Endesa se convierte en la llave del grupo italiano Enel para crecer en Marruecos

  • El Gobierno marroquí pone en venta su participación del 48% en la central de gas de Tahaddart en la que participa la eléctrica española 
Endesa controla un 32% de las acciones de Tahaddart y gestiona la instalación.
Endesa controla un 32% de las acciones de Tahaddart y gestiona la instalación.

Endesa, propiedad de la italiana Enel (70%), se ha convertido en la llave maestra del grupo italiano para consolidar posiciones en el Norte de África. El Gobierno de Marruecos ha diseñado un plan de privatizaciones por importe de 10.000 millones de dirhams (920 millones de euros) en el que se incluye la venta de su participación del 48% en la central de ciclo combinado de Tahaddart, la primera instalación térmica de gas que se construyó en Marruecos, situada a 46 kilómetros de Tánger y a 110 de Ceuta. Endesa controla un 32% de la central y Siemens un 20%.

El plan de ventas del Gobierno marroquí incluye el famoso hotel La Mamounia, en Marrakech y puede ser una buena oportunidad para Enel. El grupo italiano participa en proyectos de renovables en Marruecos a través de Enel Green Power. Hace dos años logró que el Gobierno marroquí le adjudicara (preasignara), la construcción de cinco proyectos eólicos por un total de 850 MW junto con el grupo alemán Siemens y la empresa local Nareva. La apuesta por los planes de privatización, si se concreta, necesita a Endesa. La filial española es la que participa en la sociedad Energie Electrique de Tahaddart, junto a la estatal marroquí Office Nationale de Electricité y Siemens. Es la llave para consolidar posiciones.

Endesa no hizo comentarios acerca de las posibilidades que abre el plan privatizador de Marruecos. Para Enel y su división renovable –Enel Green Power- es una buena oportunidad. Marruecos carece de gas y de petróleo. Pero le sobra sol y viento. Desde 2015, el país africano ha apostado por el desarrollo renovable. Marruecos ya produce casi tres Gigavatios (GW) de potencia con energías renovables y pretende que su capacidad de producción mediante fuentes limpias llegue al 42 % en 2020 y al 52 % en 2030.

Un marco atractivo

El marco económico es atractivo. Desde el año 2000, el producto interior bruto de Marruecos se ha multiplicado por dos y en 2017 la economía creció un 4,1 %. En buena parte, subraya la propia Enel en sus documentos públicos, gracias a reformas y estrategias que intentan conseguir un desarrollo integral de la industria, las infraestructuras y la energía para atraer inversiones. El objetivo es conseguir una mayor independencia energética. Como España, Marruecos depende de las importaciones para cubrir sus necesidades energéticas. Hace solo 10 años, en 2008, importaba el 98% de los recursos para producir energía.

La central de Tahaddart es una buena tarjeta de presentación para las aspiraciones de Enel. El proyecto comenzó en 2003 y en el mismo participaba inicialmente la francesa estatal EDF. Pero fue Endesa quien se quedó con la gestión, en usufructo por 20 años. La central se construyó para aprovechar el gasoducto del Magreb que, procedente de Argelia, pasa por Marruecos. De hecho, Tahaddart se sitúa a sólo 13 kilómetros del gasoducto que enlaza con España vía Huelva. La instalación quema el gas que Marruecos cobra como peaje para cubrir hasta un 10% de la demanda eléctrica marroquí.

Limitada al mercado ibérico

Para Endesa, el plan de privatizaciones de Marruecos puede ser la recuperación -al menos en parte- de la perspectiva internacional que perdió con la toma de control de Enel. La eléctrica que preside Borja Prado se ha quedado limitada al mercado de España y Portugal y más testigo que protagonista de los cambios que se viven en el mercado energético.

Ser la llave en una operación de calado internacional puede servir también para definir mejor las relaciones entre el grupo energético italiano y la Administración española, enturbiadas en los últimos años. El ministro de Energía con el PP , Álvaro Nadal, llegó a acusar a Enel de hacer política "a favor de los ciudadanos italianos a costa del consumidor español y de los trabajadores españoles" por el posible cierre de centrales de carbón.

Para Enel, la posición de Endesa en Marruecos ratifica que Endesa fue una buena operación para sus intereses. La compañía italiana ha amortizado ya vía dividendo prácticamente lo que invirtió en la compra de la eléctrica hace una década. Bajo su dirección, Endesa agrupó primero (2012) y segregó después, los activos en América Latina que una vez la convirtieron en una joya del sector público. Enel logró al fin controlar las filiales de Endesa en Argentina, Brasil, Perú, Colombia y Chile. Además, Enel ha trasladado la gestión de la tesorería y de las nóminas de su filial a India y Rumanía.

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