La élite empresarial catalana tras la ola de violencia: "Acabó la operación retorno"

  • Admiten que la respuesta a la sentencia del 'procés' ha dinamitado cualquier posibilidad de 'operación retorno'. Algunos ya descartan su vuelta.
Fotografía protestas en Cataluña / EFE
Fotografía protestas en Cataluña / EFE

Dos años después del 1-O los empresarios catalanes continúan exigiendo el anonimato antes de animarse a valorar la situación política, económica y social de Cataluña. Las heridas causadas por el 'procés' siguen abiertas y la distancia física que más de 5.400 empresas catalanas -entre ellas muchas de las más emblemáticas- decidieron poner entre el territorio en el que nacieron (y en el que tienen una parte relevante de su mercado) y sus centros directivos se antoja hoy más difícil de acortar que hace apenas un mes. Así se lo han trasladado a La Información un puñado de ejecutivos de empresas que en su día trasladaron su sede social fuera de Cataluña en busca de un contexto de mayor tranquilidad económica y política y que descartan rotundamente su retorno a corto y medio plazo.

Los directivos consultados admiten que las tremendas imágenes de las revueltas en las calles de Barcelona en los días posteriores a la sentencia del 'procés' han tenido un efecto desalentador sobre los pocos empresarios que aún confiaban en regresar y que el sentir estos días es que esa 'operación retorno' por la que apostaba hace un año Josep Sánchez-Llibre al poco de ser elegido presidente de la patronal catalana Fomento del Trabajo se antoja no solo lejana, sino casi imposible.

"Si te das cuenta hace ya unas semanas que se dejó de hablar de 'operación retorno'", señala uno de los directivos consultados, cuya empresa trasladó su sede social a Valencia. "No nos planteábamos un regreso porque no considerábamos que se dieran las condiciones adecuadas, pero después de lo de las últimas semanas estamos más convencidos que no será en los próximos tres o cuatro años....eso si decidimos regresar".

El periodo de calma tensa que se vivió tras la aplicación del artículo 155, el cambio de inquilino en La Moncloa y los meses previos a la sentencia del 'procés' ha saltado por los aires tras el fallo del Supremo e incluso las empresas que habían barajado la opción de retornar si se mantenía esa calma social, aún con inestabilidad política, han abandonado esa idea tras los disturbios en las calles de Barcelona y la constatación de que la situación política desactiva cualquier ansia de estabilidad. "En este contexto no tiene sentido volver. Por mucho que nosotros queramos por una cuestión sentimental, ni nuestros clientes ni nuestros accionistas entenderían un movimiento bajo estas circunstancias", explica el presidente de otra de las empresas emblemáticas de la burguesía catalana que también optó por marcharse tras el 1-O, pero con la firme intención de retornar. Este veterano empresario asegura que su intención sigue siendo esa, aunque admite que cada día que pasa lo ve más difícil.

Clima raro entre los representantes empresariales

Ya no es solo el clima social o la permanente inestabilidad política en la que vive Cataluña, los empresarios consultados reconocen que esa tensión entre independentistas y constitucionalistas se ha filtrado incluso a las organizaciones empresariales, dificultando cualquier iniciativa en este ámbito. El giro nacionalista en la Cambra de Barcelona, que alguno de los empresarios consultados augura que acabará mal con la marcha de una o varias empresas, y la tensión latente entre Fomento y Pimec jalonada por episodios como la ruptura de ATA con Pimec y su posterior integración en Fomento del Trabajo o la decisión de Pimec de reclamar su reconocimiento como 'organización empresarial representativa' en Cataluña, que la situaría en un rango similar al de Foment en cuanto al reparto de subvenciones y su representatividad en los órganos institucionales de diálogo social de Cataluña, tampoco han contribuido a atemperar el entorno para la empresa catalana.

"La 'operación retorno' de las empresas se ha convertido en un tema de segundo o tercer plano tras los acontecimientos de las últimas semanas", analiza un exdirectivo de la Generalitat, ahora en el mundo empresarial. "Nadie se atreve siquiera a plantearlo, ni siquiera Sánchez-Llibre que entró en Fomento agitando esa bandera. La prioridad ahora es que las aguas vuelvan a su cauce y tratar de reconstruir los puentes entre Barcelona y Madrid que es a lo que se va a dedicar Fomento en los próximos meses y lo que mejor se le da a Sánchez-Llibre. Pero pocos avances vamos a ver hasta que Cataluña vaya otra vez a las urnas".

"No veo ninguna opción de regreso al menos en un lustro", asegura otro de los empresarios catalanes 'en el exilio'. "Cataluña va a afrontar otro ciclo electoral en unos meses y todo va a depender de lo que ocurra. No hablo de la mayor o menor rapidez de la vuelta de las empresas, sino de la mera opción de que ésta sea posible. Lo dramático es que para cuando eso ocurra igual la razón de no regresar ya no es por la inestabilidad política o social, sino por la falta de perspectivas económicas".

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