Informe del INE

Solo las eléctricas evitan el desplome de ventas en plena batalla contra Hacienda

El Índice general de Cifra de Negocios Empresarial retrocedió un 0,3% en julio, situándose en negativo por primera vez desde marzo. Los únicos que se salvan de la quema son los grupos de suministro de energía.

Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola; Francisco Reynés, presidente de Naturgy; Josu Jon Imaz, CEO de Repsol y José Bogas, CEO de Endesa
Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola; Francisco Reynés, presidente de Naturgy; Josu Jon Imaz, CEO de Repsol y José Bogas, CEO de Endesa
La Información

Solo las eléctricas se salvan de la quema. El Índice general de Cifra de Negocios Empresarial (ICNE) retrocedió un 0,3% en julio, según los últimos datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El indicador volvió a situarse en negativo por segunda vez este año. La primera fue en marzo, cuando los mercados aún estaban digiriendo el estallido de la invasión de Ucrania. De los cuatro grandes sectores que pondera el INE, solo las eléctricas han logrado sortear el desplome generalizado de ingresos, justo cuando el sector ha lanzado su ofensiva contra el nuevo impuesto a su facturación que ha diseñado el Ministerio de Hacienda.

Las compañías de suministro de energía eléctrica y agua, saneamiento y gestión de residuos fueron las únicas que mantuvieron una evolución positiva de su cifra de negocios en julio, según el último informe del INE. El conjunto presentó un aumento mensual del 5,6% frente al incremento del 2% del mes anterior. La evolución contrasta con la de julio de 2021, cuando este grupo sufrió una caída de su facturación del 0,1%. 

Las empresas vinculadas al negocio eléctrico y de tratamiento de residuos viven un alza de ingresos récord para la serie histórica, de acuerdo con la tasa de crecimiento anual que presenta el conjunto. El pasado julio, esta se situó en el 98,6% (una vez corregidos los efectos estacionales), frente al 32% del mismo mes de 2021. 

La foto que ha difundido el INE coincide con las últimas cuentas semestrales que han presentado los grandes grupos energéticos del Ibex 35. La cifra de negocios de Iberdrola superó los 24.400 millones de euros al cierre de los seis primeros meses de 2022, frente a los más de 18.700 millones que registró en idéntico periodo del pasado ejercicio. Un 30% más. Repsol reportó más de 40.200 millones de euros de facturación, frente a los cerca de 22.000 millones de 2021. Un 83% más. 

Las ventas de Naturgy experimentaron un crecimiento del 83%. La primera gasista sobrepasó los 16.700 millones de euros entre enero y junio de este año, frente a los 9.130 millones del ejercicio anterior. La facturación de Endesa creció otro 64%, al disparar sus ventas a 14.851 millones de euros, frente a los poco más de 9.000 millones del primer semestre de 2021. 

La cifra de negocios de las cuatro 'grandes' eléctricas superó los 96.151 millones entre enero y junio de 2022

La cifra de negocios conjunta de las cuatro 'grandes' superó los 96.151 millones de euros solo en la primera mitad del año. Precisamente es esta partida contra la que carga el nuevo gravamen que el Gobierno presentó en el Congreso el 13 de septiembre. El departamento que dirige María Jesús Montero se ha cuidado de no mencionar la palabra 'impuesto' en su proposición de ley sobre el nuevo rejón a las eléctricas. Para evitar enredos judiciales, Hacienda lo ha bautizado como una "prestación patrimonial de carácter público de naturaleza no tributaria"

La idea del Gobierno es activar un gravamen del 1,2% a las ventas de las eléctricas para recaudar alrededor de 7.000 millones, según   las estimaciones del propio Ejecutivo. La medida, de carácter extraordinario, afectará a los resultados de 2022 y 2023. La medida ha soliviantado al sector. La patronal Aelec (antes Unesa) y algunas formaciones como el Partido Popular han exigido que el eventual impuesto se adhiera a la hoja de ruta de la Comisión Europea, que también valora una tasa especial a los grupos energéticos. 

El planteamiento de Bruselas pasa por centrar el futuro impuesto en los superávits obtenidos por las empresas vinculadas al negocio del petróleo, el gas y el carbón al calor del descontrol de precios en el mercado energético. Esta opción beneficiaría a los asociados de Aelec -Iberdrola, Endesa y EDP-, en detrimento de los líderes del mercado de hidrocarburos como Repsol, Naturgy, Cepsa, BP o Shell. Además, el tributo que defiende el Ejecutivo comunitario no se orienta a gravar los ingresos sino los beneficios, una partida mucho más vulnerable a las filigranas contables de las compañías.

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