Tras el golpe de CaixaBank

BBVA utiliza la 'hucha' de la venta de EEUU para apurar su ajuste laboral

La entidad que encabeza Carlos Torres ha dejado en el aire las prejubilaciones y ha emplazado a los sindicatos a la reunión del martes para conocer las condiciones económicas del ERE.

Carlos Torres
El presidente de BBVA, Carlos Torres.
BBVA

BBVA sumará a la cuenta de los ERE de la banca otras 3.798 salidas y el cierre de 530 oficinas. Estas cifras son levemente superiores a las calculadas por los analistas en un inicio, que se situaban alrededor de los 3.000 empleados afectados. El banco ha apurado así un ajuste que ha sido tildado por el propio presidente del banco, Carlos Torres, de "necesario" y que será 'financiado' por la hucha conseguida de la venta de la filial de Estados Unidos. De esta forma, aprovechará al máximo para reducir los costes del banco que en tantas ocasiones se han puesto sobre la mesa y que se derivan, según su propia justificación, de motivos económicos, organizativos y de producción. 

Torres ha aprovechado los ingresos que se lograrán con la venta de Compass, unos 9.700 millones de euros, para llevar a cabo este ajuste y, además, dar un 'caramelo' a los accionistas a través de un nuevo dividendo una vez dé su plácet el Banco Central Europeo (BCE). Además, también llevará a cabo una recompra de acciones de hasta el 10% del total del capital del banco que ya ha sido aprobada en junta de accionistas. 

Parte de los casi 10.000 millones que se embolsará el banco al recibir las autorizaciones regulatorias ya están comprometidos. En la última reunión con los accionistas, celebrada hace poco más de una semana, se ratificaron dos de las medidas más importantes. Por un lado, la citada recompra de acciones, es decir, el equivalente a 667 millones de títulos que, a precio de mercado del cierre de este jueves, supondría el desembolso de 2.934 millones de euros. También se aprobó entonces el dividendo de 5,9 céntimos que se pagará el próximo 29 de abril y que conllevará un gasto de alrededor de 390 millones. 

En total, poco más de 3.300 millones a los que habrá que sumar un nuevo dividendo que el banco estaría planeando entregar a sus accionistas una vez que el BCE levante las restricciones que pesan sobre la retribución a los accionistas por la Covid-19. En la última junta, Torres confirmó que su objetivo es recuperar los dividendos en efectivo este año y aumentar el 'payout' hasta un entorno de entre el 35 y el 40%, previsiblemente ya con cargo a los resultados del ejercicio 2021. 

Adicionalmente, el coste del ajuste de BBVA será cargado también contra los ingresos que se obtengan de la venta de Compass. Las cifras de este recorte, más allá del primer dato de afectación, son todavía confusas. Las últimas prejubilaciones que ha hecho el banco sin planes masivos han tenido un coste aproximado de 300.000 euros por empleado. Así, en 2020, la salida de 769 trabajadores tuvo un coste de 224 millones. Un año antes salieron 616 personas a través de este tipo de medidas y se repercutió un coste de 190 millones. En 2018, la cifra fue de 489 salidas y el gasto, de 141 millones. En un ejercicio teórico en el que se extrapolasen estos datos, el coste del ERE ahora planteado ascendería a más de 1.139 millones. 

Las prejubilaciones, en el aire

Este mismo martes se celebró la segunda reunión de los directivos de la entidad que capitanea Carlos Torres con los sindicatos pero, más allá de estas cifras, el banco ha evitado dar más detalles, dejando en el aire la fórmula jurídica que utilizará y suscitando dudas sobre la posibilidad de evitar las prejubilaciones. Este hecho se produce apenas dos días después de que otra de las grandes entidades bancarias del país, CaixaBank, anunciase la salida de 8.291 personas en un ERE que se cubrirá en un 50% con trabajadores menores de 50 años

Fuentes de las negociaciones apuntan a que, pese a que no hay aún datos concretos, el ajuste podría combinar ambas posibilidades: las bajas incentivadas para menores de 50 años y las prejubilaciones. Este modelo, el mismo aplicado por CaixaBank, es el que ha levantado ampollas en el Gobierno. Nadia Calviño, María Jesús Montero, Yolanda Díaz y José Luis Escrivá, es decir, todo el área económica del Ejecutivo, han criticado las medidas de recortes de personal que están tomando los bancos, más si cabe en momentos en los que los bonus e incentivos de las cúpulas no paran de crecer. El próximo martes se celebrarán las terceras reuniones con los sindicatos tanto de la entidad catalana como de la de orígenes vascos. Será el momento de poner negro sobre blanco los pormenores de los ajustes. 

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