Enel encarga a Sánchez-Calero mejorar la relación con los inversores de Endesa

  • El nuevo presidente está vinculado el despacho Allen&Overy, que asesoró en 2009 en la operación de compra del 25% de Endesa por el grupo italiano.
Juan Sánchez-Calero será el nuevo presidente de Endesa.
Juan Sánchez-Calero será el nuevo presidente de Endesa.

El grupo Enel, propietario del 70% de Endesa, tiene claro por qué ha elegido a Juan Sánchez- Calero como nuevo presidente de la eléctrica en sustitución de Borja Prado. El presidente -'in pectore' hasta la junta de abril- tiene un perfil mediático bajo, pero es un experto reconocido en derecho mercantil nacional e internacional y en gobierno corporativo.  Tiene un encargo: cuidar la relación con los inversores. Endesa tiene un 30% de su capital en Bolsa y los propietarios italianos han buscado un perfil ideal para las entidades que asesoran a los grandes inversores institucionales en sociedades cotizadas.

El experto en derecho mercantil, que en su día trabajó para Mario Conde, está vinculado al despacho Allen&Overy, bufete especializado  en asesoramiento en operaciones complejas. Allen&Overy asesoró en 2009 a los bancos que financiaron a Enel -Santander, BBVA y Mediobanca- en la adquisición de la participación del 25% de Acciona sobre Endesa con un préstamo por importe de 8.000 millones de euros.

Enel ha visto en Sánchez-Calero a un experto con prestigio que será bien acogido por los 'proxy advisors', los asesores de inversión que prefieren jugar en su labor con las reglas del mercado anglosajón. Endesa sigue esa línea con la división de tareas entre el que será el nuevo presidente y el consejero delegado, José Bogas, encargado de gestionar la compañía con todos los poderes ejecutivos.

Bogas conoce al dedillo todos los engranajes de la compañía después de 37 años y tendrá que batallar en una transición sin precedentes que afecta al núcleo del negocio, con cierres de centrales de carbón y de centrales nucleares. De hecho ya lo está haciendo. La gran batalla en curso de Bogas es la negociación a tres bandas  -con el Gobierno, con Iberdrola y con Naturgy- del calendario de cierre de nucleares.

Diez años de presidencia

El mismo consejo que aprobó el sucesor de Borja Prado tras diez años de presidencia aprobó también firmar el protocolo para el apagón nuclear que el Gobierno quiere llevar a cabo entre los años 2027 y 2035. A Bogas le vendrá bien los conocimientos de Sánchez-Calero en derecho mercantil porque el proceso de cierre de instalaciones requerirá modificaciones en la norma que ha permitido a las compañías eléctricas compartir la propiedad de las centrales a través de agrupaciones de interés económico.

Pero eso será dentro de unos meses. Lo más inmediato es qué va a suceder con la primera central que debe cerrar: Almaraz I, propiedad de Endesa, Naturgy e Iberdrola. Almaraz cumple 40 años de vida en 2023, pero las empresas debían decidir antes de fin de mes el plazo para el que solicitar la extensión de actividad. En Almaraz han saltado chispas. Pero Endesa (Bogas) ha conseguido que sus todavía socios acepten solicitar la extensión de la actividad durante algo más de siete años, hasta 2027.

Cuando Sánchez-Calero asuma la presidencia de la compañía, la primera batalla se habrá cerrado. Pero en un sector energético convulso quedan más. El tándem de Sánchez-Calero y Bogas debe asegurar a los inversores, con el dueño Enel a la cabeza, que el flujo de dividendos seguirá manando sin interrupciones. Bogas sobre todo tiene que conseguir que el beneficio neto crezca un 7% de media anual en el periodo 2018-2021, hasta alcanzar los 1.800 millones de euros en ese último año.

El plan estratégico de Endesa en vigor prevé el reparto de 4.600 millones de euros en dividendos entre 2019 y 2021 (5.940 millones si se incluyen los dividendos con cargo a 2018). Un buen argumento para el experto en el mercado de valores que también es Sánchez-Calero, cuyo sueldo se ajustará a su perfil. Cobrará más que la media de los consejeros -en torno a 300.000 euros anuales-, pero lejos de las cantidades que ha cobrado Borja Prado.

Endesa pagó a Prado el año pasado una retribución total de 3,61 millones de euros (3,07 millones en metálico en concepto de sueldo fijo y variable; 281.000 por su plan de ahorro más otros 252.000 euros en especie), según recoge el Informe de Remuneraciones de Consejeros remitido por la eléctrica a la CNMV. Su finiquito superará los 13 millones.

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