Más de 9.300 despidos 

El empleado de Caixa que se suba al ERE tendrá 50.000 euros más que el de BBVA

La plantilla del grupo fusionado recibirá una indemnización media que será un 20% superior a la pactada en el otro gran ERE bancario protagonizado por la entidad que preside Carlos Torres. 

CaixaBank plantea un ERE para 2.157 empleados
Exterior de una oficina de CaixaBank
Europa Press

La diferencia entre la indemnización media que recibirá un empleado de CaixaBank y otro de BBVA es de 49.167 euros, según los costes estimados por cada entidad para hacer frente a sus procesos de reestructuración. El banco que ha absorbido Bankia, con la principal intención de mejorar la eficiencia vía reducción de costes, calcula que su Expediente de Regulación de Empleo (ERE) tendrá un impacto de 1.900 millones de euros, unos 294.482 euros por trabajador despedido. El proceso del banco presidido por Carlos Torres entiende que le costará 720 millones de euros, lo que en su caso supone unos 245.315 euros de media por persona. 

A pesar de la supuesta prohibición legal para despedir a empleados por la pandemia, las principales entidades financieras empezaron el año 2021 dejando entrever su delicada situación financiera tras las millonarias provisiones dispuestas, un lastre que acentuaba los propios problemas sectoriales de baja rentabilidad o el efecto de las tecnologías y la entrada de nuevos competidores. Prácticamente a la par, en la misma semana de abril, CaixaBank y BBVA anunciaron su intención de deshacerse de forma conjunta de más de 12.000 personas. El de la entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri se ha convertido en el mayor ERE de la historia bancaria española. 

Las negociaciones en ambos casos resultaron en un combate en el que ninguna de las partes en un principio parecía querer ceder. De hecho, los procesos fueron objeto de crítica en las juntas generales de accionistas, en las que los sindicatos tomaron la palabra enfrentándose directamente a los propios directivos, criticándoles por los altos sueldos que precisamente se sometían a aprobación en esas citas. El enfrentamiento ha sido tal que hasta el Gobierno se vio obligado a posicionarse. La ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, fue la primera en salir a la palestra, pero le siguió el Ministerio de Trabajo enviando sendas cartas de advertencia en las que requería a las direcciones una mayor flexibilidad, o el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, quien cargó contra los sueldos de los banqueros en alguna ocasión. 

No obstante, el intervencionismo del Gobierno fue limitado. Al poco de pronunciarse en este sentido, la titular de la cartera económica aseguró que sus ruegos ya habían sido escuchados por la alta dirección de ambos bancos. No opinaban lo mismo los sindicatos, que lamentaban la inmovilidad en la negociación. Hace apenas dos semanas, Calviño reconocía que los despidos masivos son imprescindibles en el sector bancario. Eso sí, hizo un guiño a la representación laboral reiterando que los procesos traumáticos debían realizarse bajo la premisa de reducir en la medida de lo posible el número de bajas y, sobre todo, bajo la voluntariedad. 

El ERE de CaixaBank fue el primero que se anunció y el menos inesperado tras tener en cuenta la absorción de Bankia. Aún así, fue en el que más se apuró el calendario dada su complejidad y envergadura. Por primera vez en sus 117 años de historia, los empleados del banco salieron a la calle en dos huelgas generales que tuvieron un seguimiento prácticamente pleno. Finalmente, los sindicatos lograron que el banco cediera en casi todos los aspectos, pero principalmente en la línea roja que no estaban dispuestos a sobrepasar: la voluntariedad. La aplicación unilateral de las medidas ha sido uno de los principales miedos en la negociación sindical.

Los sindicatos de CaixaBank creen que el resultado de su ERE es el mejor de todo el sector financiero

La crispación inicial en torno al gran ERE de CaixaBank era inmedible, si bien los sindicatos creen ahora que se trata del mejor despido colectivo firmado en todo el sector financiero. La entidad propuso inicialmente el recorte de 8.291 empleos, pero la representación laboral considera que su estrategia y firmeza permitió rebajar la afectación hasta los 6.452 y mejorar todos las condiciones, incluida la movilidad. El banco llegó a plantear la movilidad forzosa, por ejemplo, desde Murcia a Barcelona, o desde las Islas a la Península. En declaraciones a 'La Información', CCOO no descarta que vaya a producirse otro ajuste en el futuro, recordando que el sector está cambiando y que la entidad ha acometido uno cada dos años. 

El ERE de BBVA también supuso un importante conflicto, pero las partes lograron sellar la paz antes. Para los sindicatos de esta entidad, la voluntariedad también era una condición innegociable. Asimismo lo era la eliminación de la cláusula de equilibrio generacional que pretendía aplicar, que establecía que la mitad de los despidos debían ser asumidos por menores de 50 años. Al final, el 72% serán mayores de 50 años y un 28% menores de esa edad. No obstante, la entidad insistió en que tendrá en cuenta la idoneidad para el desempeño del rol y el puesto, la formación, la capacitación, el potencial y la polivalencia funcional, es decir, la meritocracia. En este proceso, que se saldará con la salida de 2.935 personas, las movilizaciones, los paros y la huelga también fueron un motor clave para desencallar la negociación y conseguir que BBVA acabara cediendo desde una posición muy dura. 

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