El gran dilema de la patronal catalana: un líder más soberanista o Sánchez-Llibre

  • Las elecciones en la patronal catalana previstas para diciembre se decidirán en clave nacional o independentista. Los movimientos ya han comenzado.
Juego de tronos en Foment por el adiós de Gay de Montellà en plena crisis catalana
Juego de tronos en Foment por el adiós de Gay de Montellà en plena crisis catalana

La patronal Foment del Treball Nacional celebrará a finales de año unas elecciones marcadas en rojo en el calendario de los empresarios no solo catalanes sino también de otras partes del territorio nacional. El mundo de los negocios mira con atención hacia un territorio especialmente convulso en el último año por el desafío soberanista y la fuga de centenares de empresas. Joaquín Gay de Montellá dejará paso a un nuevo dirigente en unos comicios en los que se decide si la patronal catalana apuesta por una línea se trabajo en clave nacional o gira hacia una apuesta soberanista

Tres nombres se encuentran ahora mismo en boca de los empresarios catalanes. El primero es el del propio Gay de Montellá, que ha protagonizado este mismo verano algún movimiento que no ha gustado en sectores opositores de Foment. El todavía presidente ha retrasado las elecciones en la patronal hasta finales de diciembre de este año, después de los comicios que también se celebrarán en la CEOE y que tienen a Antonio Garamendi como gran favorito para suceder a Juan Rosell. Se trata de un hecho que será histórico, ya que siempre Foment del Treball ha celebrado sus comicios antes que los de la patronal nacional.

A esta situación hay que sumar la decisión de Gay de Montellá de poner en marcha una fundación en Foment en la que solo pueden estar al frente de la misma expresidentes de la patronal. Él, por tanto, podría optar al cargo y también podría hacerlo Juan Rosell, que fue su predecesor. De hecho, Gay de Montellá llegó a ofrecer a Rosell la presidencia de esta fundación a principios de verano cuando dejara su cargo al frente de la CEOE, en diciembre. No todos en la patronal catalana están de acuerdo con este movimiento que consideran un "favor innecesario".

De forma paralela, los empresarios están viendo una ambiciosa campaña de Josep Sánchez-Llibre para presidir Foment del Treball. En las últimas semanas el que fuera diputado de CiU en el Congreso durante seis legislaturas ha multiplicado sus actos, tantos en público como en privado, con el objetivo de posicionarse de cara a esas trascendentales elecciones. Sánchez-Llibre cuenta con el apoyo de Rosell, ya que es responsable de relaciones con las Cortes de CEOE, y también con el visto bueno de un potente sector de Foment que valora de él sus buenas relaciones con el Madrid de los despachos de poder.

Sánchez-Llibre, por tanto, es el precandidato mejor posicionado en este momento para presidir la Foment que deje Gay de Montellá. Su punto fuerte es la citada labor de lobby que puede hacer en Madrid, más si cabe en un periodo convulso entre políticos y empresarios. Su punto débil, en cambio, es el pasado político que tiene y las críticas que recibe por no ser un empresario como tal. En efecto, la compañía de conservas Dani la gestiona su hermano Daniel y Josep Sánchez-Llibre es el vicepresidente.

Antoni Abad, presidente de Cecot, la patronal vallesana de pymes, microempresas y autónomos, es quien más posibilidades tendría de disputar la presidencia a Sánchez-Llibre. De momento, el empresario no ha desvelado cuáles son sus planes y ha emplazado a la vuelta del verano para anunciar si se presentará a las elecciones de Foment. Abad es acusado de connivencia con sectores nacionalistas, unas críticas que para su entorno no tienen sentido ya que lo único que él defiende es la democracia, aseguran.

El clima está enrarecido entre oficialistas y el sector de Cecot. Precisamente, la patronal vallesana fue expulsada de Foment hace unos meses y la relación a día de hoy es bastante tensa entre sus dirigentes. De hecho, Abad siempre ha defendido que su proyecto, si finalmente decide concurrir a los comicios, pasaría por recuperar la patronal que existía en 2011, antes de que Gay de Montellá fuera elegido. Considera que ha sido un periodo perdido.

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