Por Extremadura

España y Portugal pactan el retorno de trenes directos entre Madrid y Lisboa

Los gobiernos de ambos países se abren a facilitar la entrada de sus operadoras públicas en el país vecino. El trayecto podría ser cubierto en seis horas y sería prestados con trenes Alvia que ya llegan a Badajoz. 

Tren Renfe Alvia
Tren Renfe Alvia
Cesare Sapienza

La cumbre hispano-portuguesa celebrada esta semana se ha saldado con un acuerdo para que los gobiernos de España y Portugal mejoren la conectividad ferroviaria entre ambos países, que en la actualidad es prácticamente inexistente. Este pacto abre la puerta al retorno a Lisboa de la operadora pública Renfe, que hasta la llegada de la pandemia prestaba un servicio de trenhotel que desapareció por su déficit operativo. Sánchez y Costa refrendaron en Lanzarote una serie de acuerdos para mejorar los trayectos a ambos lados de la raya que además responden a las exigencias de liberalización e integración de sistemas que propone la Comisión Europea. 

Entre las medidas acordadas se encontraban dos elementos clave para que tanto Renfe como Comboios de Portugal (CP), la operadora pública portuguesa, puedan circular por las vías de su respectivo vecino. Por un lado, los maquinistas de CP estarán exentos de acreditar un nivel B1 de español; y por otro, el gobierno ha deslizado que Renfe ha solicitado el certificado de seguridad necesario para operar trenes en las vías lusas. 

Esto permitiría a Renfe ejecutar una vieja aspiración: retomar las operaciones más allá de la frontera y volver a Lisboa. Este trayecto, operado por las noches durante décadas con el desaparecido trenhotel Lusitania, puede realizarse más rápido desde el año pasado, al ponerse en servicio la nueva línea entre Plasencia, Cáceres y Badajoz. Los 150 nuevos kilómetros de plataforma lograron reducir en 51 minutos los tiempos de viaje

El camino a Lisboa será todavía más rápido cuando Portugal ponga en marcha su primera línea de alta velocidad, un tramo de 90 kilómetros entre Évora y Elvas que seguirá acortando el tiempo para llegar a la capital lusa al permitir velocidades de 300 km/h. Por el lado español está todo listo, ya que el pasado 6 de marzo se puso en marcha la conexión de la LAV extremeña con la plataforma logística del sudoeste de Europa, situada cerca de la frontera. 

Madrid-Lisboa en 6 horas

Renfe no necesitaría más que extender hasta Lisboa el servicio que hoy opera entre Madrid y Badajoz con trenes de la serie 730. Estos podrían salvar el hecho de que las vías portuguesas no estén electrificadas, al desplazarse tanto con electricidad como con diésel. Para este año está previsto que se ponga en tensión la catenaria del nuevo tramo extremeño, algo que permitiría aumentar la velocidad comercial y extendería la autonomía de los trenes para llegar a la estación de Oriente. 

Al igual que sucede con las conexiones hacia Francia, la única limitación que impide a Renfe operar en Portugal es el sistema de gestión del tráfico y que permite comunicar los trenes con la infraestructura. Mientras España cuenta con un sistema estándar europeo, el ERTMS, los portugueses operan con Convel, un sistema obsoleto. Para resolverlo, está en marcha un proyecto que traduzca el lenguaje del sistema luso y lo traslade al pupitre de los trenes actuales, un procedimiento homologado por la Agencia Ferroviaria Europea pero con fecha de finalización en 2025.

Solventado el problema de señalización, quedaría por ver cuánto tardarían los trenes en unir Madrid y Lisboa. El presidente Costa ha asegurado que será posible llegar a Badajoz en una hora y 50 minutos a partir del año 2024. Hoy, el trayecto Badajoz-Madrid se realiza en 4 horas y 17 minutos, tiempo que se reducirá al entorno de las cuatro horas una vez se electrifique la vía extremeña. 

Por tanto y para un futuro próximo, el tren entre las capitales española y portuguesa tardaría en torno a 6 horas, tiempo que podría reducirse en media hora si se concluye la variante de Mérida, y mucho más si se ejecuta lo que resta de línea de alta velocidad entre Plasencia y Madrid, incluido el paso por Toledo

CP quiere crecer en el eje atlántico

Los portugueses, en cambio, tienen el foco puesto en poder operar trenes entre Oporto y A Coruña, aprovechando que la línea ferroviaria que une la ciudad coruñesa con Santiago de Compostela, Pontevedra y Vigo cuenta con el mismo ancho (ibérico) que los ferrocarriles lusos. Pero para hacerlo competitivo, ambos países deben invertir en la mejora de las infraestructuras hasta las fronteras, empezando por la rehabilitación del puente internacional sobre el río Miño. 

Los planes del gobierno de Costa pasan por llegar a Galicia en alta velocidad en el año 2030. Para ese año también deberían estar operando los nuevos trayectos internacionales de operadoras privadas como Iryo, que recibieron el apoyo de la Comisión Europea para realizar Lisboa-A Coruña y Lisboa-Madrid. 

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