Enel lleva a la India y Rumanía la gestión de la tesorería y las nóminas de Endesa

  • Malestar interno por las decisiones de los gestores italianos; los sindicatos denuncian el vaciamiento de la filial española 
El consejero delegado de Enel, Francesco Starace (izda), junto al presidente de Endesa, Borja Prado.
El consejero delegado de Enel, Francesco Starace (izda), junto al presidente de Endesa, Borja Prado.
EFE

Enel, la compañía eléctrica participada en un 25% por el Estado italiano, ha trasladado la gestión de la tesorería y de las nóminas de su filial en España, Endesa, a India y Rumanía. La externalización, confirmada por fuentes de la empresa y fuentes sindicales, ha aumentado el malestar interno por lo que se considera un paso más en el vaciamiento de la empresa española por la propiedad. Los sindicatos, en plena negociación del nuevo convenio de la empresa, se quejan de que Enel no aplica la misma vara de medir en España que en Italia.

Mucho han cambiado las cosas desde que Enel comenzara la conquista de Endesa en un lejano 2007. En 2009, cuando completó la toma de control de la eléctrica con la compra a Acciona del 25% del capital por 11.107 millones, Endesa contaba con 26.305 empleados en todo el mundo. Buena parte correspondía a sus participadas en Chile, Argentina, Brasil, Perú y Colombia, que habían convertido a la antigua joya del sector público en la punta de lanza de la inversión española en América Latina. Hoy, tras varios procesos de ajuste, la plantilla de Endesa ronda los 9.000 empleados.

Endesa ha quedado limitada al negocio en la península ibérica. Sus empleados, explican fuentes sindicales, observan con preocupación cómo Enel aprieta las tuercas con medidas de ahorro. Las más inmediatas, el traslado de parte de las tareas de administración, tesorería y formación a India y Rumanía.

Un proceso en marcha

Fuentes de la eléctrica han admitido que la externalización de algunas actividades está en marcha. "Son procesos normales de externalización para la optimización de costes, al estilo de lo que hacen muchas empresas". La compañía no detalla a cuántos empleados afecta la medida.

 Manuel Jaramillo, representante del sindicato mayoritario en la empresa, UGT, inscribe el proceso de externalización en "un proceso continuo de descapitalización de la empresa, con reorganizaciones continuas que afectan a centenares de empleados". En su opinión, "el futuro de la empresa es preocupante".

La preocupación no es sólo sindical. En los órganos de dirección de la compañía también hay inquietud por las consecuencias de la externalización en la relación con clientes y proveedores. "Hay desorientación", apuntan fuentes al tanto del proceso que reclaman anonimato.

Derecho a desmembrar

El segundo sindicato por representación en la empresa, CC OO, también critica la estrategia de Enel en la compañía. El secretario general del sindicato en la eléctrica, José Manuel Falagán, asegura que "comprar Endesa no significa tener derecho a desmembrarla, destruir su significado histórico y enfrentar groseramente a sus trabajadores".

Las aguas bajan revueltas allí donde se mire. Lo mismo en las áreas de negocio más tradicionales que en las nuevas líneas de negocio. Un ejemplo es la reorganización de las Unidades de Producción Hidráulica (UPH) -centrales hidroeléctricas-. En la UPH Ebro-Pirineos, la reorganización afecta a 13 empleados, según los sindicatos. Y no ha sido bien acogida.

Lo mismo sucede con los servicios de valor añadido para hogares y empresas, eficiencia energética, generación distribuida o vehículos eléctricos. Enel ha creado una línea para todos ellos -EnelX- que quiere gestionar desde italia. En Endesa hay resistencia y debate interno. De momento, en España el servicio no se llama EnelX, internamente se denomina ESolutions y es un nuevo motivo de discrepancia con la gestión de la parte italiana.

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