La venta de los Servicios de Ferrovial se complica tras retirar Apax su propuesta

Rafael del Pino, presidente de Ferrovial
Rafael del Pino, presidente de Ferrovial

Todo parecía encauzado para la venta de la división de Servicios de Ferrovial, en el mercado se hablaba de un cierre de la operación que llegaría antes de final de año, pero en el tiempo de descuento, hace apenas unos días, la oferta del fondo británico Apax se caía. La compañía constructora afronta esta semana el último consejo de administración del año en una situación más complicada que la que se esperaba con respecto a la venta de esta parte de su negocio.

En un inicio, el objetivo de la compañía pasaba por vender en un solo bloque el conjunto de sus filiales de Servicios, en la que se englobaba tanto Amey -filial británica-, como la parte española, el resto del negocio internacional e incluso Broadspectrum, la marca con la que opera en este campo en Australia y Nueva Zelanda. Todo ello habría sido una operación de alrededor de 3.000 millones de euros, según las cifras que se calculaban por aquel entonces. 

Pero con el paso de los meses y el desarrollo de las ofertas por parte de los diferentes interesados, las condiciones iniciales quedaron atrás. Lo que en un principio pretendía ser una oferta en bloque se dividía en, al menos, dos paquetes diferentes: el negocio australiano, por un lado, y el español, junto con el resto de los activos internacionales de este segmento, por otro. En el aire se quedaba si esta última parte incluiría Amey, el negocio británico. 

Hasta hace unos días se mantenían en la batalla dos grandes fondos: el norteamericano Apollo que opta a la adquisición del negocio en las antípodas, y Apax que enfilaba la parte final de su oferta por el segundo de estos bloques. Pero finalmente, y tras estudiar los riesgos en el proceso de 'due diligence' de la operación, el segundo de los fondos se retiraba de la puja, según adelantaba El Economista. En su momento también presentaron ofertas Brookfield y Platinum.

El caso de Amey, para la que la firma tuvo que provisionar hasta 774 millones y lastró las cuentas del año anterior, merece un párrafo aparte. Tanto es así que, además de tener a KPMG y Goldman Sachs como asesores para la gran operación de venta de Servicios, ha contratado a PwC para guiar el movimiento de la parte británica. Las dificultades con un contrato que tenía la compañía con el Ayuntamiento de Birmingham hizo que este esta parte del negocio se separase del resto de la operación. Así, la negociación de venta de esta filial se haya en un estadio inicial. 

Con esta situación sobre la mesa, la compañía constructora se enfrenta al último consejo de administración del año que se celebra esta misma semana. El movimiento de Apollo se da por más que seguro en el mercado, mientras que la caída de Apax -algunas fuentes señalan a este diario que se trata de tensiones normales en la negociación de una operación de este tipo-, complicaría la situación de la compañía. 

Pese a todo ello, en el mercado sigue sonando un nombre: el fondo de pensiones de Canadá, conocido como CPPIB por sus siglas. Este viejo conocido de Ferrovial -ambos son socios en el control del 80% de la autopista 407 ETR de Toronto- estaría estudiando su posible entrada en este proyecto. 

La venta de la filial de Servicios constituye el punto de inflexión en el plan de transformación de Ferrovial. La intención de este movimiento es centrar en el 'core business' del grupo en "aquello que mejor sabemos hacer", según señalaba el propio presidente del grupo, Rafael del Pino, en la última junta de accionistas. La división de servicios emplea a casi 70.000 personas, lo que equivale a un 40% de la fuerza laboral del grupo, por lo que este movimiento supone un cambio sustancial para ellos. La compañía constructora ha declinado hacer declaraciones al respecto.

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