Endesa intenta evitar una batalla judicial con los sindicatos en vísperas de la junta

  • Los sindicatos demandaron a la eléctrica en la Audiencia Nacional y el juicio está previsto para el 13 de marzo.
De izquierda a derecha: Francesco Starace, Borja Prado y José Bogas.
De izquierda a derecha: Francesco Starace, Borja Prado y José Bogas.
EFE

La eléctrica Endesa, controlada por el grupo italiano Enel (70%), ha decidido volver a negociar con los sindicatos un nuevo convenio colectivo. La eléctrica y los sindicatos retoman este miércoles los contactos tras la ruptura de negociaciones de diciembre y los recortes de los beneficios sociales -luz gratis- de 36.000 empleados, prejubilados y retirados. La vuelta a la mesa de negociación se produce un mes antes de que la Audiencia Nacional vea la demanda de conflicto colectivo interpuesta por UGT, CCOO, SIE, CIG y USO. La cita judicial está prevista para el día 13 de marzo y la empresa quiere desactivarla antes de celebrar la junta general de accionistas, probablemente en abril.

Las aguas en Endesa bajan revueltas desde hace tiempo. El IV Convenio colectivo decayó en  diciembre y ni la intermediación del SIMA el 25 de enero ha logrado recomponer el diálogo entre las partes. La herida que más supura es la decisión de la empresa de acabar con la electricidad gratuita de sus empleados (8.800) y de los 27.000 jubilados y prejubilados. Endesa comunicó a los sindicatos que el personal pasivo debería buscarse una comercializadora antes de junio de 2019.

En ese ambiente enrarecido, con concentraciones de empleados prácticamente cada semana, la empresa ha decidido dar un paso para pacificar a la plantilla y evitar más problemas en vísperas de  la junta general. El momento es importante por los planes de transición energética del Gobierno, que afectan al carbón y también a las nucleares, y porque en la cúpula de la compañía también corren vientos de cambio.

Cambio en el timón

El propietario de la empresa -Enel- sopesa la posibilidad de un cambio en la dirección. El presidente de Endesa, Borja Prado, ha cubierto diez años en el cargo. Lleva doce en la compañía si se suman los dos que cubrió como miembro del consejo de administración. Y el segundo al mando, el consejero delegado José Bogas, ha sumado puntos ante el dueño italiano. Bogas es un hombre de la casa. Fue nombrado en su actual cargo en 2014 y su mandato fue renovado el pasado mes de abril por un periodo de cuatro años, hasta 2022. 

El relevo está en el aire y la junta, próxima. La empresa quiere cerrar frentes. "[El encuentro previsto esta semana] es algo positivo", explica Manuel Jaramillo (sindicato UGT,mayoritario en la compañía), quien tiene duras palabras para la estrategia de Enel sobre los trabadores en España: "Dejaron caer el convenio e intentaron robar los derechos de los pasivos (personal jubilado o prejubilado) y llevarse la provisión a Italia".

La empresa lo niega. Aunque la reunión del miércoles no tiene como eje negociar los beneficios sociales de empleados y exempleados, es la espada de Damocles en la negociación. Fuentes de la compañía explican que se trata de mejorar a los trabajadores en activo repartiendo algunas de las ventajas de los pasivos. En líneas generales, subidas de entre el 1,5% y el 2%; gratuidad de los primeros 2.500 KW de electricidad consumidos y bonificación hasta los 9.000 KW y posibilidad de negociar un plan de salidas.

José Manuel Falagán (CCOO) también confía en superar "un conflicto provocado por la empresa, con una estrategia (referida a los beneficios soaciales) que consistía en que te quito 10, te doy dos y me quedo con ocho". Todo, añade Falagán , tras dos años de congelación salarial". Ahora,señala el sindicalista, "lo inteligente por ambas partes es el acuerdo".

Trabajo toma cartas

El Ministerio de Trabajo ha tenido su papel en el acercamiento. La Dirección General de Trabajo envió a las partes el 21 de enero un "escrito de recomendación" para superar el estancamiento de las negociaciones. El documento señalaba a la empresa que el fin del periodo de ultraactividad del convenio no es causa suficiente para cerrar la negociación unilateralmente. "Se hace un llamamiento a la empresa grupo Endesa instándole a la reapertura de la mesa y a retomar el proceso negociador" finalizaba el escrito firmado por el director general de Trabajo, Miguel Allué.

La negociación puede calmar los ánimos de unos sindicatos que cuestionan la gestión de Enel por pérdida de empleo -la plantilla en España ha pasado de 11.000 a 8.800 trabajadores-, la ausencia de un plan industrial, la falta de inversiones y el reparto íntegro de los beneficios entre los accionistas, lo que en su opinión, supone trasladar los resultados de Endesa al alivio de la deuda pública italiana puesto que Enel pertenece en un 25% al Estado.

Endesa es una de las cinco empresas del Ibex 35 que ofrece mayor rentabilidad por dividendo. El plan estratégico de Endesa hasta 2020 prevé el reparto del 100% de su beneficio: 6.000 millones según el plan 2017-2020. En la actualización del plan 2019-2021 el reparto de dividendos respecto al beneficio se reduce al 80%.

Enel ha amortizado ya vía dividendo prácticamente lo que invirtió en la compra de la eléctrica hace una década. Bajo su dirección, Endesa agrupó primero (2012) y segregó después, los activos en América Latina que una vez la convirtieron en una joya del sector público. Enel logró al fin controlar las filiales de Endesa en Argentina, Brasil, Perú, Colombia y Chile. Además, Enel ha trasladado la gestión de la tesorería y de las nóminas de su filial a India y Rumanía.

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