Euronext logra el plácet de la gran banca francesa para su contraofensiva por BME

  • El operador ultima la financiación para su contraoferta junto a los cuatro mayores bancos galos, BNP, Société Générale, Crédit Agricole y Natixis.
Euronext
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BNP-Paribas, Société Générale, Crédit Agricole y Natixis participan en la contienda que se está gestando en Europa para comprar BME (Bolsas y Mercados Españoles). Y es que estos cuatro bancos franceses, los mayores del país, ultiman los detalles de la financiación sindicada que concederán a Euronext en el caso de que el operador de las bolsas de París, Ámsterdam, Bruselas, Lisboa, Dublín y Oslo, se decida a presentar una contraofensiva por la compañía que dirige Javier Hernani, según indican a La Información en fuentes del mercado.

Sin perjuicio de que otros bancos se sumen a la operación, los cuatro grandes de Francia serían los encargados de liderar el crédito necesario para que Euronext presente una oferta superior a la de SIX Group (el operador de las infraestructuras financieras de Suiza), que el lunes propuso pagar 34 euros en efectivo por acción. Este precio supone una prima del 44% sobre el valor en bolsa medio de la compañía durante los últimos tres meses, si bien BME supera en la actualidad este importe ante la guerra de opas que se avecina.

En cualquier caso, y pese a que Euronext reconoció públicamente el lunes su interés en BME, aún no está decidido que la compañía vaya a presentar una oferta. La legislación sobre opas exige que las nuevas propuestas superen a las que ya han sido presentadas  y, en este sentido, SIX ha puesto el listón muy alto con una proposición que valora BME en 2.843 millones de euros, según recuerdan las fuentes consultadas. El grupo suizo cuenta con el aval bancario de Credit Suisse, que también ejerce como su asesor financiero.

Sea como fuere, el respaldo de estos gigantes de la inversión dota de músculo a Euronext en caso de opa, aunque su tamaño en bolsa (5.000 millones) queda empequeñecido frente a rivales como la Deutsche Börse -cuyo interés adelantó este medio- o la Bolsa de Londres (LSE), que multiplican su capitalización, o la actual de BME (3.000 millones). Euronext registró unas ventas netas de 615 millones de euros en 2018 con un beneficio de 216 millones y su deuda financiera apenas llega a los 100 millones, con lo que podría recurrir a los bonos para comprar la firma española o realizar parte de su oferta en acciones.

La operación sobre BME ha pillado a contrapié a Euronext después de que este verano haya cerrado la compra de la Bolsa de Oslo, transacción en la que contó con el asesoramiento de Rothschild. El grupo de origen francés competía con la estadounidense Nasdaq, que se había hecho fuerte en los países escandinavos en los últimos años con la compra de otros parqués de la región. Sin embargo, el paneuropeo Euronext se llevó el gato al agua con una opa de unos 700 millones de euros y sumó su séptima gran plaza al grupo tras París, Bruselas, Amsterdam, Lisboa, Londres y Dublín.

¿Armisticio con Dublín?

Precisamente, la bolsa irlandesa se ha convertido en una verdadera pesadilla para BME durante los últimos años, debido a que es allí donde acuden las grandes multinacionales españolas a colocar su deuda y pagarés de forma preferente. Las sinergias en este sentido pueden favorecer una operación con las bolsas españolas en la medida en que estos dos competidores dejarán de hacerlo y podrán elevar las tarifas en el medio plazo.

El conjunto de parqués bajo la gestión de Euronext ronda los 4 billones de euros de compañías cotizadas, mientras que la capitalización de sociedades en el paragüas de BME se sitúa en torno al billón, teniendo en cuenta al Ibex, sicavs, socimis o el MAB. La cancelación de la única salida a bolsa en España (Balboa Ventures) prevista para este año pone en evidencia la falta de tracción de BME a la hora de atraer grandes empresas a la plaza española. Solo la ventaja fiscal y el boom de las ‘socimis’ ha mantenido a flote la actividad de incorporaciones a la bolsa española en 2019, además de las operaciones de ampliación de capital como las realizadas por Cellnex, Santander o Dia, entre otras.

Con la incorporación de BME, Euronext sumaría a su negocio de índices -que incluyen los AEX, CAC 40, BEL 20 o PSI 20) al Ibex 35, una de las principales fuentes de ingresos del grupo por las licencias que cobra por su distribución o indexación en fondos. La empresa bursátil cuenta entre sus principales accionistas con los fondos de la gestora francesa Amundi (4,5% del capital), seguida de la estadounidense Massachusetts Financial Services (MFS) con el 4% o el fondo de Noruega, que tiene alrededor del 3%. También es socio minoritario el fondo soberano de Singapur con un porcentaje similar.

La amenaza del ‘impuestazo’

De forma general, el inusitado interés simultáneo por BME de varios mercados europeos se produce en un contexto de profundo cambio tecnológico en el sector de la intermediación de los mercados financieros, con la implantación de tecnologías como blockchain para la emisión de valores, que pueden puentear en un futuro próximo a los propios recintos bursátil a la hora de realizar colocaciones de acciones o de deuda.

Esa es la foto general, pero en el caso español, de modo particular, hay otra sombra de incertidumbre que amenaza el futuro de BME: los planes del nuevo Gobierno de coalición que están intentando sacar adelante PSOE y Unidas Podemos. En esa hoja de ruta encaja la reactivación del Impuesto a las Bolsas y Transacciones Financieras que planteó el Gobierno de Sánchez a comienzos de año y cuya implantación quedó varada por las elecciones y la falta de consenso en Europa para armonizarlo en la zona euro.

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