Los proyectos que cambiarán España

El hidrógeno verde del País Vasco como acicate para la reconversión industrial

La inversión de 1.300 millones de euros en el entorno del Puerto de Bilbao ya está en marcha, pilotada por Petronor (Repsol) al que se han apuntado 58 empresas, 12 centros tecnológicos y 8 instituciones.

corredor vasco hidrogeno
El hidrógeno verde del País Vasco como alternativa en la reconversión industrial.
Petronor

Los fondos ‘NextGeneration’ supondrán mucho más que un alivio para la economía española y europea. En realidad, ofrecen la posibilidad de cambiar un modelo basado en la baja productividad por otro en el que la innovación y el valor añadido serán los patrones de crecimiento durante las próximas décadas. En términos generales, la inversión pilotada desde Bruselas ascenderá a 806.900 millones de euros, en lo que será el mayor paquete de estímulos jamás financiado en el continente, ya que, junto al presupuesto ordinario de la UE, se sumarán 2.018 billones de euros dirigidos a una “Europa más ecológica, más digital y más resilente”.

Se espera que el País Vasco reciba unos 5.700 millones de euros de estos fondos, sobre el total de 70.000 millones en forma de préstamos que recibirá España durante los próximos años. El gobierno de Vitoria ha enmarcado todas las incitativas en el Plan Euskadi Next 21-26 con el objetivo de adaptarse a los condicionantes que ha marcado la pandemia para el próximo lustro y siempre a partir de tres focos principales y coincidentes con los europeos: energía, ecología y digitalización. En total se han presentado 188 proyectos que están organizados en ocho ejes: salud, aprendizaje, generación de energía renovable, movilidad sostenible, digitalización, hábitat urbano, hábitat natural y economía circular.

Todos estos ejes los aúna el corredor vasco del hidrógeno (BH2C). Un proyecto llamado a cambiar radicalmente las infraestructuras energéticas de Euskadi y España. El proyecto tendrá una inversión de 1.300 millones de euros hasta 2026, generando más de 1.300 puestos de trabajo directos y 6.700 indirectos. El ánimo del corredor es cambiar radicalmente la industria vasca, orientándola hacia la descarbonización, la economía circular y la tecnología verde, y todo basado en el hidrógeno como vector de transformación. Euskadi reúne las características esenciales para convertirse en punta de lanza de esta nueva concepción energética y lo hace gracias a la existencia de tres puntos clave de la economía y la industria vasca, auténtica protagonista de la operación.

En primer lugar, la refinería de Muskiz, propiedad de Petronor, que tiene un esquema de conversión y una capacidad de destilación de 12 millones de toneladas de crudo al año será el centro de transformación para el futuro. Sus instalaciones se extienden por más de 200 hectáreas, con una capacidad de almacenamiento de 894.000 m3 de crudo, 1.279.000 toneladas para materias primas, 922 miles de m3 de productos acabados y 254.600 m3 de productos intermedios. Sin embargo, lo que realmente llama la atención de la refinería no son tanto sus datos de transformación de crudo como su capacidad de conexión a la red marítima.

Este es precisamente el segundo punto fuerte de la Comunidad Autónoma. La refinería está conectada con la terminal marítima del puerto de Bilbao mediante un poliducto, compuesto por siete líneas de intercambio de propileno, GLP, gasolina, gasóleo, fuelóleo, crudo y otra de productos especiales. Junto a la refinería y los gasoductos, el puerto de Bilbao se configura como el tercer eje del proyecto. La experiencia del puerto recibiendo barcos cargados de GNL será fundamental a la hora de reconvertirse en un auténtico ‘hub’ del hidrógeno en Europa, reutilizando las infraestructuras ya existentes y con la participación del denominado “ecosistema industrial vasco”, aglutinado en el consorcio del Corredor del Hidrógeno constituido en febrero y compuesto por 78 organizaciones, entre las que se encuentran 8 instituciones, 12 centros de conocimiento y asociaciones empresariales y 58 empresas.

Con respecto a las empresas destacan, además de Petronor - Repsol, Aena, Enagas, Ingeteam, CAF, Siemens, Tubacex, Bilogistik y Talgo, mientras que, por la parte institucional, tanto el Ente Vasco de la Energía, como las diputaciones y el Gobierno Vasco participarán en las diferentes fases y proyectos de BH2C. La aspiración es crear “un proyecto abierto y en constante búsqueda de nuevos socios con el objetivo de fomentar el uso y sobre todo la explotación industrial y comercial del hidrógeno verde, un sector por el que están apostando con fuerza las empresas energéticas”.

Independiente de la asignación o no de los fondos NextGen, lo cierto es que el proyecto ya está en marcha. En una primera fase, de aquí a 2026, se prevé una inversión superior a los 1.300 millones de euros con el objetivo de producir 20.000 toneladas de hidrógeno verde, un requisito imprescindible para acceder a los fondos anuales. De esta manera se evitará la emisión de 1,5 millones de toneladas de Co2. El macroproyecto está liderado por Petronor - Repsol, que considera este proyecto esencial en su objetivo de convertirse en una compañía cero emisiones netas en el año 2050 y cuyo cometido es aunar “el desarrollo de la cadena tecno-industrial del hidrógeno” y ser un revulsivo para la “reactivación económica”, según señaló Elías Unzeta, gerente de Petronor Innovación, en una conferencia en el Grupo Vasco del Club de Roma.

La refinería de Muskiz jugará un papel fundamental en todo el proceso. De los 1.300 millones iniciales se prevé que la mitad se destine a la producción de hidrógeno con una capacidad instalada final de 112 megavatios, repartida en tres instalaciones que alimentarán la producción industrial y química de Petronor en la zona. Para cerrar el círculo de la economía sostenible, se construirá una central generadora de Biogas alimentada por hidrógeno a partir de residuos sólidos urbanos.

Del resto de la financiación destacan los 250 millones de euros destinados al desarrollo industrial y la digitalización de la zona y otros 50 millones que irán dirigidos a I+D+i aplicada a la utilización del hidrógeno verde en los sectores industrial, residencial y de movilidad. Además de la planta de biogás y la remodelación de las instalaciones portuarias y refinerías, la finalidad es aprovechar los usos y desarrollo industrial del hidrógeno con la instalación de una fábrica de electrolizadores, el desarrollo de pilas de combustible para su almacenamiento, hidrogeneradoras y proyectos de movilidad en el desarrollo tanto del autobús como el tren de hidrógeno. En este sentido, Repsol y Talgo han firmado un acuerdo para el desarrollo conjunto de proyectos para impulsar la creación de trenes de hidrógeno renovable, fomentando así el transporte ferroviario sin emisiones en la Península Ibérica.

Gas natural por hidrógeno verde

Euskadi ha apostado históricamente por el gas natural. En 2019 la demanda de esta materia prima se incrementó un 20,5% con respecto al año anterior debido al incremento de su utilización por parte de los ciclos combinados. Aunque el uso doméstico e industrial también aumentó lo hizo en una proporción mínima, debido a su fuerte y tradicional implantación en la Comunidad Autónoma. La sustitución de gas natural por hidrógeno de origen renovable se constituye como un vector y polo de atracción de inversiones e industrias con base en el País Vasco.

No hay que olvidar que el hidrógeno es en sí un gas, pero, pese a ello, no se considera una fuente de energía sino un vector energético adecuado para almacenar, transportar y transformar energía en un escenario en el que oferta y demanda no terminan de casar, por lo que el almacenamiento y su posterior transporte resultan esenciales en la estrategia nacional y europea de una energía más versátil, limpia y fácilmente almacenable.

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