Correos está anclada en los números rojos, es una empresa poco eficiente, su desempeño no soporta la comparación con ninguno de sus pares europeos, carece de un planteamiento estratégico reconocible y, además, le sale excesivamente cara a las arcas del Estado. Éstas son las demoledoras conclusiones del informe preliminar de evaluación del operador postal público que la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) ha trasladado ya al Gobierno, en el marco del ejercicio de 'spending review' que se le encargó hace ya año y medio, y al que ha tenido acceso La Información.
La Autoridad Fiscal, que ha contado con la colaboración de Fedea en la orientación metodológica de los trabajos y con la asistencia técnica de la consultora Deloitte, ha puesto bajo el microscopio toda la operativa de la empresa postal estatal y también sus previsiones de actividad a medio plazo. En relación a estas últimas, entiende que la proyección de resultados recogida por el operador en su Plan Estratégico (aún no aprobado de forma definitiva), que apunta a un desequilibrio presupuestario estabilizado en el entorno de los 250 millones de euros al año, infravalora los riesgos de los mercados en los que opera y estima que las pérdidas de la actividad de Correos entre 2019 y 2023 podrían superar los 1.700 millones de euros, unos 500 millones más de lo estimado.
Bajo esta premisa, los evaluadores de la Autoridad Fiscal consideran necesario que el operador postal aborde "un plan de eficiencia a corto plazo que reduzca la pérdida operativa y (por consiguiente) la necesidad de contraprestación" con cargo al erario público. Dentro de este plan de choque, el organismo dirigido por José Luis Escrivá plantea medidas de 'ajuste suave' como un replanteamiento de la política comercial de Correos, el lanzamiento de nuevos productos o la definición de un plan estratégico orientado a avanzar en la diversificación de la actividad del operador postal; pero también otras más agresivas como una reducción de la red de oficinas, la privatización de determinados servicios o la reconsideración del volumen de la actual plantilla del operador.
Estas recomendaciones parten del diagnóstico realizado a partir del análisis de la contabilidad analítica de Correos en el periodo 2014-2017, de la información financiera del operador en ese mismo periodo y de su política de descuentos; y también de la observación de los modelos de gestión, posicionamiento en el mercado y rentabilidad económica de los operadores postales públicos de los principales países de la Unión Europea, que ha arrojado la conclusión de que Correos no solo destaca por su baja rentabilidad sino por el mayor coste que supone para las arcas públicas por la prestación del servicio postal universal.
Reducir la factura de Correos para el erario público
El objetivo del ejercicio de evaluación del gasto encargado a la Autoridad Fiscal es identificar ineficiencias en el gasto público y aportar recomendaciones para su resolución. Una de las conclusiones de Airef es que el sistema de compensación por la prestación por parte de Correos del Servicio Postal Universal (SPU) - que garantiza la prestación del servicio postal en todo el territorio - está sobrevalorado y absorbe demasiados recursos públicos...y no sólo por la gestión de Correos.
En el informe de evaluación al que ha tenido acceso La Información la Airef recomienda que el Ministerio de Fomento flexibilice las obligaciones que ahora se exigen para prestar el SPU, por ejemplo para que no haya que repartir correo cinco veces a la semana sino solo tres - como ocurre en Italia -, para no condicionar el número mínimo de oficinas necesarias para cumplir con ese servicio o para permitir la externalización de determinadas rutas de la red, como en Reino Unido.
Sólo con estas medidas, los evaluadores entienden que se podrían ahorrar más de 100 millones de euros al año. El asunto es que el nuevo esquema, más eficiente desde el punto de vista económico, pasaría factura por la disminución de la red de oficinas y por tanto del empleo, y además pasaría por la privatización de algunos servicios hoy prestados por el operador público.
El premio sería la rentabilidad económica. El informe de Airef recuerda que mientras España aparece como el país donde más han caído el mercado postal tradicional entre 2012 y 2017 (un 31%, mientras en Reino Unido se ha contraído un 15% y en Alemania, un 3%), Correos sigue siendo de largo el operador postal más dependiente del segmento tradicional, que explica el 88,3% de su facturación, mientras supone un 76% del Royal Mail británico y apenas un 30% de Deutsche Post.
La Autoridad Fiscal advierte de que con este escaso grado de diversificación y a la vista de la evolución en los últimos años de los mercados en los que opera Correos las probabilidades de que el operador postal estatal incremente sus pérdidas en los próximos años son muy elevadas si no se toman medidas que incrementen su eficiencia.
Más aún teniendo en cuenta que esa diversificación debe orientarse hacia un mercado, como el de la paquetería y el reparto exprés, de bajos márgenes y gran competitividad donde operan grandes multinacionales. Correos debe "reinventarse para competir en mercados de crecimiento pero de bajo margen" y, según el informe de la Autoridad Fiscal, eso exigirá adoptar medidas en materia regulación laboral, tecnología y equipamiento (digitalizacion, nuevo material...), modificar las formas de trabajo (externalización, flexibilidad horaria...) y ser "ultraeficiente" en los procesos (planificación de redes, gestión de terceros...).
El diagnóstico de la Autoridad Fiscal sostiene que Correos dispone a día de hoy de tres modelos operativos - red ordinaria de reparto de envíos postales, red de reparto urgente y red de Correos Express - configurados como unidades independientes y con sinergias limitadas, dónde la empresa ha decidido incrementar la dotación de personal en el segmento donde más cae la actividad - la red ordinaria -.
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