El fondo de pensiones de Milwaukee pasa a ser el nuevo gran acreedor del Madrid

  • Los títulos de deuda para financiar el Nuevo Bernabéu han sido distribuidos entre grandes inversores institucionales y compañías aseguradoras de EEUU.
Nuevo Santiago Bernabéu
Nuevo Santiago Bernabéu
Real Madrid

Florentino Pérez protagonizó este martes su particular baño institucional de multitudes para presentar rodeado de políticos el denominado Bernabéu del siglo XXI. Una ceremonia equivalente a las que el presidente madridista acostumbraba a celebrar estos últimos años tras la consecución de las sucesivas Champions League, cuatro en los últimos cinco años. A falta de pan, buenas son tortas, más si cabe teniendo en cuenta que la masa social madridista va a adquirir a partir de ahora un nuevo perfil financiero de la mano de las entidades que van a aportar los multimillonarios recursos destinados al nuevo y más galáctico Estadio del Real Madrid.

JP Morgan y Bank of America Merrill Lynch tienen ya totalmente distribuidos los títulos de la deuda que asumirá el club por importe total de 575 millones de euros. Los dos bancos de inversión han colocado los llamados ‘Bonos Bernabéu’ entre grandes instituciones de inversión y compañías aseguradoras de Estados Unidos, entre las que destaca el fondo de pensiones de Milwaukkee, en Wisconsin, ciudad conocida a nivel mundial por su industria cervecera y en España por el equipo de baloncesto en el que juega ahora Pau Gasol. Hasta allí ha llegado la fama del Real Madrid que este año ha vuelto a situarse como líder mundial por ingresos de acuerdo con la Football Money League que elabora la consultora norteamericana Deloitte.

El club que preside Florentino Pérez ha encontrado en el mercado estadounidense su particular tierra de promisión para compensar en materia económica lo que en el terreno deportivo se ha considerado una temporada de transición; esto es un año sin ningún título en España ni en Europa. El Real Madrid lleva varias campañas trabajando a fondo el desarrollo de su imagen al otro lado del Atlántico con giras veraniegas que además de aportar interesantes beneficios para las arcas del club han ido cultivando un ‘equity story’ capaz de atraer primero la atención y luego la aportación directa de los grandes bancos y entidades de inversión expertas en la financiación del mundo del deporte en Estados Unidos.

El desarrollo corporativo del club pasa por definir un marco de gestión y explotación del Santiago Bernabéu aprovechando el fondo de comercio que aporta la marca del Real Madrid, sin duda una de las franquicias de mayor relevancia mundial. El reto lo ha cuantificado el propio presidente cuando señala que la nueva casa de la entidad debe convertirse en el principal polo de atracción turística en Madrid y aportar 150 millones adicionales de ingresos sobre los 750 contabilizados en el último año por el club. Sobre este importe se estructuran las garantías para los bonistas ya que la deuda de 575 millones no tiene respaldo hipotecario, sino que será rentabilizada con los ingresos comerciales que se obtengan con el futuro estadio.

A estos efectos el Real Madrid ha contratado al gurú en marketing deportivo, Dave Hopkinson, procedente de los Toronto Raptors de la NBA, quien trabaja desde hace meses para el club a instancias del fondo de inversión Providence, otro de los aliados estratégicos con los que el Real Madrid trata de explotar un salto cuantitativo en el mercado online. Providence aportó hace dos años un total de 200 millones a cuenta de los futuros ingresos comerciales de la entidad. El fondo estadounidense  se garantiza a cambio una participación del 20% de toda la facturación que acumule el club excluyendo los derechos televisivos y las ventas de taquilla.

Una clave para entender el objetivo del proyecto

Florentino Pérez ha puesto a funcionar la máquina de hacer dinero del llamado Santiago Bernabéu del siglo XXI antes incluso de que haya empezado a meter la piqueta. Quizá eso explica el afán del club en llevar a cabo la remodelación del estadio a pesar de la negativa del Tribunal Supremo al proyecto original y por encima incluso de la reconstrucción que todos los analistas deportivos pensaban que acometería el equipo de fútbol tras la salida de Cristiano Ronaldo. Las obras se iniciarán dentro de un par de meses y estarán terminadas, según previsiones, para el comienzo de la temporada 2022/2023.

El máximo responsable de la entidad ha dejado muy claro que la proyección de futuro del club depende ahora del nuevo Bernabéu como una especie de símbolo icónico y fuente de financiación que permitirá al Real Madrid mantener su nivel competitivo frente a los grandes capitales que están irrumpiendo en el planeta fútbol. La base de la estrategia reside en la importancia de contar con un estadio enclavado en el centro de la ciudad y por el que pasan, aunque sólo sea a retratarse con un selfie, más de seis millones de personas al año

Sobre este mercado potencial y el que pueda derivarse de la imponente red de infraestructuras que existe en España el Real Madrid pretende disponer de una instalación que albergue no sólo partidos de fútbol sino todo tipo de espectáculos capaces de multiplicar los ingresos atípicos que cada vez son más importantes para las grandes marcas deportivas. El club trata así de homologar sus laureles deportivos con una escalada de ingresos financieros, integrando en el mismo proyecto las ilusiones de los socios y abonados más veteranos con las ambiciones de rentabilidad que impulsan a los noveles bonistas en su condición de principales acreedores del Real Madrid.

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