La factura de Telefónica tras refinanciar su deuda: vencen 9.368 millones este año

  • La 'teleco' sigue abierta a la venta de divisiones que no considera estratégicas, como vía alternativa para recortar su millonario pasivo.
José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica, durante el MWC de 2019.
José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica, durante el MWC de 2019.
Efe

Ha sido (y sigue siendo) uno de los caballos de batalla de Telefónica. La operadora tiene la reducción de deuda como una de sus obsesiones y, para lograrlo, ha recurrido a multitud de herramientas: renegociar la 'factura' con la banca, vender divisiones que no considera rentables o dar entrada en el capital a socios financieros en aquellas que quiere seguir controlando, como hizo con Telxius. Y lo esta consiguiendo, pero de manera pausada.

Su pasivo global se ha reducido a lo largo del último ejercicio desde los 55.746 millones de euros que sumaba a finales de diciembre de 2017, a los 54.700 millones que asumía al concluir el último diciembre, según indica en el informe anual que ha remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Esta es la deuda bruta. La neta, a la que se resta el valor de la caja y de las inversiones financieras liquidables a corto plazo, se situó en los 41.785 millones.

¿Y qué prisa tiene a la hora de devolver ese endeudamiento? A pesar de la renegociación llevada a cabo a lo largo del último año, Telefónica tiene por delante el abono sólo este año de 9.368 millones de euros, sustancialmente por encima de los 6.063 millones que comunicó, para este mismo ejercicio 2019, hace ahora un año.

Los pagos que tiene que afrontar en los próximos meses se distribuyen entre los 4.234 que corresponden a bonos y obligaciones; casi 1.980 de pagarés; otros 2.925 de préstamos y otra deuda financiera y otros 230 millones que corresponden a instrumentos derivados, según desglosa en el citado informe anual.

Bien es cierto que tiene presión para abonar los vencimientos que hoy por hoy tiene sobre la mesa para este ejercicio. Pero es significativamente menor, gracias a la renegociación de los vencimientos con la banca llevada a cabo por el equipo liderado por la responsable financiera, Laura Abasolo. Este año ha recortado en 450 millones la 'factura', mientras que en 2021 lo ha hecho en 163 millones. ¿Consecuencia? El grueso de los pagos se concentran a partir de 2024. Desde ese ejercicio, deberá devolver casi 23.780 millones de euros. Hace doce meses, ese pasivo a largo plazo (aunque a partir de 2023) se situaba por debajo, rozando los 21.650 millones de euros.

A cierre del mes de diciembre, "el grupo tiene cubiertos los vencimientos de deuda durante los dos próximos años", aseguró Abasolo durante la presentación de resultados el pasado mes de febrero. Y la vida media de este pasivo se sitúa en 9 años, casi doce meses más que a cierre de 2017.

Los intereses, también a la baja

Pero no sólo pesa la deuda en sus cuentas y el esfuerzo que requiere su amortización. También lo hacen los intereses financieros. ¿Cuánto le cuesta financiarse al grupo? En 2018, estos desembolsos ascendieron a 1.636 millones de euros, un 5% menos que un año antes. El tipo medio es del 3,4%. Este montante se ha ido reduciendo progresivamente desde los 2.445 millones de 2016. Las refinanciaciones son claves. Pero también la influencia de las divisas: el valor del pasivo de países con divisas en caída respecto al euro, como Brasil o México, es menor.

Eso es lo logrado hasta ahora. Lo que queda por venir también es un escenario a la baja... sólo en el corto plazo. Este año deberá pagar 1.624 millones; 1.299 millones en 2020 y 1.171 millones en 2021. A partir de 2024, la cuantía a devolver supera los 11.300 millones.

Planes de futuro

Con todas estas cifras sobre la mesa, el grupo sigue tratando de aliviar la mochila de deudas por la vía rápida. Pero no quiere trasladar al mercado que se trata de una imperiosa necesidad. ¿La razón? De esta forma tiene una posición mejor para negociar. El presidente, José María Álvarez-Pallete, incidió en que buena parte de la reducción lograda en estos últimos tres años ha sido gracias a la generación de caja del negocio. "No tenemos necesidad de vender activos a cualquier precio".

Con esa estrategia, la empresa pudo cerrar la venta de sus negocios en Costa Rica, Panamá y Nicaragua, a cambio de 1.455 millones de euros. Los múltiplos logrados son mejores que en otras operaciones corporativas. "Eso supone 7,5 veces Ebitda, muy por encima de las valoraciones en esta región", advertía Álvarez-Pallete. Y es que se trataban de activos que en manos de otros competidores sí que generan sinergias.

En esta estrategia, México sigue estando en el punto de mira. "No estamos contentos con su rendimiento", admitió el presidente. Han lanzado un nuevo plan estratégico para tratar de reflotarla. "Si en ese camino se contempla una oportunidad, lo contemplaremos", apuntó. Los fondos de inversión estadounidenses Cerberus y Advent pusieron los ojos en estos activos, sin que aún haya cristalizado en nada.

A México se suman varios de los centros de datos, cuya venta ya se está negociando y debería cerrarse en las próximas semanas. Telefónica quiere desprenderse de activos con los que pretende competir en el sector de los servicios de la nube con gigantes como Amazon o la propia Microsoft, con la que acaba de estrechar lazos. Sigue en suspenso, por la situación de los mercados, la salida a bolsa de Argentina cuyos primeros trámites fueron arrancados en abril del año pasado.

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