descuento de alrededor del 70% con respecto a la última oferta que había puesto sobre la mesa Dimas Gimeno hace menos de dos años. 

El momento en que se produce la compra-venta no es casual y tiene un trasfondo puramente económico. Dimas Gimeno y su madre se vieron obligados a hacer frente al pago de alrededor de 70 millones de euros como  Impuesto de Sucesiones por la participación indirecta de El Corte Inglés que heredaron tras el fallecimiento de Isidoro Álvarez, ya que no se pudieron beneficiar de las bonificaciones fiscales como consecuencia de la adopción de sus primas -Marta y Cristina- por parte del expresidente. Pero entonces no podían hacer frente a ese pago y tanto Dimas como su madre solicitaron a la Comunidad de Madrid un aplazamiento de diez años. 

Si no se vendían antes de junio, Santander podría haber ejecutado la deuda y entrado en el capital de IASA

A partir del quinto año, es decir, desde 2019, el expresidente y su madre debían comenzar a pagar la deuda con intereses, pero la situación económica de la familia no había mejorado y solicitaron la ayuda de Banco Santander, que les concedió financiación a cambio de una pignoración de las acciones. Es precisamente ahora, en el mes de junio, cuando vence esa deuda, por lo que de no ser repagada, Santander podría ejecutarla y quedarse con la participación, una situación que en El Corte Inglés querían evitar a todas luces. 

De hecho, una de las condiciones que se han puesto para firmar la venta es que las acciones se trasmitan libres de cargas, entre las que destacan la fiscal y la financiera con el Banco Santander. El Corte Inglés pagará así unos 145 millones a la familia a través de una operación que, pese a no tener que ser autorizada explícitamente por la banca como señalan fuentes de los grandes almacenes, sí que ha estado bajo la lupa de aquellas entidades que hace apenas unos meses aceptaron darle más liquidez para afrontar el golpe de la Covid. La que llegó a ser la mayor empresa privada del país enterrará definitivamente -salvo sorpresa- el hacha de guerra familiar tras el cierre del que será uno de sus peores años. 

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