Tasa la cadena en 350 millones 

Eroski coloca el cartel de 'se vende' en Caprabo tras depreciar su valor un 72%

El grupo vasco de alimentación, que pagó cerca de 1.300 millones de euros por la firma catalana entre 2007 y 2012, viene explorando la posibilidad de deshacerse de su filial desde hace meses.

Caprabo avanza en su plan de franquicias con una nueva apertura en Barcelona
Eroski devalúa Caprabo un 72% para facilitar su venta y reducir su deuda.
Caprabo.

Al igual que la crisis económica de 2008 dejó hipotecas astronómicas que hoy en día siguen pagando religiosamente a pesar de que el precio de burbuja inmobiliaria estallase por los aires, también derivó en sobreprecios para quienes compraron antes de que el mercado se derrumbase. Es lo que le ocurrió a Eroski con Caprabo: en 2007 acordó su adquisición en varios tramos por un total cercano a los 1.300 millones de euros; esta semana, le ha puesto el cartel de 'se vende' por una cuarta parte de lo que pagó. La contracción constante en la facturación de su filial y la reciente refinanciación de la deuda de Eroski con la banca han terminado por aflorar un plan ideado ya desde 2019.

Los estados financieros de la compañía correspondientes al pasado ejercicio establecen un valor estimado de Caprabo de 351 millones de euros, frente a los 504 millones del año anterior, con el objetivo de facilitar su venta a lo largo de 2020. Se trata de una devaluación del 30% en solo un año y del 72% respecto al precio que pagó por adquirir la cadena catalana entre 2007 y 2012, tras cuatro años consecutivos de caídas en la facturación, que en este tiempo ha pasado de 2.200 millones de euros anuales en el momento de hacerse con Caprabo a los 790 millones que anunciaba el grupo.

Se trata de un descenso del 13% en las ventas de Caprabo que, en buena parte, se debe que la compañía cerró 29 tiendas y solo abrió 12 a lo largo de 2019, reduciendo sus establecimientos a 297 en toda España, frente a los 350 que operaban en todo el territorio nacional cuando Eroski se hizo con el 100% del capital de la cadena catalana de supermercados. Una política de desinversiones que enlaza con la acuciante deuda de Eroski, que en 2016 ascendía a 2.600 millones de euros y que solo el año pasado pudo refinanciar los aproximadamente 1.500 millones que aún debe a la banca.

Sin comprador y sin precio

En este sentido, Eroski deberá devolver 739 millones antes de 2024, fruto del acuerdo de refinanciación alcanzado tras una tensa negociación con la banca en la que tuvo que intervenir incluso el Gobierno vasco. De ahí las presiones de sus acreedores para que el grupo se deshiciera de activos no rentables como Caprabo, cuya venta encomendó desde el año pasado a la firma PwC. El problema es que el estallido de la pandemia del coronavirus pospuso indefinidamente el proceso de venta. Ahora, el precio de 351 millones es el que maneja Eroski como punto de partida para desprenderse de Caprabo, aunque lo más probable es que esa cifra no sea definitiva.

En primer lugar, porque de momento no existe comprador a la vista. Algunos de los competidores que llevan sonando meses como posibles interesados en la adquisición, como Lidl o Aldi, no han confirmado a 'La Información' ningún interés por el momento. En segundo lugar, y quizás más importante, porque esos 351 millones de euros representarían el 44% de la facturación de Caprabo, un precio muy por encima de lo que se suele pagar en el mercado por este tipo de operaciones. Teniendo en cuenta que el montante final suele estar más cercano al 30% de las ventas anuales de una empresa, la cifra podría rondar entre los 230 y los 250 millones de euros.

Y eso teniendo en cuenta que el valor de 351 millones de euros estimado en 2019 se tome como referencia para una venta que podría alargarse incluso más allá de este año, ya que los malos resultados de Caprabo son una constante desde que forma parte de Eroski: en sus cuentas de 2018, la filial catalana reveló unas pérdidas de 5 millones de euros y una caída de la facturación del 8%, hasta los 912 millones de euros. En 2019, la caída de las ventas se prolongó otro 13% -hasta los 790 millones de euros-, por lo que otro mal año, sumado a la crisis de la Covid-19, podrían dar lugar a una devaluación aún mayor.

Un lastre para Eroski

Sea como fuere, lo cierto es que Caprabo se antoja cada vez más un lastre para un grupo en plena escalada. Según el último balance de la compañía, Eroski cerró las cuentas del ejercicio 2019 (a 31 de enero de 2020) con un resultado muy positivo: su beneficio alcanzó los 45,2 millones de euros, mejorando en 43,6 millones sobre el ejercicio 2018. En la misma línea positiva, el beneficio operativo continuó mejorando en 2019, por noveno año consecutivo, hasta los 193,8 millones de euros, el mejor resultado operativo de la historia del grupo en relación con las ventas.

En cuanto a la cuota de mercado actual, el grupo vasco parece haber dejado atrás la caída libre del último año (que permitió a Lidl adelantarle a mediados de 2019) y se sitúa en el 5% de cuota de cuota de mercado, a solo cuatro décimas de la cadena alemana de supermercados, según los datos del último Kantar World Panel, que se basa en las ventas consolidadas del sector. Es decir, que a fecha de 20 de abril (que es el momento concreto al que se refiere la consultora), esa es la foto fija, en la que Mercadona refuerza su liderazgo (25,2% del pastel), con Carrefour (7,9%) y Dia (6,3%) muy a la zaga y Auchan (Alcampo) cerrando la lista con un 3,4%.

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