El agua de las minas de carbón será la nueva 'gasolina' de los coches eléctricos

  • El agua del Pozo Barredo generará electricidad para una 'electrolinera' y en León se creará una central hidroeléctrica con el agua de Navaleo 
Mina de carbón
Mina de carbón
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El pozo Barredo (Mieres, Asturias) de Hunosa fue el escenario en las navidades de 1991 del encierro en su quinta planta de las ejecutivas del SOMA-UGT y de CCOO en protesta por los planes de reconversión minera del Ejecutivo de Felipe González, considerado uno de los hitos de la lucha de los trabajadores de la minería del carbón, y allí estuvieron los entonces secretarios generales de las dos centrales, Antonio Gutiérrez y Nicolás Redondo. Pese a aquella protesta la mina cerró en 1995 como han hecho la práctica totalidad de las minas españolas el 31 de diciembre de este año y el pozo minero, situado en pleno casco urbano de Mieres, con 335 metros de profundidad y cuya quinta planta se encuentra a 135 metros bajo el nivel del mar, como el resto de minas cerradas, se va inundando de agua de forma natural.

Ese agua es más caliente en los niveles más bajos y además se le ‘inyecta’ calor mediante un proceso de bombeo y una bomba de calor. Es la geotermia. Así, varios edificios de Mieres, el de la Universidad de Oviedo, el hospital Álvarez Buylla, el edificio de la Fundación Asturiana de la Energía (FAEN), un bloque de viviendas… reciben ya en la actualidad agua caliente para calefacción central mediante este sistema renovable. Ahora, aprovechando la diferencia de metros en el bombeo y la velocidad del agua, FAEN, con la colaboración de la Universidad de Oviedo y apoyados por el proyecto Retos del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, trabaja para que se pueda generar electricidad gracias al salto del agua de la mina al ser bombeada y alimentar una estación de carga para vehículos eléctricos. Las previsiones son que la 'electrolinera' alimentada en parte con la electricidad producida por el agua de mina pueda estar operativa "en unos dos años", dicen desde FAEN.

"No será mucha la energía eléctrica que se produzca, pero podemos alimentar la estación de carga para vehículos eléctricos autónoma y fotovoltaica que acabamos de inaugurar de manera híbrida también con hidroelectricidad producida de manera totalmente renovable", aseguran. Y es que FAEN, una entidad en la que participa el Gobierno de Asturias, la Universidad de Oviedo y empresas privadas, entre ellas todas las eléctricas, acaba de inaugurar, la primera estación de España para la recarga de vehículos eléctricos alimentada exclusivamente con energía fotovoltaica y que gracias a las baterías con las que cuenta es independiente de la red de suministro. Un punto de carga para cuatro vehículos cuyo uso será abierto a los usuarios que lo requieran.

La instalación dispone de 30 paneles fotovoltaicos dispuestos en una pérgola con capacidad para 4 vehículos y un campo de baterías de acumulación de 60 kilovatios por hora. Cuenta, además, con dos puntos de recarga que permiten suministrar energía simultáneamente a dos vehículos eléctricos o híbridos enchufables. La potencia de salida a la que los automóviles pueden cargar es de 15 kilovatios (kW). Es decir, se trata de una recarga semirrápida, de modo que en dos horas se puede llenar el 80% de la batería de un vehículo eléctrico medio y en unos 40 minutos, la de un híbrido enchufable. Todo esto la convierte en una estación singular de la que no existen precedentes en España.

Esta instalación servirá también de base para ensayos y pruebas, abierta a la Universidad y a las empresas del sector, donde se podrán llevar a cabo labores de investigación e innovación. En este sentido, dentro de esas líneas de investigación se encuentra la de "aumentar la producción de electricidad usando fuentes renovables, como el aprovechamiento de agua de mina de las inmediaciones", que ya se utiliza. "El objetivo se centra ahora en aprovechar también su velocidad para producir electricidad y llevar a cabo así una hibridación de soluciones fotovoltaicas e hidroeléctricas", explican desde FAEN. Además, existe otro proyecto para el almacenamiento físico de energía, como complemento al almacenamiento de la electricidad producida en baterías.

Pero además de este proyecto de geotermia y electricidad alrededor del Grupo Hunosa unas decenas de kilómetros más al sur, en el Bierzo leonés, el Grupo Lamelas Viloria, uno de los que más se han resistido a dejar su actividad minera, trabaja desde hace años en el proyecto de crear una central hidroeléctrica reversible aprovechando el agua en la antigua mina de Navaleo en Tremor (León), donde con una inversión de 400 millones, se instalará una central hidroeléctrica de 552 megavatios.

El proyecto ha sido declarado de interés general por la Unión Europea lo que facilitará el acceso a la financiación para la ejecución de un proyecto que puede generar entre 400 y 500 puestos de trabajo en su fase de construcción y mantener luego un plantilla estable de medio centenar de trabajadores, algo vital para una región golpeada por la crisis de la minería, según explica un técnico medioambiental del Grupo, quién cuenta que el proyecto se encuentra "en fase de estudio de impacto ambiental" y en cuanto estén todos los permisos, "se llevará adelante, esperemos que para 2020, y así poder estar operativo en 2023 o 2024".

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