El Tribunal de Luxemburgo decidirá el futuro de los permisos laborales de Dia

  • La Audiencia Nacional solicita al máximo tribunal de la Unión Europea que se pronuncie sobre cuándo deben disfrutarse los permisos en el grupo.
Sede del Tribunal de Justicia de la Unión Europea en Luxemburgo.
Sede del Tribunal de Justicia de la Unión Europea en Luxemburgo.
Efe

El máximo tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) tiene sobre la mesa la 'patata caliente' de decidir cómo van a contabilizarse los permisos retribuidos del grupo Dia. Una decisión, para la que no hay fecha, que le ha requerido la Audiencia Nacional tras la demandas presentadas por los representantes de los trabajadores. Un caso cuya resolución puede ir más lejos y tener consecuencias más allá del grupo de supermercados madrileño.

Se trata de las reclamaciones presentadas por tres sindicatos (CCOO, UGT y Fetico) para lograr que Dia cuantifique de otra forma los permisos retribuidos, matrimonio incluido. Es decir, si deben disfrutarse o no en días hábiles para los trabajadores.

"El debate que se nos propone exige determinar qué sucede" cuando hay "permisos retribuidos que comportan el derecho a ausentarse del trabajo, con derecho a remuneración" y que coinciden con otros periodos de descanso, como el "semanal" o las "vacaciones anuales", se pregunta en su resolución la Sección primera de la Audiencia Nacional, en la que pide la opinión del alto tribunal comunitario, fechada a principios de octubre.

La propia Audiencia enfrenta la postura de los sindicatos y de la empresa en este caso. Por un lado, indica que "los demandantes defienden que todos los permisos deben iniciarse en día hábil y, salvo el de matrimonio, disfrutarse también en día hábil". Por otro, que la empresa defiende "que los permisos deben iniciarse desde que se produce el hecho causante, sea día hábil o no, y disfrutarse sin solución de continuidad en los días siguientes", independiente de si se está librando o no por cualquier otro motivo.

El problema de fondo, según la Audiencia, es que el Estatuto de los Trabajadores no es lo suficientemente claro al respecto y, por eso, le pide a Luxemburgo que arroje luz sobre el tema. Asume que según el citado estatuto pueden superponerse dos tipos de libranzas: descansos, por el motivo que sea, y vacaciones.

Las dudas de la Audiencia

"Y si se admitiera que, en tal caso, no cabe la posibilidad de diferir el disfrute del permiso a un momento distinto del periodo de descanso, este último podría vaciarse de contenido", indica la Audiencia. El porqué: "los trabajadores tendrían que dedicar su tiempo de descanso semanal o sus vacaciones a resolver los problemas provocados por la actualización del estado de necesidad propio de los permisos retribuidos, que están destinados legalmente a satisfacer necesidades distintas".

La Audiencia reclama así a Luxemburgo que le aclare cuál es su opinión, de acuerdo al Derecho comunitario, sobre esta "simultaneidad" de libranzas. Y asume el calado de la decisión porque reconoce que el Tribunal Supremo ya se pronunció sobre esta misma materia en febrero de 2018, aunque sin sentar jurisprudencia. En este caso, el alto tribunal español señaló que "los permiso se conceden para su disfrute en días laborables, pues en días festivos no es preciso pedirlos porque no se trabaja", resume.

Desde esa decisión, señala la Audiencia Nacional, "se multiplican las demandas judiciales instando que se declare que los permisos retribuidos no han de coincidir con días no laborables, por lo que es importante conocer la interpretación del TJUE".

Este auto coincide en el tiempo con la crisis de negocio y financiera que vive el grupo Dia en los últimos meses. En sólo unas semanas, la compañía ha reconocido una caída de ventas en España (sin desvelar cómo ha afectado a su rentabilidad hasta septiembre), ha revisado sus cuentas del pasado año y ha puesto en cuestión la continuidad de todas sus divisiones (estudia la venta de parte de su red, por ejemplo de la cadena Clarel).

La primera prioridad de la cadena de supermercados dirigida por Antonio Coto es poner orden a sus finanzas y a su deuda. Para ello, ultima un pacto con sus bancos acreedores para reestructurar 900 millones de pasivo y ha ampliado de 1.200 a 1.500 millones el límite de la emisión de bonos que tiene viva en Irlanda.

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