Riesgo de un ajuste de precio

La deuda en pensiones de Amey enreda la venta de la filial británica de Ferrovial

La fase de 'due dilligence' de la puja para hacerse con el negocio de Servicios del grupo constructor en Reino Unido ha sacado a la luz un agujero millonario derivado de los planes de jubilación de su plantilla.

Rafael del Pino
El presidente de Ferrovial, Rafael del Pino
EFE

Nuevo escollo en la venta de Amey. La fase de due dilligence del proceso competitivo para hacerse con la filial británica de Servicios de Ferrovial ha sacado a la luz un inconveniente que ha vuelto a complicar la puja. Se trata de la deuda millonaria que arrastra Amey por los planes de jubilación de su plantilla. La empresa habría registrado en su balance un importe inferior a la cifra real a la que asciende el pasivo a largo plazo de la filial por beneficios a los empleados, lo que aquí equivale a las obligaciones de pago por pensiones, según varias fuentes próximas al proceso consultadas por La Información.

Desde 2012, las compañías que operan en Reino Unido están obligadas a inscribir a todos aquellos empleados que cumplan con unos requisitos mínimos en algún plan o instrumento de pensiones acreditado. El sistema, bautizado como automatic enrolment, supone destinar un 8% del salario para el plan de jubilación. La empresa aporta el 3%, el trabajador pone el 4% y el Estado aporta el 1%. La filial de Ferrovial cuenta con alrededor de 19.000 empleados, de los que más del 40% están adheridos a uno de estos planes de pensiones conocidos como 'de prestación definida'. El resto están acogidos a otros instrumentos de jubilación denominados 'de aportación definida'.

El desajuste que ha aflorado en la due dilligence de Amey asciende a varios cientos de millones, según las fuentes consultadas. En esta fase del proceso, la empresa da a conocer a los potenciales compradores información confidencial, que incluye una radiografía detallada de los números de la firma. Hasta ahora, las propuestas económicas que han presentado los candidatos superan los 300 millones de euros. Pero la generosidad de los interesados podría verse mermada por esta piedra en el camino.

Entre los potenciales compradores se encuentran los fondos de capital riesgo HIG Capital y Buckthorn, así como otras firmas de inversión, como adelantó 'Skynews' y ha confirmado La Información. La citada desviación en el pasivo reconocido por la deuda en pensiones que arrastra Amey amenaza con rebajar la horquilla de precios de la transacción en un momento clave para la operación, cuando los candidatos se hallan afinando sus pujas de cara a la siguiente fase del proceso.

El último informe anual del grupo no refleja esta obligación de pago por jubilaciones de Amey, a diferencia de otras filiales como la polaca Budimex. "Los planes de pensiones de prestación definida en el Reino Unido tienen obligaciones vinculadas a la inflación, siendo cubiertos de manera individualizada. No se consolidan en Ferrovial", matiza el grupo en las cuentas de 2020. En las cuentas conjuntas de 2017, la compañía que dirige Rafael del Pino sí detalló la provisión correspondiente a los planes de prestación definida de Grupo Amey que, ese año, ascendió a 64 millones (frente a los 172 millones del año anterior). 

Las pujas que han lanzado los potenciales compradores de Amey rondan los 300 millones, pero el desajuste por pensiones amenaza con rebajar el precio

La desviación en las cuentas que la compañía ha presentado a los potenciales compradores podría deberse a varios factores. Las últimas previsiones del Banco de Inglaterra indican que la inflación del país podría llegar al 5% (frente al 2,9% actual) en 2022, algo que elevaría la carga de los planes de pensiones. El desajuste en los números de Amey podría deberse, además, a un aumento de la plantilla que no haya sido correctamente integrado en el balance. 

Sea como fuere, la alerta entre los candidatos se ha agudizado tras comprobar que cualquier reclamación derivada de eventuales problemas en el pago de las aportaciones de Amey a los planes de jubilación de su plantilla podría recaer directamente sobre los nuevos accionistas, tal y como recalcan fuentes próximas al proceso. Esto ha rebajado el entusiasmo de los candidatos, al menos, hasta conocer la envergadura real de este pasivo. La cuestión amenaza con retrasar los planes de desinversión de Ferrovial.

El grupo colgó el cartel de 'se vende' a su filial británica hace más de dos años, en el marco de la estrategia global de Ferrovial de salir del negocio de Servicios, un proyecto por el que el grupo podría embolsarse alrededor de 2.000 millones de euros en plusvalías, después de elevar el valor del área al 'trocear' el negocio para venderlo por partes. El proceso de Amey, que coordina Morgan Stanley, estuvo estancado durante meses, tanto por el Brexit como por la llegada de la pandemia. Superados ambos condicionantes, Ferrovial aspira a sellar un acuerdo de compraventa antes de 2022. Ahora, el desajuste en el pasivo por pensiones podría estirar, otra vez, el calendario.

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