El ministro de Energía, Álvaro Nadal, ha pedido hoy al sector energético que deje de recurrir toda la normativa que elabora el Gobierno porque genera "inseguridad jurídica", y ha justificado los ajustes que quiere hacer en el sistema eléctrico y el gasista ya que no son tan "dramáticos". Su Departamento se está encontrando con recursos sistemáticos por parte de los servicios jurídicos de las compañías cada vez que el Boletín Oficial del Estado (BOE) publica una nueva medida.
En su intervención en el Simposio Empresarial Internacional organizado por la fundación Funseam en Barcelona, Nadal ha asegurado que "no es normal la situación actual, en que absolutamente todo se recurre con la idea de a ver qué cae", ha añadido en alusión a la actitud del sector energético.
Las declaraciones las ha hecho, precisamente, ante un foro de numerosos directivos del sector, como el presidente de Enerclub y Endesa, Borja Prado, o bien del presidente de Enagás, Antonio Llardén. A todos ellos les ha pedido que no judicialicen el sistema, y ha asegurado además que si no existiera esta "conflictividad continua", el Ejecutivo no habría tenido "ninguna reacción".
El ministro tiene enfrentamientos abiertos con buena parte del sector. A los problemas con el Castor por la sentencia del Tribunal Constitucional (que ha dejado en el aire el pago de 1.350 millones a los bancos Santander, Caixabank y Bankia por el cierre del almacén de gas), se suman las quejas del sector de las renovables por la regulación de autoconsumo; el hecho de que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) cuestione su decreto de cierre de centrales porque crea inseguridad; o los rifirrafes con este último organismo por tema de competencias que han llevado, incluso, a la apertura de un procedimiento de infracción por parte de Bruselas.
En respuesta a las quejas del sector por la pretensión del Gobierno de recortar la retribución a la distribución eléctrica, ha asegurado que "no se le puede dejar a un monopolista fijar los precios".
Asimismo, Nadal ha dicho que no conoce "ninguna actividad" sin riesgo en la que se retribuya el precio al que el Tesoro coloca su deuda a 10 años más 200 puntos básicos, en lo que considera una rentabilidad "limpia de polvo y paja".
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