El secreto que agita a las petroleras: caída de márgenes y de ventas a partir de 2020

  • Compañías como Repsol o Cepsa buscan diversificar el negocio y tomar posiciones en las renovables ante los cambios que se avecinan
Gráfico petróleo.
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Gráfico petróleo.
Gráfico petróleo.

Como en las familias, las empresas también tienen sus secretos. Algunos son del pasado y otros del futuro. En el sector petrolero corren informes reservados que explican el cambio de estrategia, todavía discreto, que protagonizan compañías como Repsol o Cepsa en España, cada vez más interesadas en el sector renovable.  La mayor eficiencia de los motores, la sustitución de calefacciones a gasóleo y los vehículos eléctricos anticipan un  fuerte descenso en el consumo petróleo y carburantes en los próximos años en Europa en general y en España en particular.

Para las compañías que viven de encontrar, procesar y vender derivados del petróleo la pregunta clave no es si se producirá el declive del consumo, sino cuándo se producirá. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) en su informe World Energy Outlook 2017  marcó el pico de consumo en la Unión Europea (UE) en algún momento entre 2016 y 2025 con espectaculares descensos en el consumo -medido en toneladas equivalentes de petróleo-. De 516 millones de toneladas equivalentes de petróleo consumidas en 2015 a 433 millones en 2025 en el escenario base. Una caída del 18% que llega al 42% en 2040.

Para España, el pico de consumo llegará, según estudios encargados por una de las grandes compañías en 2023. A partir de ese año, pronostican un fuerte declive de la demanda. Hasta entonces, el consumo, que fue profundamente afectado por la crisis, irá en aumento. El director general de la Asociación Española de Operadores de Productos. Petroliferos  (AOP), Álvaro Mazarrasa, cree que, efectivamente, la caída puede producirse en esas fechas "aunque no será brusca, sino más bien una tendencia progresiva".

Un descenso pronunciado

Mazarrasa destaca que, en estos momentos, la demanda de crece en porcentajes del 2,5%. Pero el consumo de petróleo y sus derivados no llegará a los niveles anteriores a la crisis. "Entre 2007 y 2017" explica Mazarrasa, "el consumo de petróleo ha caído un 22%, de 75 millones de toneladas equivalentes (tep) a unos 57 millones".

Las cifras de AOP revelan que la economía española, creciendo al 3% y recuperado el producto interior bruto (PIB) anterior a la crisis, funciona de forma más eficiente con menor consumo de petróleo. Y esa tendencia se mantendrá en el futuro. 

En el corto plazo, no hay signos preocupantes. El presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio de Madrid, Ignacio Arellano, cree que en los próximos años, las ventas de carburantes seguirán creciendo. Aunque es cierto, admite "que las compañías nunca hablan más allá de cuatro o cinco años vista".

Sí lo hacen, aunque con mucha prudencia, cuando hablan de diversificación. Repsol, que busca oportunidades de inversión en el sector renovable, tiene como tiene como líneas de exploración un Laboratorio de Electrificación del Transporte; la empresa IBIL –con el Ente Vasco de la Energía- para suministro de energía en el coche compartido; el proyecto Spain 2017, para impulsar un sistema de propulsión híbrido en el transporte y la empresa Scutum (15,4%) que trabaja en baterías para motos eléctricas.

Cepsa, por su parte, también ha anunciado que apuesta por las nuevas formas de producir energía. Su consejero delegado, Pedro Miró, explicó en el Congreso que quiere invertir en el sector eólico.

El negocio se estrecha y toca apostar por cosas nuevas. La era del petróleo no se va a acabar mañana, pero hasta la Agencia Internacional de la Energía advierte que vienen cambios para las empresas: "Hasta mediados de los años 2020" sostiene "el crecimiento de la demanda sigue siendo robusto en el Escenario de Nuevas Políticas, pero a partir de entonces se desacelera notablemente cuando una mayor eficiencia y cambio de combustible reducen el uso de petróleo para vehículos de pasajeros".

El negocio de refino

El futuro llega con descensos en el consumo y también en los márgenes del negocio de refino. Carbon Tracker, organización que analiza la transición energética y su impacto en los mercados, prevé que un escenario marcado por la reducción de emisiones, la demanda mundial de petróleo podría disminuir hasta un 23% en 15 años. Menos petróleo, sostienen los especialistas de la organización, equivaldrá a menos actividad de refino. Y a menores márgenes. En 2035, prevén, el beneficio bruto de las refinerías podría caer más del 50% -desde los 147.000 millones de 2015-.

Una de las claves de todo el cambio será el coche eléctrico, aunque su impacto en el consumo mundial no será importante a corto plazo. La petrolera Cepsa, en un informe presentado en Abu Dabi el mes pasado, lo dijo claro: en 15 años, no hay miedo al nuevo vehículo eléctrico. La petrolera cree que los coches con motor de combustión acapararán todavía en 2030 una cuota del mercado global del 85%, dejando a los híbridos un 10% y tan solo un 5% a los puramente eléctricos. 

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