El camino de la transición energética

Endesa convierte a Baleares y Canarias en la punta de lanza de su giro al verde

La eléctrica presenta a la vicepresidenta de Transición Ecológica Teresa Ribera una propuesta para descarbonizar las islas en 2040, diez años antes que en la península, con una inversión de 34.000 millones.

El consejero delegado de Endesa, José Bogas, en la junta de accionistas.
El consejero delegado de Endesa, José Bogas, en la junta de accionistas.

Endesa acelera los planes para no perder el tren verde. En pleno cierre de centrales de carbón, la compañía propiedad de la italiana Enel (70%) va a presentar a la vicepresidenta cuarta del Gobierno Teresa Ribera una guía de acción elaborada con Deloitte para convertir a los sistemas eléctricos extrapeninsulares de Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla en la punta de lanza de la transición energética. La idea es alcanzar en 2040 la descarbonización completa de las islas y de las ciudades autónomas, en las que Endesa es la gran generadora y distribuidora de electricidad . El objetivo es llegar a meta diez años antes que en la península, con una inversión global prevista de 34.000 millones de euros en 20 años para todas las actuaciones, no sólo las referidas al sector eléctrico. Según Endesa, la cuenta sale: el ahorro previsto en importaciones energéticas llegaría a los 35.000 millones

"Acelerar la descarbonización en los sistemas no peninsulares permitiría reducir hasta un 72% el gasto energético y generaría 4.500 empleos anuales, es decir un total de 90.000 empleos hasta 2040", explica el consejero delegado de la eléctrica José Bogas. "Reduciría además el coste de generación un 40% en Canarias y un 55% en Baleares. Es una oportunidad para España", concluye.

Bogas pule la nueva estrategia de Endesa, que no quiere mantener en las comunidades insulares la vitola de empresa contaminante que ha arrastrado durante años. De los 23.365 MW de potencia de generación de Endesa, 19.026 MW están en el sistema eléctrico peninsular y 4.339 MW en los territorios no peninsulares. El problema es que estos dependen de centrales de carbón y de fuel, muy contaminantes. 

El peso del carbón

En Baleares, las centrales de carbón redujeron su producción un 16,5% el pasado año, pero siguen siendo la tecnología con mayor peso en el mix energético: representaron el 45,2 % del total generado en el 2019 (un 49,7 % en el 2018). En Canarias, donde conviven seis sistemas eléctricamente aislados, de pequeño tamaño y débilmente mallados, dos de las nueve plantas de Endesa, las de Granadilla (Tenerife) y San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria), se situaron en 2018 en los puestos 14 y 16 de las instalaciones que más dióxido de carbono emitieron el territorio nacional, según datos de la Comisión Europea. 

Endesa quiere protagonizar la transición energética y aprovechar la posición histórica dominante -y subvencionada- en Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla  para dar el salto. De la tarifa -vía cargos que decide el Gobierno en la tarifa- salen cada año 1.449 millones para subvencionar y asegurar el suministro de energía en las comunidades insulares y las comunidades autónomas.

Por supuesto, detrás del plan de Endesa no sólo hay imagen, sino también números. El pasado año, la energética cargó a los resultados de 2019 un deterioro de 1.469 millones por las centrales de carbón y una nueva dotación por 404 millones de euros por las centrales extrapeninsulares. Todo, porque el cálculo de la retribución de las centrales de los territorios extrapeninsulares (que está regulado) para el periodo 2020-2025 se ha recortado, lo que ha llevado al ajuste contable.

El cruce de recortes, normativa, imagen y planes de inversión en renovables-la compañía anunció en noviembre que invertirá 6.300 millones entre 2019 y 2021, la mitad de ellos en instalaciones renovables- es lo que ha llevado a la elaboración del informe “Los Territorios No Peninsulares 100% descarbonizados en 2040: la vanguardia de la transición energética en España” de Deloitte.

El documento de Deloitte y Endesa propone actuar no sólo en la generación eléctrica, sino también en el transporte, los hogares y los servicios, según las peculiaridades de cada comunidad. Estas son las principales propuestas:

Canarias:  La clave para la comunidad es la generación renovable con almacenamiento. Un sistema eléctrico completamente descarbonizado en 2040 requiere 10-11 GW de generación renovable y 20-25 GWh de capacidad de almacenamiento. El mix renovable sería 25% eólico y 75% solar. El sistema propuesto ocuparía el 1,9% del territorio de Canarias, o el 15% de la superficie agrícola sin cultivar. La inversión necesaria se sitúa entre 12.000 y 19.000 millones de euros hasta 2040, con un coste de generación de 70-90 €/MWh, lo que supone una reducción del 40% con respecto a la actualidad.

Baleares: descarbonizar por entero el sistema eléctrico en 20 años requiere entre  4,5-5 GW de capacidad renovable instalada, 13-14 GWh de capacidad de almacenamiento e incrementar la capacidad de interconexión neta con la península, hasta los 650 MW. Mejor energía solar y almacenamiento , para ocupar solo el 1% de todo el territorio o el 17% del suelo baldío e improductivo. La inversión necesaria para el objetivo 2040 se sitúa entre los 6.000 y los 7.000 millones de euros , con un coste medio de generación de 50-55 €/MWh, un 55% inferior al actual. 

Ceuta y Melilla: Inversión de entre 280 y 300 millones de euros. En Ceuta, si los planes de conexión con la península se cumplen, el suministro estaría asegurado con energía renovable procedente del otro lado del Estrecho. Generación tradicional reservada para incidencias. Melilla,por el contrario debería apostar por el autoconsumo y los llamados combustibles renovables (gas producido con residuos etc). Alberto Amores, socio responsable de Energía de Monitor Deloitte concluye que “descarbonizar los territorios no peninsulares en 2040, una década antes que en la península, es viable y económicamente rentable".

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