Filmin frente a Wuaki: cara y cruz de las cifras de los rivales españoles de Netflix

  • La plataforma de Rakuten acumula fuertes pérdidas, mientras que Filmin lleva dos años con beneficios, aunque con un tamaño inferior de negocio.
Filmin frente a Wuaki
Filmin frente a Wuaki

Son las plataformas españolas que quieren ganar espacio en un sector dominado por gigantes como Netflix. Rakuten TV (antigua Wuaki) y Filmin se baten el cobre desde hace años para hacerse ese hueco y con un resultado y una estrategia muy diferente. Mientras la compañía propiedad del gigante japonés acumula fuertes pérdidas por la enorme inversión en contenido de grandes títulos de Hollywood, su rival mantiene un gasto mucho más comedido y ya acumula dos años con beneficios.

Ambas nacieron en la década pasada, cuando Netflix era una completa desconocida para el gran público en España. Su enfoque fue distinto desde el principio. Mientras Wuaki apostó por sacar la chequera y adquirir los derechos de las grandes productoras estadounidenses como Disney, Sony o Warner, Filmin decidió enfocarse en cine independiente. Ambos plantearon un modelo mixto: videoclub para adquirir películas y una suscripción mensual con catálogos que en sus primeros pasos apenas eran de unos cientos de películas.

Filmin se mantiene rentable... e 'indie'

Casi una década después, las dos han mantenido una trayectoria muy diferente. Filmin es la última que ha presentado cuentas en España. Y consolida los beneficios que logró por primera vez en 2017. Según las cifras de su balance, elevó sus ingresos hasta los 3,5 millones de euros (un 40% más) y mantuvo las ganancias por encima de los 100.000 euros. El margen sigue siendo muy bajo, debido a la importante inversión que se está haciendo por ampliar el catálogo y mejorar la plataforma tecnológica.

Esa apuesta por un nicho mucho más pequeño (y rentable) les ha permitido tener unos gastos relativamente reducidos en este tiempo. Tanto los gastos de explotación como los aprovisionamientos se mantienen por debajo de los 2 millones de euros. Con esa apuesta por el cine más especializado, con títulos más centrados en la industria independiente, han podido tener una estructura de costes más comedida. Y también le ha permitido posicionarse como una oferta más complementaria con gigantes como Netflix o HBO.

Pese a sus pérdidas hasta un par de años, la compañía ha ido sobreviviendo a través del pulmón financiero de sus socios y con la ayuda de algunas subvenciones (en los últimos ejercicios han sumado algo más de 300.000 euros anuales de la UE). Pese a sus intentos por buscar un socio externo, el reparto se mantiene prácticamente intacto desde hace años. El principal accionista sigue siendo Cameo Media, de Juan Carlos Tous, con más de una cuarta parte de las acciones. A este se suman la distribuidora francesa Metropolitan Filmexport y las productores y distribuidoras El Deseo (de los hermanos Almodóvar), Tornasol Films, Vértigo Films, Avalon Distribución, Golem, Versus Entertaiment, Wanda Visión, LMC y Alta Films.

Wuaki, muchas pérdidas

En el otro lado se encuentra la antigua Wuaki, rebautizada como Rakuten Televisión. Nació, al igual que Filmin, antes de 2010, como un videoclub online. Su planteamiento fue más 'transaccional' desde el principio: no apostó por las suscripciones, sino por el alquiler o la compra del contenido, muy enfocado en grandes estrenos internacionales y cine estadounidense de los 'majors'. Eso ha llevado a disparar sus gastos y a no haber sido rentable ninguno de los ejercicios desde que iniciara su andadura a finales de 2009.

En 2018, cuyas cuentas fueron recientemente presentadas en el Registro Mercantil, la compañía elevó casi un 35% sus ingresos hasta rozar por primera vez los 30 millones. Sin embargo, esos fuertes gastos tanto de personal -con una plantilla de más de 100 empleados- como en derechos, volvieron a teñir todo de rojo intenso: 13,3 millones de pérdidas. Suponen un recorte significativo respecto al año anterior. Desde su fundación ha perdido 132 millones de euros.

Todos estos números rojos son financiados gracias al respaldo del gigante japonés Rakuten que en 2012 decidió hacerse con la española en una transacción de unos 15 millones de euros. A partir de ahí el plan fue acelerar y hacerlo crecer, especialmente, en Europa. Desde que tomara el control, los nipones -que controlan la plataforma española  desde una sociedad en Luxemburgo- ha puesto sobre la mesa más de 165 millones de euros para compensar esas pérdidas y permitir que siga operando. 

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