Endesa negocia la compra de la solar Prodiel en plena fiebre por las renovables

Ángel Haro, presidente de Prodiel y del Betis.
Ángel Haro, presidente de Prodiel y del Betis.
EFE

Las renovables se han convertido en objeto de deseo de todas las grandes compañías energéticas. No hay día sin anuncio de una nueva operación. Repsol, BP, Naturgy, Endesa... todos los grandes actores están a la busca de oportunidades. Los objetivos están identificados desde hace tiempo y algunas de las operaciones están maduras. Una de ellas es la que protagonizan Endesa y la compañía andaluza especializada en energía solar fotovoltaica Prodiel. La eléctrica mantiene conversaciones avanzadas para su compra, según fuentes al tanto de la operación. Ni la eléctrica ni Prodiel han hecho comentarios sobre las negociaciones.

Endesa dispone de 3.000 millones de euros para invertir hasta 2022 en renovables en España y Portugal. Busca compañías con proyectos renovables para desarrollar y examina todas las empresas disponibles como Prodiel -operación muy avanzada- o la de los hermanos Jon y Francisco Riberas, Elawan Energy. Prodiel, presidida por Ángel Haro -presidente también del Betis-, tiene posibilidades de fructificar por lo que aporta a un grupo que acaba de anunciar el cierre de todas las centrales de carbón: proyectos de energía solar fotovoltaica y una importante cartera de obras -10.000 MW con un valor de 2.000 millones de euros-, no solo en España sino también en América Latina.

El año 2019 termina con una fiebre renovable que acaba con años de atonía. De hecho, la compañía de renovables Grenergy ha sido la que ha evitado una mala marca para la Bolsa en 2019: cerrar el año sin salidas a Bolsa. Un ejercicio en blanco. Al límite de tiempo, la compañía fundada en 2007, que cotizaba en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) desde el año 2015, se ha incorporado al Mercado Continuo.

Un imán para inversores

La operación confirma que el sector de las energías renovables se convierte cada vez más en un imán para los inversores. Las grandes 'utilities' rastrean el mercado para entrar en el negocio de las energías limpias mientras cala la idea de que las dificultades de los Gobiernos para afrontar la lucha contra el cambio climático dejan el protagonismo cada vez más en manos de las empresas.

La salida a Bolsa de Grenergy confirma que los inversores están muy atentos a todo lo que rodea al mundo de las renovables para aprovechar el tirón. Con la colocación de 2,43 millones de acciones -30,3 millones de euros-, Grenergy ha atraído a 150 inversores, 40 de ellos institucionales, según detalló el consejero delegado y fundador de la compañía, David Ruiz de Andrés. Más de la mitad de la demanda ha procedido del extranjero, en concreto de las plazas financieras de Londres, Oslo, Helsinki, Zúrich y París. 

En el sector energético, nadie tiene dudas de que el crecimiento del sector renovable va a continuar en los próximos años. Se ha convertido en un sector 'mainstream', según lo define Ruiz de Andrés, que trae de cabeza a las eléctricas y petroleras tradicionales, deseosas de hacerse un hueco en un negocio que se dispara. Empresas como X-Elio (antigua Gestamp Solar), Forestalia, Elawan Energy (antigua Gestamp Wind), se han convertido en imanes para las grandes compañías. 

El giro de Repsol

El giro más notable de los últimos meses lo ha protagonizado Repsol. La petrolera ha comprado centrales de gas e instalaciones hidroeléctricas, ha rebajado el valor de sus activos más contaminantes y negocia la compra de 850 MW eólicos a Forestalia en Aragón por alrededor de 900 millones de euros. Sigue la estela de BP, que puso los ojos en el mismo "yacimiento verde", Forestalia. La filial de BP, Lightsource, adquirió en octubre a la compañía aragonesa 298 MW eólicos por 270 millones de euros.

La agitación en el sector renovable es lógica. España ha acelerado el proceso de transición energética con el Gobierno de Pedro Sánchez y las renovables están en el corazón del proceso, con planes para instalar 50.000 nuevos MW en la próxima década. El primer empujón se produjo ya hace dos años. En 2016 y 2017 regresaron las subastas para adjudicar proyectos. El dinero volvió a tintinear en los departamentos de análisis e inversión de empresas, fondos y bancos.

Ese interés inversor está calentando el mercado. Todas las compañías con renovables en cartera saben que tarde o temprano recibirán tanteo de los bancos de inversión que trabajan para los grandes de la energía. ACS, por ejemplo, ha decidido aparcar la salida a bolsa de la filial Zero-E y colgar el cartel de 'se vende' en la compañía energética, con expectactivas de plusvalías que superan los 600 millones. Société Générale y Goldman Sachs trabajan en el cierre de la operación para la constructora que preside Florentino Pérez.

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