Operación histórica

Encinar, el 'idealista': de anuncios por teléfono a romper el techo de internet

El cofundador culmina dos décadas al frente del portal inmobiliario con la mayor venta de una empresa de internet en España tras una trayectoria no exenta de polémicas y dificultades.

Jesús Encimar, consejero delegado La ministra de Hacienda y cabeza de lista del PSOE al Congreso por Sevilla, María Jesús Montero, participan en la jornada 'Agenda Urbana: Cohesión, Racionalidad y Sostenibilidad'. En el Hotel NH Collection de Sevilla. (Foto de ARCHIVO) Jesús Encinar, consejero delegado y cofundador de Idealista.
Jesús Encinar, consejero delegado de Idealista.
L.I.

Principios de los 2000. Plena burbuja puntocom. Un grupo de jóvenes se propusieron crear una plataforma de anuncios clasificados de vivienda. En un internet muy rudimentario, Jesús Encinar y el resto de socios sumaron uno a uno a los anunciantes. "Nos pusimos a patearnos toda la ciudad buscando carteles en balcones y farolas para llamar y ver si querían anunciarse en la página", apuntaba unos años más tarde el empresario. Esta semana él y el resto de sus socios han estampado la firma en un contrato de compraventa por el que 'entregan' la mayoría accionarial al fondo sueco de capital riesgo EQT por la cifra récord de 1.300 millones de euros. En medio hay dos décadas de una trayectoria de crecimiento no exenta de dificultades y de alguna polémica.

Encinar (Ávila, 1970) procede de una familia de pequeños empresarios. Sus padres regentaron un hotel y otros establecimientos en Ávila. Terminó la carrera en el Icade y después viajó hasta Boston para completar un MBA. Tras un breve paso como consultor, decidió volver a España. La dificultad para encontrar vivienda de alquiler en Madrid se convirtió en el germen. Y una contestación escéptica de su madre tras comentarle su proyecto digital sirvió para encontrar un nombre que se saliera de los típicos: "Ya ves tú. El idealista.com". Después de conocer a Bernardo Hernández, que posteriormente fue directivo de Google y Yahoo y presidente de Tuenti, en Boston, montó un equipo con él, su hermano, Andrés de la Morena, que venía de Lehman Brothers, y César Oteiza, que era el director general de la oficina en Zurich de Bilbao Bizcaya Kutxa (hoy Kutxabank). La sociedad se fundó a principios de 2000. Y el arranque para buscar a los anunciantes marcó también el lema que aparecía en el friso de una web tremendamente sencilla: "Nos pateamos la calle para que tú no lo hagas y conseguimos anuncios nuevos todos los días".

Inicios marcados por la puntocom

Los inicios estuvieron marcados a fuego por la crisis de las puntocom, causada por el pinchazo de la burbuja de las empresas de un internet aún en pañales. Encinar se vio obligado a salir al mercado a buscar financiación. Y no lo tuvo fácil, mientras no se hablaba de otra cosa en este sector. Finalmente logró la entrada de dos entidades financieras en el accionariado: BBK y Caixa Catalunya, que tras muchos problemas pasó a manos de BBVA. Prueba de esas dificultades fue uno de los momentos más complicados de los primeros años. Los Encinar recuerdan que se quedaban sin dinero. Dependían de un préstamo participativo que debían conceder las dos cajas, rememoraba Fernando Encinar en una entrevista. Lo hicieron y salvaron ese 'match point'. Después, en 2003, aterrizó en el accionariado el primer fondo de capital riesgo, Bonsai Ventures, muy cercano a Grupo Intercom en Barcelona y que había respaldado a otros grandes nombres de los clasificados como Infojobs.

El modelo de negocio se basó desde el principio en un servicio de suscripción de pago para las inmobiliarias y gratuito para el usuario. Sin embargo, para tratar de atraer el mayor número de viviendas y oferta decidieron ofrecerlo gratis durante seis meses. "Fue un error; después de seis meses teníamos unos resultados financieros raquíticos y tuvimos que enseñar a socios e inversores un cuadro deprimente", aseguró el propio Jesús Encinar en un artículo en su blog. Ese no fue el único problema. La conversión al pago seis meses después era muy pequeña, porque había "otros 40 portales inmobiliarios", mientras que los mejores profesionales desconfiaban de la plataforma. ¿Conclusión? En el verano de 2001 impondrían el abono desde el minuto uno: 125 euros con los que podían poner hasta cien publicaciones. En los primeros doce meses de actividad se colgaron unos 54.000 anuncios, según sus propias cifras. En el ejercicio 2001, primer año completo, los ingresos fueron de 345.000 y las pérdidas fueron 2,7 millones.

