Más de 20.000 salidas este año

De la banca al comercio... los EREs que vendrán en 2021 (y no solo por la Covid)

El ajuste que anunció El Corte Inglés hace unas semanas será el pistoletazo de salida de otros que se esperan en el sector en los próximos meses. El mundo financiero continuará adelgazando su estructura. 

Manifestación de CCOO y UGT para exigir la retirada del ERE de Aernnova
Manifestación de CCOO y UGT para exigir la retirada del ERE de Aernnova
CCOO

"Empezamos con un ERTE y muchos terminarán en un ERE". Este es el resumen de muchos de los representantes sindicales cuando se les pregunta por lo que sucedió en 2020 y lo que pasará a nivel laboral en muchas empresas este 2021. "El Corte Inglés es el mejor ejemplo y solo el principio de todo lo que vendrá durante este año", señalan a La Información fuentes sindicales. Durante años cualquier política que imponía el grupo de grandes almacenes que capitanea Marta Álvarez era replicada a los pocos meses por otras muchas marcas del sector. "Por desgracia, esta vez también", indica otro representante sindical de la rama del comercio. 

Las tendencias que en los últimos años se han ido consolidando con el auge de las nuevas tecnologías han cogido vuelo en los meses en los que la Covid-19 ha impedido el normal desarrollo del día a día y ha acelerado lo que para muchos ya era un fenómeno esperado, los recortes en las estructuras laborales. La banca es uno de los sectores que durante años ha ido ha adelgazado sus balances a base de EREs, prejubilaciones o cualquier instrumento similar. Tanto es así que, en los últimos doce años, el sector financiero ha perdido 100.000 empleos según los datos del Banco de España, un movimiento que, de acuerdo con los sindicatos no terminará este año. 

Solo durante estos primeros meses del año está comprometida la salida de varios miles de trabajadores del sector financiero. Las prejubilaciones de Santander y Sabadell, ya firmadas con los representantes de los trabajadores, y las de BBVA, aún sin negociar, engrosarán una lista que no se detendrá por ahora. "El sector financiero va a seguir viendo salidas durante este año y el próximo. La digitalización ha llegado para quedarse y ya no son necesarias tantas oficinas. Hay que reorganizar recursos", destacan desde una de las principales entidades financieras. Además, hay que sumar las que se deriven de la fusión entre CaixaBank y Bankia, que podrían superar las 8.000, y las de Unicaja y Liberbank. 

Pero si hay un sector que en el mercado tienen claro que sufrirá este año es el del comercio. Los ERE de Douglas y El Corte Inglés son para muchos un 'aviso a navegantes' y los sindicatos ya hacen cábalas para ver quién será el siguiente en anunciarlo. "Las ventas online han comido mucho terreno a lo presencial, pero no hay que descuidar la atención personalizada. Para muchas marcas es la seña de identidad", recuerdan desde uno de los principales sindicatos. Para ellos, los despidos serán imparables también en el comercio.

Más de 20.000 salidas ya anunciadas

El Gobierno, en una iniciativa liderada por la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, desplegó una red de protección para el mercado laboral sin precedentes que, hasta ahora, había logrado contener la hemorragia con medidas como la prohibición de los despidos o la obligación de mantenimiento de las plantillas en los seis meses posteriores a la suspensión temporal de los contratos, pero el alargamiento de la pandemia y el empeoramiento de la solvencia del tejido productivo ya ha reventado el torniquete. Compañías de todos los sectores se han lanzado a anunciar una oleada de ajustes que afectará en toda España en torno a 20.000 trabajadores, si a los 14.000 empleos previamente estimados se les suman los 3.000 puestos en riesgo en BBVA y hasta 3.500 más en juego en El Corte Inglés.

La sangría que se avecina podría agravar considerablemente el escenario actual de 4 millones de parados (sin contar los 900.000 que siguen en expedientes de regulación temporales). A la vista de los anuncios de despidos colectivos, llama la atención que el Gobierno se siga resistiendo a admitir que la fuerte oleada de ajustes prevista por los analistas en verano del año pasado ya está aquí. Hace unas semanas, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, aseguraba en su cuenta de Twitter que "llevamos muchos meses escuchando que los ERTE se iban a convertir en ERE y eso no se ha producido. La mayoría de los trabajadores en ERTE han vuelto a la actividad sin que haya habido despidos gracias al buen diseño que hemos acordado con los agentes sociales". El responsable gubernamental obviaba así la avalancha de despidos anunciados por empresas de todos los tamaños en toda España.

Lo cierto es que los datos oficiales todavía no reflejan la oleada de ERE, principalmente porque muchos de estos procesos aún se encuentran en distintas fases de negociación, algunos incluso han sido impugnados y están en vía judicial. En cualquier caso, las estadísticas del Ministerio de Trabajo no recogen el repunte de los ERE por varios motivos. Primero, porque los datos disponibles solo abarcan el periodo de enero a diciembre de 2020 y muestran 8.614 trabajadores afectados por despido colectivo, lo que supone un descenso del 72% respecto al mismo periodo del año anterior. La explicación a esta caída se encuentra en que los procesos de regulación de empleo temporal han contenido en parte los despidos, ya que las empresas acudieron masivamente a los ERTE cofinanciados por el Estado. Pero también se produce un desfase estadístico por el colapso administrativo que han vivido las autoridades laborales, que no han remitido toda la información en tiempo y forma, de manera que los datos son provisionales.

Con todo, el Gobierno sí contempla un escenario de ERE masivos en los próximos meses. En los distintos departamentos económicos se asume que más allá del daño coyuntural que está causando la crisis de la Covid-19 a muchas empresas, la pandemia acabará provocando un fuerte impacto estructural en algunos sectores y los ERTE podrían terminar por convertirse en despidos definitivos. Para evitarlo, Trabajo y Seguridad Social ya están trabajando en nuevo esquema de protección permanente que servirá para mantener a flote actividades especialmente afectadas por el desplome de la demanda y sus efectos a largo plazo. La herramienta buscará facilitar la movilidad de los trabajadores entre empresas sin necesidad de pasar por el desempleo, para evitar situaciones de ERE; irá ligada a la formación de los trabajadores en ERTE, con posibilidad de ayuda pública en función del tamaño de las empresas; y será financiable con los fondos europeos procedentes del Plan de Recuperación y Resiliencia.

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