Será uno de los beneficiarios

Ericsson firma la paz con el Gobierno y pide 'colaborar' en los fondos europeos

El gigante nórdico cambia radicalmente su discurso ante el nuevo reparto de ayudas y la etapa 'post-pandemia' después de haber atacado el año pasado al Ejecutivo por la "difícil gobernabilidad".

El gigante Ericsson alerta: España se hace ingobernable desde la moción
Ericsson advirtió hace algo más de un año que España se hace ingobernable desde la moción.
EFE

El gigante nórdico Ericsson cambia de manera radical su discurso sobre el Gobierno de Pedro Sánchez. El fabricante del sector de las telecomunicaciones ha suavizado al límite su visión sobre el Ejecutivo justo en plena recuperación de la crisis económica causada por la pandemia global de la Covid-19 y del aluvión de fondos europeos. Después de que hace algo más de un año pusiera en duda la gobernabilidad del país por la coalición de PSOE y Unidas Podemos, ahora alaba su gestión de la crisis y llama a una "colaboración entre los sectores público y privado".

Hace algo más de un año se hizo público el informe anual correspondiente al ejercicio 2019 del fabricante sueco, proveedor clave para el despliegue del 5G ante las restricciones a Huawei. Y la dureza con la que atacaba al Gobierno fue especialmente llamativa. Se refirió a la "inestabilidad política que vive el país tras la moción de censura del 2018, que motivó la llegada de un nuevo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez del PSOE, apoyado en sus pactos con partidos nacionalistas y populistas". Y fue más allá: "La gobernabilidad está siendo muy complicada al tener dos partidos en coalición en el poder que necesitan del apoyo de sus socios de gobierno de índole separatista".

Ahora, después de que hayan transcurrido más de doce meses y una fuerte crisis como la de la Covid, la compañía elimina cualquier referencia al Gobierno de España en los riesgos potenciales para su actividad. Sólo se refiere a la "incertidumbre sin precedentes" a causa de la citada pandemia. Ante esta situación, la cúpula sueca apuesta por lo que califica como un "Gran Reinicio del capitalismo". En este sentido, se limita a insistir en que harán falta "gobiernos más robustos y eficaces y se requerirá la colaboración entre los sectores público y privado en cada etapa". No hace ninguna mención al español.

Donde sí que hace referencia al Ejecutivo de Sánchez es en el análisis sobre las medidas adoptadas para paliar esta dura crisis. "Se han desplegado por parte del Gobierno de España importantes planes de acción con medidas económicas y sociales". "Gracias a esta rápida respuesta se ha conseguido amortiguar el impacto económico y social", concluye, señalando las medidas de apoyo a la liquidez, de adaptación de jornada, de flexibilización o los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). Por tanto, no sólo no existe ni rastro de crítica, sino que su análisis es especialmente positivo sobre la gestión. 

Y una de las claves de este discurso hay que encontrarla en otro punto que trata en su informe: los 750.000 millones de fondos de recuperación, de los que para España se han reservado hasta 140.000 millones. En el marco de la gestión de todo este dinero público se encuentran proyectos del Ministerio de Asuntos Económicos como el de la Estrategia España Digital 2025 o los planes de conectividad digital y la estrategia de impulso del 5G. Todas ellas son herramientas en las que Ericsson aspira a jugar un papel importante, con la incorporación en los despliegues de muchas de esas infraestructuras financiadas. Hay mucho dinero en juego.

La otra gran clave en este cambio de discurso también reside en la revolución que se ha vivido en el equipo directivo de la compañía en España con la salida anunciada en enero de José Antonio López Muñoz, que dirigió la compañía durante una década. Durante los últimos años, el ejecutivo se ha mostrado muy crítico con el Gobierno, con medidas como la llamada 'tasa Google' -llegando a amenazar con llevarse los centros de I+D a la vecina Portugal- o con decisiones más concretas como la exclusión de la propia Ericsson y de otros de la reunión con la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, el pasado mes de febrero en Barcelona tras la suspensión del Mobile World Congress (MWC). Este tono mucho menos beligerante y más conciliador coincide con este movimiento.

Hay que tener en cuenta que Ericsson es uno de los actores más relevantes en el importante despliegue de las redes ultrarrápidas 5G. Junto con la también nórdica Nokia conforma el conglomerado europeo frente a Huawei y los proveedores de infraestructura de red chinos. Y ante las dudas sobre cuál será el papel del gigante asiático en el futuro y si el Gobierno decide cerrarle más la puerta en la futura 'ley 5G' que hoy está en elaboración, los suecos tratan de acercar posturas. Telefónica eligió a ambas multinacionales europeas para la parte de la radio de su futura 5G en España -la parte 'core', la más delicada, aún no ha sido licitada-, mientras que Vodafone optó por ellos para su primera prueba precomercial de despliegue.

Los números en España

A falta de las cuentas consolidadas en España, la filial principal de la empresa redujo de manera muy ligera su facturación en el país hasta dejarla por debajo de los 500 millones de euros. La rebaja fue similar en el resultado: en torno a 9 millones de euros de beneficios netos. En este inicio de los despliegues de red 5G en España, la empresa se jacta de haber sido elegida como socio tecnológico de estos primeros trabajos por los cuatro grandes operadores. Para tratar de aprovechar el máximo potencial a este ciclo inversor, la multinacional sí que avisa a Calviño y el Gobierno: después del retraso normativo, hay que retomar cuanto antes la reorganización de la banda de frecuencias de 3,5 GHz; la subasta de la de 700 Mhz, que será a finales de este mes, y la regulación de la banda alta de 26 GHz en el futuro.

El tono conciliador de los suecos no ha sido una excepción entre las compañías que serán las grandes beneficiarias de los fondos europeos, gestionados de manera directa por el Ejecutivo. Uno de los ejemplos más claros es el de la propia Telefónica. Durante el pasado año, el presidente ejecutivo, José María Álvarez-Pallete, llegó a defender un trabajo "espectacular" de la administración con la gestión de los miles de ERTE o de las operaciones del ICO, insistiendo en poner sobre la mesa un "falso dilema entre Estado y empresa". 

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