El Gobierno confirma a las eléctricas que habrá apagón nuclear entre 2025 y 2035

  • El Ministerio de Transición Ecológica cambiará la normativa para impedir bloqueos en las centrales y negociará instalación por instalación
Gráfico nucleares España.
Gráfico nucleares España.

Los responsables de las grandes compañías eléctricas,  Ignacio Galán (Iberdrola),  Francisco Reynés (Naturgy) y José Bogas (consejero delegado de Endesa) han mantenido un encuentro con la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera para conocer de primera mano el Plan de Energía y Clima que el Gobierno está a punto de aprobar y que, entre otras cosas, prevé el cierre escalonado de los siete reactores nucleares en operación hasta 2035. Ribera confirmó a los presidentes que el cierre nuclear se producirá no antes de 2025 y no después de 2035, según fuentes al tanto de los contactos. eso quiere decir que algunas de las centrales superarán los 40 años de funcionamiento.

Ahora se abre un periodo de negociación para que las empresas y el Gobierno negocien los cierres central por central. Todo el proceso estará supervisado por Enresa, que deberá dar el visto bueno. Para facilitar el apagón escalonado, el Ministerio cambiará la normativa. Las eléctricas ya no estarán obligadas a solicitar permisos de funcionamiento por  10 años y tampoco tendrán que adoptar decisiones por unanimidad, lo que evitará bloqueos.

Dentro del plan del Gobierno, tiene lógica que el primer cierre -antes de 2025- sea el de la central de Almaraz, que cumple los 40 años en 2023. No obstante, ese extremó no llegó a concretarse en la reunión, según las fuentes consultadas.

Cumbre eléctrica

La cumbre eléctrica se ha producido precisamente en vísperas de que las empresas celebraran junta para decidir si Almaraz solicita permiso para funcionar hasta los 40 años -como defienden Iberdrola y Naturgy- o prolongar su vida útil más allá, como quiere Endesa. Las posiciones estaban muy divididas, hasta el punto de que las empresas no descartaban tener que acudir a un arbitraje para solventar las diferencias.

El cierre de Almaraz antes de 2025 encaja en los planes elaborados por el Gobierno para la transición energética. Según la hoja de ruta del Ministerio de Transición Ecológica, hasta 2025 sólo se prevé el cierre de una única central. Hasta 2030 se cerrarán otras dos y  el cierre total se extenderá hasta el año 2035.

El ritmo de cierres previsto en lo que todavía es un borrador, se ajusta a los informes que maneja la empresa pública de residuos Enresa y que conocen bien las compañías eléctricas. Según dichos informes, a corto plazo no es posible cerrar y desmantelar más allá de dos centrales y siempre que los cierres se produzcan con un intervalo de tres años.

Almaraz, la primera

La cercanía de la central de Almaraz a los 40 años -los cumple según las empresas en 2023 aunque fue conectada a la red en 2020- ha provocado agitación en el sector eléctrico. Iberdrola (53%), Endesa (36%) y  Naturgy (11%) están atados en la central en una Agrupación de Interés Económico (AIE), que obliga a adoptar los acuerdos por unanimidad. Un desacuerdo prolongado podría llevar a una corte comercial de arbitraje.

Pero el debate con el Gobierno va más allá de Almaraz. Las eléctricas han tejido con los años una compleja red societaria que envuelve a los siete grupos nucleares en funcionamiento. Salvo Ascó I (propiedad de Endesa) y Cofrentes (propiedad de Iberdrola), el resto de centrales forman parte de dos Agrupaciones de Interés Económico (AIE). Son las que reciben la licencia de funcionamiento y son las responsable ante terceros.

Las dos agrupaciones son la Asociación Nuclear Ascó-Vandellós II (ANAV), en la que participan Endesa e Iberdrola -preside la primera-, y la de la Central Nuclear Almaraz-Trillo, (CNAT), que administra Iberdrola. Las Agrupaciones de Interés Económico son sociedades mercantiles especiales. Se utilizan principalmente para el fomento de las actividades económicas de sus socios, tienen un régimen fiscal especial y su finalidad teórica es semejante a las sociedades de garantía recíproca.

En esa maraña societaria se tienen que poner de acuerdo empresas con muy diferentes intereses. Para empezar, no comparten ni siquiera el calendario de amortizaciones de las centrales. Iberdrola y Naturgy lo hacen a 40 años y Endesa a 50. Además, las perspectivas del cierre nuclear tienen efectos distintos. Para Iberdrola y para Naturgy puede suponer un empujón al negocio de los ciclos combinados, que apenas si funcionan una quinta parte de su capacidad.

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