El maíz OGM de Monsanto no es peligroso para la salud, según informe francés

  • París, 12 feb (EFE).- El maíz genéticamente modificado que produce la firma estadounidense Monsanto, y cuyo cultivo está suspendido en Francia desde hace un año, no es peligroso para la salud, según un informe de la Agencia Francesa de Seguridad Sanitaria de los Alimentos (AFSSA) publicado hoy por 'Le Figaro'.

París, 12 feb (EFE).- El maíz genéticamente modificado que produce la firma estadounidense Monsanto, y cuyo cultivo está suspendido en Francia desde hace un año, no es peligroso para la salud, según un informe de la Agencia Francesa de Seguridad Sanitaria de los Alimentos (AFSSA) publicado hoy por "Le Figaro".

El informe contradice otro en el que Francia se apoyó para prohibir los cultivos de Monsanto.

"La AFSSA considera que los elementos del informe Le Maho (...) no aportan ningún elemento novedoso que ponga en duda la seguridad sanitaria" del maíz transgénico MON 810, que es el que produce Monsanto, indica el texto hecho público por el diario.

El informe se ha "mantenido en secreto" -prosigue el rotativo- ya que data del pasado 23 de enero.

La Agencia Europea de Seguridad de los Alimentos (EFSA) dijo en un informe publicado el pasado 31 de octubre que los datos esgrimidos por París sobre ese tipo de maíz no aportan una prueba científica que contradiga los informes de la propia EFSA, que cataloga el maíz como "sano para la salud humana, animal y sin peligro para el medio ambiente".

La Unión Europea (UE) desacreditaba así la "precaución" francesa, que suspendió el cultivo del maíz transgénico hasta que se pudieran realizar estudios suplementarios para analizar sus eventuales riesgos para la salud.

Hace un año, Francia, representada por su ministro de Ecología, Jean-Louis Borloo, formalizaba una demanda de la cláusula de salvaguarda después de prohibir el cultivo de ese tipo de maíz.

Será el propio Borloo quien explique la posición del Gobierno francés el próximo 16 de febrero en Bruselas, ante la Comisión Europea.

El procedimiento que defiende París ante las instituciones europeas permite a un estado miembro prohibir en su territorio el cultivo de un producto transgénico aprobado por Bruselas, como en el caso del MON 180, siempre que la decisión esté sustentada por evidencias científicas.

Desde el Ministerio de Ecología galo todavía no se ha producido ninguna reacción a las informaciones publicadas.

Por su parte, el líder antiglobalización francés José Bové, activo militante antitransgénicos, declaró a la emisora "France Info" que el informe "no va a cambiar nada" porque la Agencia francesa "siempre ha defendido los OGM".

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