Consecuencias de la descarbonización

Enel extiende a todo el grupo el modelo de ajuste de plantilla pactado en Endesa

La multinacional italiana cerrará centrales térmicas en Italia y en Chile con planes de salida voluntarios como los que ofrece en España.

Central de carbón de Compostilla (León).
Central de carbón de Compostilla (León).

El grupo italiano Enel, propietario del 70% de Endesa, va a extender al conjunto de sus empresas el modelo de ajuste de empleo pactado en la filial española, con salidas voluntarias y recolocaciones. La intención es  adecuar la plantilla, 68.000 trabajadores en 32 países, al proceso de descarbonización. Los ajustes afectarán, además de España -10% de la plantilla, unos 800 empleados- a Italia y a Chile fundamentalmente. El plan estratégico 2020-2022 del grupo, participado por el Estado italiano en un 25%, prevé la sustitución progresiva de la generación de carbón y la inversión de 14.400 millones de euros en  nueva capacidad renovable.

Sobre el plan de ajuste en marcha, Enel precisa que "no se espera ningún plan de despido". "Como se sabe", añade, "existen planes voluntarios de prejubilación en relación con la evolución del negocio, que siempre se gestionan conjuntamente con las comunidades y los interlocutores sociales pertinentes de los distintos países en los que opera el Grupo Enel”.

En España, el proceso está en marcha. Endesa, como el resto de las eléctricas, a excepción de EDP y Viesgo, va a apagar las centrales de carbón a fin de mes. En enero, la filial española de Enel adelantó el modelo de ajuste de empleo que conllevará la reconversión. La compañía acordó con el sindicato mayoritario UGT  un plan de bajas voluntarias al que se podrán acoger todos los empleados que hayan cotizado al menos 25 años. Endesa se compromete a sufragar hasta 15 años de salario a quienes cumplan el requisito, aunque con rebajas de entre el 40% y el 20% respecto al salario real según el tiempo que falte hasta la edad de jubilacion de 65 años.

Centrales en operación

Enel va a ampliar el proceso de recortes no traumáticos de empleo a Italia y a Chile, donde todavía mantiene centrales térmicas en operación. En Italia, la decisión de cierre estaba anunciada hace tiempo. En el país transalpino se ha decidido el cierre de 23 centrales, que suman 13.000 Megavatios (MW) hasta la fecha. El plan del grupo es reducir la capacidad y la producción de carbón en un 61% y 74% respectivamente en comparación con 2018. 

En Chile, la compra de Endesa y la absorción de sus filiales en América Latina, convirtió a Enel en la primera compañía de generación del país, con 17.548 GWh producidos en 2019, de los que un 44% salieron de las centrales termoeléctricas de Bocamina, San Isidro y Huasco. Enel va a reducir personal en las instalaciones, si bien, no da detalles sobre el total de afectados, ni en Chile, ni en el resto de los países. En el caso de Bocamina, el cierre de la instalación se adelanta en 18 años, según los medios locales.

Los planes para reducir plantilla sin medidas traumáticas se ajustarán a las circunstancias de cada país, precisan fuentes del grupo, aunque siempre con la idea de que el proceso sea con bajas voluntarias. En España, el plan que acompaña al convenio pactado sólo con el sindicato UGT permitirá a los empleados que opten por la salida cobrar entre el 60% -los más alejados de los 65 años- y el 80% del salario. 

En el caso de Endesa, no es la primera vez que la empresa maneja planes para aligerar la plantilla, pero la oferta de salidas ha llegado en un momento clave para la compañía, que está en plena transformación y apostando por áreas de actividad, como las renovables, que suponen también ajustes en las necesidades de plantilla. Endesa se subió con cierto retraso a  la ola de cierres de centrales de carbón que comenzó en 2017 con la solicitud de Naturgy para clausurar la central de Anllares (León), seguida de las peticiones de Iberdrola para las instalaciones de Lada (Asturias) y de Velilla (Palencia). Finalmente, Endesa anunció el cierre  de todas las centrales, inlcuidas las que barajaba mantener a partir de junio de 2020: As Pontes (A Coruña) y Litoral (Almería). 

Otro modelo de crecimiento

En España y en el resto de los países, Enel intenta acelerar el cambio en el modelo de crecimiento que inició en 2015. Pasó de inversiones a gran escala a proyectos renovables más pequeños pero más numerosos. El  objetivo es lograr la descarbonización total de la generación en 2050 con inversiones que en tres años superarán los 28.000 millones de euros.

Las palabras mágicas, para Enel y para todas las empresas del sector son electrificación y digitalización. Ahí está el futuro. Los ajustes no son fáciles aunque los resultados en el sector eléctrico, de momento, han permitido esbozar planes para evitar despidos. A Enel le ha ido bien en España con Endesa. Ha recuperado con creces la inversión que hizo en su día, ha consolidado posiciones en América Latina y encara el futuro con buenas perspectivas. En 2019, Endesa logró un beneficio neto de 171 millones en 2019, el 88% menos que los 1.417 millones que ganó un año antes, lastrada por el impacto del deterioro contable de las centrales de carbón que tiene previsto cerrar por valor de 1.409 millones.

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