Es el termómetro que mide la situación económica y que anticipa lo que se viene encima, tanto si es bueno como si las perspectivas son poco halagüeñas. Y todo indica que se nos encaminamos a lo segundo. Los grandes de la distribución comercial y los fabricantes del sector de la alimentación asumen que hay señales económicas que alertan sobre el futuro más inminente.
"Es posible que tengamos dificultades para crecer el año que viene", reconocía este jueves Javier Campo, presidente de Aecoc, la asociación que agrupa a casi todos los grandes del sector. En total, 28.000 compañías (desde Mercadona, a El Corte Inglés, pasando por Coca-Cola, Heineken o Danone, hasta las filiales de los grandes grupos de comercio online como Amazon o Alibaba).
Signos de preocupación que ya empiezan a ser patentes. En volumen, las ventas de todo el sector de la distribución ya están cayendo un 1%. Sin embargo, se sostienen en valor (en precio) gracias a la inflación, según explicó Campo a los medios durante el congreso anual de la distribución, al que acuden cerca de 1.000 directivos. En valor, el próximo año, es otra historia. Si crecen los ingresos, la previsión es que, como máximo, lleguen al 1%.
El del comercio no es una voz en mitad del desierto. Coincidencia o no, el aviso de la gran distribución (que exigen la puesta en marcha de reformas estructurales que permitan cambiar de rumbo) llega el mismo día que el Instituto Nacional de Estadística (INE) admitía que el empleo sigue creciendo pero ha levantado el pie del acelerador. En el tercer trimestre, cuando el turismo se convierte en el motor de la economía, se crearon 183.900 empleos, 53.000 menos que en el mismo periodo de 2017. Aunque la mayor alarma llegó del dato del paro, que ha registrado la menor caída desde 2013, cuando la crisis económica y financiera arreciaba.
Esos datos poco prometedores no sólo se concentran en España. Más allá del temor por la evolución de la la economía italiana, después de que Bruselas le obligase esta semana a rediseñar su presupuesto, el Banco Central Europeo también percibe que los últimos datos macroeconómicos indican una "debilidad superior a la esperada". El presidente del BCE Mario Draghi destacó en un discurso este jueves que los salarios empiezan a repuntar, pero que "esto no es suficiente para cambiar el escenario principal de crecimiento".
Los cifras de las empresas
En cuanto a los datos financieros hasta la fecha, las compañías ligadas al consumo tampoco están tirando las campanas al vuelo en sus últimos resultados. Uno de los motivos, que algunas de estas empresas están muy condicionadas por cómo vaya el turismo y si las temperaturas en verano les son propicias.
Una de ellas, la multinacional Heineken, ha reconocido que, en los nueve primeros meses del año, sus ventas en volumen (en litros) en España se recortaron en un porcentaje de un sólo dígito (aunque se reservó el dato concreto en su información a inversores). Su responsable de Relaciones Corporativas y Legal de Heineken en España, Marcos Tarancón, ya adelantó en julio que dudaba de que la compañía dueña de Cruzcampo pudiese "cerrar el 'gap' y crecer en volumen" en el conjunto del año, después de una primavera que tampoco fue propicia para el consumo de cerveza por la persistente lluvia.
Es algo similar a lo que le ha sucedido a Coca-Cola European Partners, la embotelladora de la multinacional en Europa. Ha concluido los nueve primeros meses con una caída de ingresos del 1% en la región Iberia (que integra España, Portugal y Andorra). La multinacional, presidida por Sol Daurella, asume que en España y Francia sus ventas se han suavizado. "España se ha visto impactada negativamente por una evolución del turismo más débil en el pico de los meses de verano", admitía el gigante de los refrescos. En las próximas semanas, las compañías que desgranen resultados podrían ir lanzando mensajes similares.
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