En esos años batallaron con los portales de anuncios de grandes grupos de medios de comunicación y de otras plataformas como la de Fotocasa, con la que mantuvo una dura rivalidad que incluso llegó hasta los tribunales en 2009. En 2007, Encinar y los socios dieron entrada a Tiger Global, el primer fondo internacional que llegaba al accionariado a través de una ronda importante cuya cuantía no se hizo pública. El fondo, que también se hizo con una posición relevante en la también startup española Atrapalo.com, llegaba a una empresa que el año anterior había alcanzado los 9 millones de euros de ingresos -casi el doble que un año antes- y 3 de beneficios. Después de ganar terreno en España, era el momento de salir fuera. Prácticamente ningún 'número 1' en un mercado europeo había sido capaz de repetir la hazaña en otro 

Internacionalización y fondos grandes

El núcleo duro que ha sobrevivido a los años, conformado por los hermanos Encinar y César Oteiza, se iba configurando: en 2005, los caminos de Encinar y Bernardo Hernández se separaban, aunque este último se mantuvo como accionista significativo hasta el año 2015. Y ese equipo directivo pilotó una internacionalización complicada en un mercado muy difícil de atacar desde fuera y donde el 'ganador local' es, en muchas ocasiones, inabordable debido a las barreras de entrada  por las llamadas economías de red: la mayoría de agencias cuelgan sus agencias en ellos porque la mayoría de usuarios la visita. Ese salto exterior lo iniciaron ese 2007 con la llegada a Italia, para seis años después, repetir el movimiento en Portugal. En aquel 2013, ya facturaban casi 30 millones de euros pese a la fuerte crisis inmobiliaria.

Mucho se especuló en ese tiempo con la valoración. Se había convertido en una de las startups clásicas del ecosistema español. La duda se despejó en el año 2015: Apax Partners, el fondo que se dio un fuerte golpe con Panrico y había tenido éxito con Vueling o Jazztel, entraba por todo lo alto y compraba el 82,6% del capital por 226 millones de euros (hizo una compra por el total y los fundadores reinvirtieron una parte) y permitió salir con fuertes plusvalías a Bonsai Ventures y Kutxabank, que controlaban entre el 10% y el 15% cada uno. La apuesta por Encinar y el equipo era alta y el múltiplo muy alto (9,1 veces las ventas del año anterior y 70 veces los beneficios antes de impuestos). Con el tiempo, el fondo londinense acertó: ha multiplicado por más de cinco su inversión en cinco años tras la venta a EQT.

Y lo ha hecho en una operación que viene fraguándose desde hace meses. Entre finales del pasado año y principios de 2020 en Apax decidieron que había llegado el momento de salir. Analizaron la salida a bolsa, pero la crisis del coronavirus frenó cualquier plan. Se frenó cualquier negociación, que se ha retomado ahora, tras el primer golpe de la pandemia. Han participado varios fondos de capital riesgo como KKR o Silverlake en la puja. Y tanto la expectativa de crecimiento como precisamente esa competencia ha llevado a una valoración muy alta, con múltiplos de más de 40 veces el Ebitda de 2019. ¿Es demasiado? Para comparar, el 'número 1' del sector en Reino Unido es Rightmove, que cotiza en la bolsa británica a una capitalización de 5.300 millones de libras. Se trata de un múltiplo de 25 si se compara con los números del pasado año. Si se pone frente a los números del primer semestre y se extrapola, la ratio se dispara a 50 veces.

Los Encinar se quedarán

La operación, que marca un récord en la historia de internet y supera a cualquier otra que se haya marcado, apunta a un mayor protagonismo de los fondos de 'private equity' en los negocios de internet en España ante la ola de digitalización de los diferentes sectores que trae la pandemia del coronavirus. La apuesta de EQT es a que habrá mucho más crecimiento en el futuro. Y, pese al dominio claro del negocio de clasificados inmobiliarios en España y la posición alta en Italia y Portugal, creen que hay margen para digitalizar inmobiliarias que aún funcionan de manera 'analógica'. A esto sumarán los diferentes servicios que se han ido añadiendo en los últimos años después de diferentes adquisiciones firmadas -explotación de datos, hipotecas...- y el estudio de intermediar en las operaciones y cobrar una comisión mayor. 

Con todo, durante los últimos años, el crecimiento ha sido tan importante que se ha convertido en un termómetro utilizado por administraciones públicas, empresas y fondos para medir la temperatura del sector y tomar decisiones sobre activos de todo tipo. Esa subida le ha puesto bajo el foco de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que la ha incluido dentro de un expediente más amplio, o de ayuntamientos como el de Barcelona. Y ha despertado las críticas de algunos partidos como Izquierda Unida, que llegó a pedir el año pasado en una de sus cuentas de Twitter que se nacionalizara. 

La condición 'sine qua non' que habría impuesto EQT a los tres cofundadores es que se mantengan, al menos un tiempo, al frente de la nave. Veinte años después, seguirán gestionando el portal. Jesús Encinar ha mantenido en este tiempo un perfil más bajo en relación con Idealista, mientras su hermano ha ido tomando el papel de portavoz y 'cara visible'. Pero esa decisión no se ha extendido a la parte más personal, pues Jesús se ha visto envuelto en varias polémicas por su posición pública en temas vinculados con la gestión de las administraciones o con el Ingreso Mínimo Vital.

Después de haber ingresado decenas de millones de euros tras las diferentes ventas -y reparto de dividendos y 'stock options'- durante los últimos años, Encinar no sólo ha reinvertido en Idealista, sino que ha apostado también por el mercado inmobiliario, además de ser accionista de varias startups y partícipe de algún fondo de inversión español. Ahora, desde Milán, seguirá al frente de aquella criatura que nació de las cenizas de la burbuja puntocom hace dos décadas y que le obligó 'patearse' la ciudad y tirar de teléfono para reclutar a aquellos primeros anunciantes.

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