Las eléctricas tendrán que invertir 7.000 millones para 'facilitar' el autoconsumo

  • Las grandes compañías tienen que revisar la red de baja tensión que gestionan para atender las necesidades de un millón de instalaciones hasta 2030.
Gráfico autoconsumo.
Gráfico autoconsumo.

Va a ser todo un reto. La explosión de los proyectos renovables y del autoconsumo va a poner a prueba la capacidad de las compañías distribuidoras para actualizar la red capilar -baja tensión- por la que distribuyen la electricidad. Sólo en esa red -la de alta tensión  es cosa de Red Eléctrica de España-, las cinco grandes eléctricas y los centenares de pequeñas compañías que se han apuntado al negocio, tendrán que invertir hasta el año 2030 en torno a 7.000 millones de euros, según cálculos de Deloitte.

Endesa, Iberdrola, Naturgy, Viesgo y E-Redes  (EDP) han gestionado la distribución de energía hasta la fecha como si se tratara de un río. Corriente y aguas abajo. El decreto de autoconsumo aprobado este mes impone otro modelo. De pronto, el río lleva agua (electricidad) en dos direcciones. Las empresas distribuidoras deberán gestionar los excedentes de los nuevos productores. Es todo un cambio que va a poner a prueba la red.

Redes, chispas y convenio

En alguna de las grandes empresas ya están saltando chispas porque, en plena negociación de convenio, los sindicatos están evaluando la situación real de la red y las necesidades de inversión. Las cantidades comprometidas son elevadas. El informe de la consultora Deloitte sobre 'La contribución de las redes eléctricas a la descarbonización de la generación eléctrica y la movilidad' calcula que la modernizacion de las líneas de baja tensión, las subestaciones de media tensión y la red de transporte exigirán inversiones de 15.000 millones hasta 2030 sólo para integrar de forma eficiente el autoconsumo. El 46% de esa cantidad, en torno a 7.000 millones, debería ir destinada a la red capilar que gestionan las distribuidoras de las cinco grandes compañías eléctricas.

Gráfico inversiones.
Gráfico inversiones.

El objetivo es adecuar la red para integrar hasta un millón de pequeñas instalaciones de autoconsumo (6Kw de media)  que participarán de forma activa en la demanda. Es todo un reto si se tiene en cuenta que en la actualidad apenas si existen un millar de esas instalaciones. Viviendas unifamiliares y bloques de pisos y pequeñas empresas serán los protagonistas. No se trata de poner más cables. Las inversiones necesarias para integrar autoconsumo van por otro lado: en capacidad de control para evitar fallos y corregir sobretensiones; sistemas de protección ante averías y regulación de tensiones; transformadores automáticos y elementos avanzados de electrónica de potencia.

Inversión y rentabilidad

Las necesidades de inversión están claras. La rentabilidad que reclaman las empresas por cubrir esas necesidades del nuevo escenario lo están menos. El transporte y la distribución de energía eléctrica son actividades reguladas. Se retribuyen de lo que todos los usuarios pagan en el recibo de la luz. Y la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) intenta ajustar lo máximo posible la retribución de una actividad que atrae a los grandes fondos de inversión porque prácticamente carece de riesgo.

Cada año, según los informes de la CNMC, el transporte y la distribución de electricidad se llevan un pedazo de la tarta que es el negocio eléctrico de unos 7.000 millones. La mayor parte, en torno a 5.400 millones se la reparten las grandes eléctricas -especialmente Endesa e Iberdrola, que cobran en torno a los 2.000 millones cada una- y las pequeñas distribuidoras. Red Eléctrica de España (REE) cobra otros 1.600 millones.

Gráfico pagos distribución.
Gráfico pagos distribución.

Competencia entiende que la rentabilidad satisfecha hasta ahora excede lo razonable y por ello ha propuesto al Gobierno -que tiene la última palabra- que a partir de 2020 y hasta 2025 la rentabilidad para la actividad de distribución llegue al 5,6% como máximo. La retribución que propone la CNMC no ha tenido en cuenta todas las alegaciones de las eléctricas y de su patronal Aelec (la antigua Unesa). Y ello a pesar de los informes encargados a consultoras de primer nivel como Deloitte, Nera o Analistas Financieros Internacionales. Los informes coincidían en que la retribución más ajustada para los próximos cinco años en las actividades reguladas no debía bajar del 7%.

En defensa de sus tesis, Aelec esgrimió ante Competencia la retribución que obtienen otras actividades reguladas en sectores como el de las telecomunicaciones o el aeroportuario. En ambos, según las fuentes consultadas, las rentabilidades superan el 6%. Las empresas no discuten de la metodología aplicada en el cálculo por la CNMC. Sólo quieren más dinero. Sobre todo ahora, que han saltado las barreras que frenaban el autoconsumo.

El potencial del autoconsumo en España es grande. Una vez que se han simplificado los procesos administrativos y que está claro el aumento de competitividad, se han roto los diques. Deloitte estima que existen 6.000 MW de potencial económicamente viable de autoconsumo en España, con un "elevado" peso del sector industrial (40%). Pero hay que gestionarlo y para ello hace falta dinero. E hilar fino para que el usuario no sea, además, el limón exprimido en el proceso. La CNMC tiene un papel fundamental en la supervisión de todo el proceso. De momento, según las fuentes consultadas en el organismo, es escéptica con las cifras.

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