Repsol no contempla la posibilidad de salir de Venezuela por mucho que se complique la situación política y económica del país. “Llevamos 20 años en Venezuela y esperamos estar al menos otros 20”, aseguró a La Información el presidente de la petrolera Antonio Brufau. El presidente acudió este lunes al VII Simposio Empresarial Internacional de la Fundación para la Sostenibilidad Energética y Ambiental (Funseam), donde intervino también la ministra de Transición Energética, Teresa Ribera.
Brufau hizo gala de optimismo al abordar la crisis venezolana en conversación con un grupo reducido de informadores. “Ningún país se ha hundido” pese a atravesar por momentos duros, sostuvo. Y si la situación se complica “lo de menos será Repsol porque lo importante son los venezolanos”. Este mismo lunes, el presidente del Gobierno español y otros 19 países de la UE han reconocido a Juan Guaidó como presidente encargado en Venezuela y se han apartado de Nicolás Maduro. La idea es que el nuevo líder convoque unas elecciones presidenciales cuanto antes.
La tranquilidad del presidente de la petrolera contrasta con el impacto de la situación de Venezuela en las cuentas de la compañía. Repsol ha realizado en los últimos años importantes provisiones para reducir su exposición patrimonial en el país caribeño. La ha reducido en dos años de 2.000 millones a algo más de 700 millones.
Brufau admitió la presión, pero matizó que “una cosa es el valor contable de los activos, que hemos provisionado de forma prudente y otra el valor operativo de los mismos. El hecho de que haya provisionado no quiere decir que Repsol piense en marcharse (de Venezuela)”.
Reservas de petroleo y gas, y pago en especie
Repsol tiene importantes reservas de petróleo y gas en Venezuela, donde opera desde 1993. La compañía extrajo el pasado año 77.064 barriles equivalentes de petróleo diarios, el 10% de su producción diaria en todo el mundo. La petrolera es una de las empresas españolas con más peligro ante un cambio de Gobierno traumático en el país, si bien cuenta con una larga experiencia en aquella zona que avalan su postura.
En el análisis de la situación venezolana pesa la historia de la compañía. En 2011, Repsol también sufrió un parón de actividad en Libia con la caída del régimen de Gadafi. La situación se normalizó posteriormente. De ahí que Brufau sostenga que ningún país ha llegado a hundirse por completo. Al menos en lo que al negocio petrolero se refiere.
Más problemas tuvo la petrolera en Argentina, de donde tuvo que salir y dejar su alianza con YPF pese que no había ninguna revolución política radicalizada en ese momento. Repsol no recibe dinero por el petróleo y el gas que extrae en Venezuela. Cobra de la petrolera estatal en especie. Recibe barcos cargados de crudo que refina en Cartagena y en Bilbao.
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