Las empresas 'arrancan' una cumbre a Ribera para rebajar la factura energética

Gráfico AEGE 2018.
Gráfico AEGE 2018.

Las empresas que más electricidad consumen en sus procesos productivos se reunirán antes de fin de año con los responsables de la secretaría de Estado de Energía para negociar fórmulas con las que reducir su factura energética. La cumbre se celebrará en un momento en que las sensibilidades están a flor de piel tras la decisión del Gobierno de recortar más el sistema de ayudas -interrumpibilidad- que abarataba el recibo de la luz de la industria en torno a los 500 millones anuales hasta 2017, cuando comenzaron los recortes. La industria teme que los 196 millones que recibirán este año se queden en menos de la mitad el próximo ejercicio, lo que pondría en dificultades la actividad de grandes consumidores electrointensivos como Alcoa, Arcelor Mittal o Asturiana de Zinc.

Las empresas e industrias que más electricidad consumen están agrupadas en la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (AEGE)  y tienen  un peso notable en la actividad industrial, ya que suman más de 20.000 millones de euros de facturación anual y más de 186.000 empleos, entre directos e indirectos. La asociación reclama un estatuto del consumidor electrointensivo y, lo que es más importante para sus intereses, un compromiso firme para asegurar fondos en el apoyo a su actividad.

La asociación quiere trasladar toda su inquietud al secretario de Estado de Energía, José Domínguez Abascal, porque aunque el Estatuto del Consumidor Electrointensivo -en elaboración desde hace meses- también depende del Ministerio de Industria, la llave de la caja está en su departamento. El director general de AEGE, Fernando Soto, recuerda al respecto que la llave tenía que estar dispuesta hace tiempo ya que el Gobierno aprobó hace más de un año el decreto de medidas urgentes para la transición energética donde se contemplaban medidas de apoyo a la industria.

Los puntos clave

Los grandes consumidores industriales plantearán al responsable de energía otros dos puntos clave: la necesidad de que el Gobierno presione más en Bruselas para que admita en España las mismas medidas de apoyo que disfrutan la industria francesa o la alemana y un trato similar al que han recibido las renovables, a las que el Gobierno ha asegurado la rentabilidad durante 12 años. El objetivo lo ha explicado en sus exposiciones públicas la presidenta de AEGE, Teresa Rasero: aprobar el estatuto de los consumidores electrointensivos, con dotación económica suficiente para recortar los 20-25 euros por MWh que, según la asociación, pagan de más los industriales españoles en comparación, por ejemplo, con industrias similares en Alemania.

El estatuto es el mecanismo ideal para las empresas. El Gobierno, aún en funciones, elaboró el proyecto, pero la convocatoria electoral y las pegas de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) han retrasado la aprobación. El proyecto contempla medidas para abaratar la factura de la gran industria como la exención en el pago de los sistemas de capacidad que cobran las eléctricas por tener potencia sobrante que evite apagones y la regulación de contratos bilaterales con productores de energía para que puedan buscar mejores ofertas.

Un alivio en la factura

La industria presiona para aliviar su factura energética porque la actividad no acaba de despegar y porque las vías tradicionales para abaratar la electricidad -las subastas de interrumpibilidad- ya no funcionan como aliviadero. Las sombras para la industria se alargan. El posible bajón en la actividad que se desprende de los datos de consumo de energía caen sobre un terreno que aún no se ha recuperado de la crisis. En lo peor de la recesión, entre los años 2009 y 2014, se destruyeron más de 800.000 puestos de trabajo en la industria, según las estadísticas del Ministerio de Trabajo. Pese a que el PIB ha crecido en los últimos años a buen ritmo, la industria sólo ha creado 361.000 empleos.

Los datos sobre consumo eléctrico ilustran ese momento difícil. Los grandes consumidores de energía, con la industria del automóvil y la metalurgia a la cabeza, han teñido de rojo los índices con los que Red Eléctrica de España (REE) toma la temperatura del sistema eléctrico cada mes. Según las estadísticas, de octubre de 2018 a septiembre de 2019, la demanda de las grandes empresas ha caído en conjunto un 4,3%. 

Es un escalofrío que viene de atrás. Ya en la pasada primavera, cuando apenas se atisbaban los primeros síntomas de enfriamiento, REE alertó de que el sistema registraba "el mayor retroceso interanual desde que se viene elaborando esta serie, el año 2010".  La inquietud no afecta sólo a las empresas que dependen de la electricidad. Las que consumen gas también están preocupadas por el impacto de los precios de la energía en su actividad. Las dos asociaciones que agrupan a los grandes consumidores, Gas Industrial y AEGE, subrayan la misma idea: a estas alturas del curso, empresas e industria no saben cuánto se puede incrementar su factura de energía el próximo año.

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