Revisión estratégica

Enagás deja su alianza de hidrógeno con Naturgy y Exolum tras el veto de la UE

La compañía ha abandonado el proyecto tripartito Win4H2, que arrancó en septiembre de 2021 con la meta de construir una red de 50 hidrogeneras. 

El CEO de Enagás, Arturo Gonzalo Aizpiri, durante una reunión con la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera
El CEO de Enagás, Arturo Gonzalo Aizpiri, durante una reunión con la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera
EFE

Enagás ha puesto fin a su alianza con Naturgy y Exolum (antigua CLH) para construir una red de cincuenta hidrogeneras en España. La empresa que dirige Arturo Gonzalo Aizpiri ha abandonado el proyecto recientemente, según han trasladado fuentes del sector a La Información. La decisión ha sucedido al varapalo que la compañía semipública ha recibido de la Comisión Europea, que hace unos meses estrechó el cerco sobre las actividades satélite de Enagás e impuso límites a su participación en el negocio de producción de este combustible renovable.

Bruselas apreció conflicto de intereses en la aventura renovable de Enagás, que se ha embarcado en una treintena de proyectos de generación de hidrógeno verde en línea con su apuesta por la descarbonización. Lo que para otras compañías del sector es el nuevo maná energético, para la empresa que dirige Arturo Gonzalo Aizpiri se ha convertido en terreno pantanoso después de que el Ejecutivo comunitario haya secundado la tesis de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC)

El organismo que preside Cani Fernández fue el primero en cuestionar la idoneidad de la participación de Enagás en plantas de biogás, como reveló La Información en junio.  El foco del debate es la condición de la energética de gestor técnico del sistema gasista, lo que en la jerga se conoce como TSO (Transmission System Operator). La actual normativa comunitaria es implacable sobre la división de actividades de estos operadores, algo que está obstaculizando la diversificación de negocios a aquellos grupos que ejercen dicha función, como Enagás. En el plano eléctrico, lo mismo le ocurre a Redeia (antigua Red Eléctrica).

Tanto Enagás como la empresa que preside Beatriz Corredor presentaron a principios de verano comentarios a la consulta pública preliminar lanzada por la Comisión Europea sobre el 'Paquete de Descarbonización del Mercado de Hidrógeno y Gas'. En la documentación aportada por Enagás, a la que ha tenido acceso este medio, la compañía calificó de "barrera de entrada" las limitaciones actuales que acompañan a la certificación de los TSOs. No en vano, las restricciones de la UE suponen un freno para el impulso de estos combustibles limpios, en tanto que obligan al sector a renunciar al know how de referentes internacionales con una larga trayectoria en este campo.

El debate no ha concluido y es posible que estos operadores logren una flexibilización de la norma. Para Enagás, el desarrollo de gases renovables sigue siendo una actividad estratégica. De hecho, en su última hoja de ruta para los próximos ocho años, la gasista anunció inversiones por importe de casi 700 millones en el desarrollo de hidrógeno verde, 235 millones hasta 2026 y otros 455 millones hasta 2030. A la espera de que Europa valore la cuestión, Enagás ha tenido que revisar buena parte de sus alianzas para el impulso de este negocio verde.

El esfuerzo inversor, a las infraestructuras

Enagás, Naturgy y Exolum lanzaron la citada alianza, bautizada como Win4H2, en septiembre del año pasado. Entonces se encontraban diseñando la primera ruta que permitirá suministrar el gas renovable en Madrid, Valencia y Murcia, así como la forma de conectarlas a través de un corredor de hidrógeno. El proyecto, en el que tanto la gasista que preside Francisco Reynés como la antigua CLH siguen inmersas, está enfocado en la movilidad sostenible con el foco en el transporte pesado. Fuentes oficiales de Enagás han confirmado a este diario el paso a un lado de la compañía en el Win4H2 y enmarcan la decisión en un proceso ordinario de revisión estratégica.

La terna de aliadas crearon una sociedad ad hoc para esta iniciativa. Lo mismo ocurre con otros muchos proyectos conjuntos de hidrógeno verde en los que se ha embarcado Enagás. En un primer momento, la gasista canalizó su participación en los mismos a través de sociedades satélite distintas a la matriz. En el caso de su extinta alianza con Naturgy y Exolum, lo hizo a través de su filial Scale Gas.

Pero la Comisión Europea tumbó esta vía hace unos meses. El Ejecutivo comunitario decidió supeditar la certificación de Enagás a la renuncia de la compañía -y de cualquiera de sus filiales- a sentarse en el consejo de este tipo de sociedades dedicadas a la producción de hidrógeno verde. También vetó a Enagás para ejercer ningún derecho de voto en las mismas. La compañía, por su parte, ha mitigado su apetito internacional y ha redirigido su esfuerzo inversor hacia las infraestructuras de gas natural, instalaciones que, en cualquier caso, están llamadas a convertirse en las próximas autopistas del tan codiciado hidrógeno verde.

Mostrar comentarios