Las mayores fincas de caza de España abren la veda... pese a la pelea política

  • En Castilla-La Mancha se caza en 7 millones de hectáreas. No hay fortuna española ni internacional que no tenga un campo para monterías allí.
Cazador, Caza
Cazador, Caza
FEDERACIÓN DE CAZA/EP - Archivo

Cataluña, Asturias y Cantabria han sido las primeras comunidades que ya tienen publicadas en sus boletines oficiales las órdenes de veda de caza, un tema que está en la agenda política y es uno de los puntales del programa de VOX. Animales como el rebeco, en Asturias, inauguran la temporada y pueden ser cazados desde el primer domingo de abril. 

La zona con mayor concentración de fincas de caza está en Castilla La Mancha, un verdadero paraíso cinegético. La mayoría de las propiedades de las grandes fortunas están en Toledo y Ciudad Real, en la denominada milla de oro  del sector. En torno a los 600 millones de euros al año es la cifra que mueve la caza. 

El centro de esa milla de oro es Retuerta de Bullaque, en Ciudad Real. Alfonso Cortina, expresidente de Repsol, tiene aquí una extensa finca de caza, Vallegarcía. Muy cerca, su hermano Alberto Cortina posee Las Cuevas, en Navas de Estena, finca con una mitad dentro del Parque Nacional de Cabañeros. En Retuerta, Juan Miguel Villar Mir compró al ex banquero Mario Conde la finca de La Salceda, de 2.800 hectáreas.  También en Retuerta de Bullaque se encuentra La Toledana, de 2.000 hectáreas, que perteneció a Mahou y ahora es propiedad de Pedro de Borbón-Dos Sicilias, duque de Calabria.

De Abelló a la Familia Real Saudí

Una de las escopetas más ilustres de España es Juan Abelló que tiene en Ciudad Real la finca El Lobillo y tres fincas próximas a Los Yébenes, en Toledo: Las Navas, Los Robledillos y Torneros. También en Ciudad Real está El Castaño, con más de 4.600 hectáreas, que pertenece a Francisco Javier Botín. La finca colindante, Santa María, de 3.000 hectáreas, tiene como propietaria a Ana Botín. En vida del padre de la saga las dos fincas estaban unidas.

En la localidad de Navahermosa en Toledo una sociedad vinculada a la familia Real Saudí (Casa Al Riyadh SL) es dueña de la finca Cantos Blancos. Allí suele ir a cazar el rey emérito y tiene su negocio de aceite el amigo de cacerías del monarca Mohamed Eyad Kayali, de 82 años, que es muy querido en la zona, según ha podido comprobar este medio. 

Finca Cantos Blancos propiedad de la Familia Real saudí.
Finca Cantos Blancos propiedad de la Familia Real saudí. / Google Maps

En la también toledana Hontanar también hay varias propiedades de grandes familias. Los Sainz de Vicuña tienen Ciguiñuelas y la familia Comenge (Mari Luz Barreiros fue, después de casarse con el arquitecto Comenges, la mujer de Jesús Polanco) posee la finca El Maíllo. También en Toledo, en Santa Cruz de Retamar, la familia Entrecanales posee La Verdosa.

En Albacete está la gran finca El Palomar, donde se celebran los mayores ojeos de perdiz roja desde 1970 desde que se adquirió la propiedad a la casa de Montijo. Su dueño es Samuel Flores. Este discreto latifundista es el suegro del actual candidato del Partido Popular Adolfo Suárez Illana. Aunque recibe discretas visitantes ilustres con regularidad, El Palomar es una de las grandes propiedades abierta al público y que incluso tiene sus tarifas en su web y hasta un campamento de verano. 

La Garganta y los familiares de Isabel II

Pero sin duda la propiedad más llamativa es la finca de caza mayor La Garganta, situada en el término municipal de Fuencaliente (Ciudad Real). Cerca de 15.000 hectáreas que son propiedad desde 2001 de  Gerald Cavendish Grosvenor, el hombre más rico de Gran Bretaña. 'El Mundo' aseguró que la compra de la finca ascendió a 100 millones de euros, aunque otras fuentes aseguran que lo que hizo no fue comprar sino un arrendamiento hasta 2020. 

Ecologistas en Acción ha criticado durante muchos años la forma de gestionar el medio ambiente en La Garganta y el cierre de caminos públicos para su uso y disfrute y su política para acabar con los depredadores naturales de la finca.

La propiedad cuenta con helipuerto, iglesia, escuela, un hospital de primeros auxilios y varios inmuebles palaciegos. Originalmente fue propiedad de la compañía minera Río Tinto y luego del Duque de Baviera. Tras la muerte de Lord Casvendish, su hijo de 27 años -que está construyendo pisos de lujo en el madrileño barrio de Chamberí- es un habitual de la propiedad. 

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