Cambios en el negocio energético

Endesa reserva al hidrógeno el 20% de su 'plan verde' para abrir la caja de la UE

La eléctrica presenta al Gobierno un centenar de proyectos para solicitar respaldo del fondo de recuperación europeo.

Combustible de hidrógeno
Combustible de hidrógeno
Zero Emission Resource Organisation

El hidrógeno es el elemento químico más abundante en el universo. Hay mucho más hidrógeno que dinero. La cuestión es si uno puede generar el otro. Y sin contaminar.  Las grandes empresas de la energía creen que sí y  han emprendido una carrera para producir el gas y utilizarlo como fuente de energía renovable. Todas están en la competición y alguna, como es el caso de Endesa, apuesta por el desarrollo de proyectos relacionados con el hidrógeno para acceder a la caja de caudales de la UE y obtener dinero del fondo de recuperación. Hasta un 20% del paquete de "planes verdes" que la eléctrica propiedad de Enel ha presentado al Gobierno están relacionados con el hidrógeno.

Endesa, como el resto de las grandes energéticas, busca hueco en la economía descarbonizada. En pleno proceso de desmantelamiento de centrales de carbón, la eléctrica que dirige José Bogas, intenta rebañar apoyo financiero para la transformación. Pero los fondos comunitarios -como los que promueven la "transición justa" en las comarcas afectadas por el cierre de térmicas- sólo cubren una parte de los planes para sustituir MW contaminantes por MW limpios.

Por esa razón, eléctricas como Endesa e Iberdrola -que ha adelantado la construcción de una megaplanta de hidrógeno en Huelva- han abierto el foco. Siguen también la estela de las petroleras, que a principios de año presentaron sus planes para utilizar "hidrógeno verde" en sus refinerías. El hidrógeno verde se  produce por electrólisis del agua a partir de electricidad generada con renovables. Limpio pero caro. Las empresas se enfrentan a un problema: el proceso para extraer hidrógeno requiere tecnología costosa y supone un alto consumo de energía. Por resumir, todavía no es negocio. Lo será, probablemente, en el futuro. Por eso los grandes grupos energéticos centran sus planes en la financiación europea.

Mensaje al Gobierno

En el caso de Endesa, el argumentario para convencer al Gobierno y a la UE para que abran la mano de los cuartos es la transformación de las Islas Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla -territorios donde la eléctrica controla prácticamente todo el mercado- en adelantados de la descarbonización. El proyecto consiste en producir hidrógeno a partir de electrólisis -con renovables-, almacenarlo en tanques y utilizarlo en  centrales, nuevas o adaptadas al nuevo combustible que sustituirían a las instalaciones actuales en las islas, muy contaminantes.

Se trata de continuar proyectos ya diseñados, pero con apoyo de los euros comunitarios. Endesa ya puso en manos del Ministerio de Transición Ecológica hace unos meses una guía de acción elaborada con Deloitte para convertir a los sistemas eléctricos extrapeninsulares de Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla en la punta de lanza de la transición energética. 

La idea es alcanzar en 2040 la descarbonización completa de las islas y de las ciudades autónomas, en las que Endesa es la gran generadora y distribuidora de electricidad. La intención es llegar a meta diez años antes que en la península, con una inversión global prevista de 34.000 millones de euros en 20 años para todas las actuaciones, no sólo las referidas al sector eléctrico. Según Endesa, la cuenta sale: el ahorro previsto en importaciones energéticas llegaría a los 35.000 millones.

Costes de producción

Sobre el papel, los planes para el hidrógeno están claros. Pero la realidad es que el hidrógeno aún no es una industria limpia: el 99% se fabrica utilizando combustibles fósiles, lo que representa más emisiones que toda la industria aeronáutica, mientras que la eficiencia del hidrógeno para la electricidad sólo es del 16%. Son datos de un informe del Bank of America que indica, además, que los costes de producción deben caer hasta un 85% para que el hidrógeno verde sea competitivo, lo que debería ocurrir para 2030.

"El hidrógeno verde" explica el documento del Bank ofAmerica  "podría ser clave en la lucha contra el calentamiento global, proporcionando hasta el 24% de nuestras necesidades energéticas en el año 2050, ayudando a reducir las emisiones hasta en un 30%. Para el creciente número de países que firman compromisos jurídicamente vinculantes para conseguir la neutralidad en carbono (cero emisiones netas para 2050), la única molécula limpia viable es el hidrógeno, que desempeñará un papel importante en el logro de estos objetivos". 

Ningún sector quiere perder comba. En julio, un grupo de compañías europeas de infraestructuras de gas, entre ellas la española Enagás -5% de la SEPI-, presentó el European Hydrogen Backbone, un plan para desarrollar una infraestructura de transporte para el hidrógeno. Según la propuesta, dicha infraestructura se empezará a desplegar en los primeros años de la década actual y hacia el año 2040 ya se habría extendido a lo largo del continente con una longitud de casi 23.000 km, de los cuales el 75% corresponderían a gasoductos de gas natural adaptados.

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