Detenido en Málaga 

Emilio Lozoya, el 'niño-dios' mexicano que intentó echar a Brufau de Repsol

  • El exdirector general de Pemex está acusado de haber recibido sobornos de la firma brasileña Odebrecht. Fue socio de López Madrid,  exCEO de OHL. 
Emilio Lozoya, exdirector de Pemex. /EFE
Emilio Lozoya, exdirector de Pemex. /EFE

El Grupo de Localización de Fugitivos Internacionales de la Policía Nacional ha detenido en Málaga a Emilio Lozoya, exdirector general de Pemex. El ejecutivo mexicano fue colocado en el centro de las investigaciones que la Fiscalía de México llevó a cabo por la trama de corrupción de la constructora brasileña Odebrecht, por lo que ha sido detenido, y también bajo la lupa de los investigadores del caso Lezo, ya en España, que rastrean el posible reparto de comisiones por parte de OHL a cambio de adjudicaciones en el país que hoy capitanea AMLO

Pero las redes del ahora detenido en las empresas españolas empiezan mucho antes y van más allá de la amistad y los negocios con el que fuera CEO de OHL, Javier López Madrid. El exjefe de la multinacional petrolera y hombre de confianza del expresidente Peña Nieto fue uno de los ejecutivos con más poder en el mercado energético global, y eso incluía de manera especial al sector petrolero en España. 

Lozoya encarnó en primera persona una cruzada contra los ejecutivos de más alto nivel de Repsol, empresa encabezada por Antonio Brufau. Las tensiones que se generaron como consecuencia de la expropiación de YPF fueron aprovechadas por el socio mexicano para intentar llevar a término una operación para tomar el control de la petrolera española. Desde Pemex se apelaba entonces a una hipotética debilidad de Brufau con el fin de forzar un cambio en el modelo de gobernanza. 

No era la primera vez que lo intentaban. Incluso desde antes de la llegada del ahora detenido, otra empresa española, Sacyr, encabezada entonces por Luis del Rivero, había unido fuerzas con la mexicana para hacerse con el control de la petrolera. Ambas compañías desvelaban en 2011 la existencia de planes de alianza que consistían en sindicar sus participaciones y alcanzar el 29,8% del capital. Pero finalmente fallaron y los planes se desmoronaron. 

Pemex intentó lograr una división de los negocios y la incorporación de un directivo mexicano como consejero delegado de la empresa española. El ahora detenido, Lozoya, llegó a señalar en público que la retribución que percibía Brufau de Repsol estaba fuera de todas las normas internacionales: “Criticamos su sueldo y su gestión”, dijo. El impacto de las declaraciones en España fue muy importante por aquel entonces pero la petrolera reaccionó a tiempo y solo unos días después Brufau cerró un pacto con el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner para poner fin al conflicto argentino de YPF.

Este movimiento le ayudó a consolidar la posición de Brufau y, a la vez,  sofocó las ambiciones de Pemex y su entonces todopoderoso gerente para asaltar lo más alto de Repsol. El 'niño-dios' mexicano, como se le llegó a denominarse quedó entonces a las puertas de la petrolera española pero no dejó de lado los negocios y siguió adelante maniobrando con otras firmas nacionales para tratar de llegar lo más alto posible. 

La relación con López-Madrid

Emilio Lozoya se movía como pez en el agua en varias empresas españolas. Ejemplo de ello era su asociación con Javier López Madrid, exCEO de la constructora OHL, en manos de los Villar Mir. Para llevar a cabo pagos derivados de los negocios conjuntos, Lozoya habría empleado hasta cinco sobrenombres diferentes -Marce, Mari, Nach, E y Black Swan-, señalaron agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil en un informe al que tuvo acceso La Información

Casualidad o no, Lozoya ha sido detenido en España, concretamente en Málaga, un sitio en el que su poder nunca llegó a cuajar como sí lo hizo en México. La Fiscalía Mexicana y la Policía Nacional española obtuvieron indicios que situaban al fugitivo en diferentes localidades españolas, según señalan fuentes oficiales del Ministerio del Interior, pero el alto poder adquisitivo y sus lazos internacionales complicaron su localización.

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