¿Qué pasará con los 14.000 trabajadores de PSA en España tras la fusión con Fiat?

Planta PSA Vigo
Planta PSA Vigo
EFE

La génesis del cuarto grupo automovilístico a nivel mundial tiene en vilo a los 14.000 trabajadores de PSA en España. Tras a fusión con Fiat Chrysler Automobiles (FCA), las alertas han saltado entre los empleados de las tres plantas de la firma, en Vigo, Figueruelas (Zaragoza) y Villaverde (Madrid). A pesar de que el grupo encabeza la producción en el país europeo y de que las dos compañías han garantizado que no se producirán cierres, los asalariados aún miran con recelo la operación.

La noche del jueves, PSA y Fiat obtuvieron del Gobierno francés la ansiada luz verde para iniciar un proceso del que esperan conseguir sinergias estimadas en 3.700 millones de euros anuales. Mientras que el segundo no tiene plantas en España ni parece pretenderlas, el primero cubre una cuota del 22% y encabeza la producción automovilística dentro de las fronteras nacionales. 

Desde el minuto uno los sindicatos, que en 2017 experimentaron la adquisición de Opel por PSA, alertaron de las posibles consecuencias de la operación sobre los miles de asalariados del grupo: "Antes competíamos con Madrid y las fábricas francesas, ahora lo hacemos con Figueruelas... hay que ser más baratos, más eficientes y siempre nos comparan con Zaragoza y a ellos con nosotros", asegura Santiago García Cameselle, secretario general de CCOO en el centro vigués.

De forma paralela, el optimismo cunde entre los directivos de ambas marcas capitaneadas por Carlos Tavares (PSA) y John Elkann (FCA), quienes estiman que podrán abrazar el 80% de estas sinergias en tan solo cuatro años, al tiempo que calculan un ahorro de 2.800 millones de euros que se registrará cuando se complete la operación. 

El centro productor de Vigo es uno de los pilares estratégicos de la economía gallega, cuenta con hasta 6.000 trabajadores que, de enero a septiembre, ensamblaron 253.836 unidades. Sus resultados sirven de aliciente al aumento de la rentabilidad en Figuereles y Villaverde pero, a su vez, viven asfixiados por la planta marroquí de Khenitra, donde los costes laborales son más bajos, cuyos resultados pretende extrapolar a España la directiva de PSA.

Cameselle no deja de reconocer las múltiples oportunidades que se han abierto para el grupo pero también le preocupa el empleo. El delegado de CCOO reconoce que una posible entrada en el mercado estadounidense, mucho más cercana ahora que PSA camina de la mano de Fiat, conllevaría beneficios sustanciales sobre la compañía aunque teme que la competencia, ya aguda entre las plantas de la propia firma, se vuelva insostenible. A este respecto, el secretario general del sindicato citó la incorporación de las fábricas que Fiat tiene en Turquía, República Checa, Serbia o India.

Nueva inyección al eléctrico

PSA ha anunciado que inyectará 1.000 millones en el desarrollo del vehículo eléctrico en España del que ya tiene en marcha tres modelos. Fiat, por su parte, aún no tiene programado embarcarse en este segmento del mercado.

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