Pulso con la gran banca

Las fintech fían su gran salto al giro en política monetaria y el final de los ICO

Las entidades españolas de financiación alternativa esperan que el nuevo año se convierta en un punto de  inflexión con el que dotarse definitivamente de carta de naturaleza en el país.

Marcos Flores, consejero delegado de la fintech española Finalbion
Marcos Flores, consejero delegado de la fintech española Finalbion.
Finalbion

Las fintech ven el nuevo año como una oportunidad para dar su gran salto en España. Entre otras cosas, gracias al punto de inflexión que supondrá para la financiación alternativa el giro en la política monetaria internacional y el fin de los ICO, el balón de oxígeno del Gobierno cuyo efecto analgésico podría agotarse el próximo mes de marzo. La previsible retirada de los estímulos es el pistoletazo de salida que esperan los 'no bancos' para consolidar su eficacia para paliar la exclusión financiera de una parte del tejido empresarial, una amenaza creciente en un momento en el que Europa insiste en apretar el 'corsé' de la gran banca en su apuesta por reducir los riesgos en el sector financiero.

La pandemia ha puesto de relevancia el papel de los neobancos que han consolidado su papel como "regantes de aquellas parcelas a las que no ha llegado la banca tradicional". Tal es la metáfora que emplea el CEO de Finalbion, Marcos Flores, en conversaciones con La Información para explicar la importante función que han desempeñado las fintech a la hora de paliar los desfases de caja sin precedentes que han padecido, con especial intensidad, las pequeñas y medianas empresas a causa del golpe de la Covid.

"Se ha producido un cambio de mentalidad respecto a la financiación alternativa", remarca Flores. La cartera de clientes de la fintech, cuyo principal mercado se encuentra en las empresas de mediana capitalización (medium caps, en la jerga), ha dado muestras de superar ciertos complejos en relación a la contratación de sus servicios. La consolidación de los neobancos ante la banca tradicional ha ayudado a las empresas a perder el reparo de asumir ante sus acreedores históricos la entrada de las fintech en sus procesos de refinanciación. 

"La pandemia ha consolidado a las fintech como los regantes de aquellas parcelas donde no ha llegado la banca tradicional"

Los neobancos han conseguido llegar a fases avanzadas del circuito de financiación empresarial donde la banca tradicional no puede entrar. En paralelo, la relación entre las fintech y los grandes bancos también ha dado un vuelco. Las históricas tensiones entre ambos sectores han evolucionado, no sin dificultad, a un entorno de nuevas alianzas en un contexto de especial complejidad como el que ha dibujado la crisis sanitaria.

En el caso de Finalbion, que echó a andar en 2016, cerró el ejercicio 2020 con 1.600 millones de euros en préstamos. La firma española ha mantenido un ritmo de crecimiento excepcional, del orden de duplicar el volumen de financiación concedida año tras año. Con el foco en aquellas compañías con una facturación de más de 80 millones, Finalbion logró elevar un 37% su cartera de clientes en plena pandemia, tras varios años de desarrollo de una potente campaña de fidelización.

En el entorno de la financiación alternativa han empezado a atisbar una mayor amabilidad hacia las fintech por parte de los grandes bancos respecto al clima de alta tensión de años anteriores. Dicho espíritu de cooperación ha calado con más fuerza entre las grandes entidades internacionales, donde ya se han producido importantes sinergias entre la financiación alternativa y la banca tradicional. El sector espera que el mismo espíritu de asociación trascienda en España de forma progresiva.

Con todo, la regulación es aún el caballo de batalla de la banca tradicional en su pulso con los neobancos. Muestra de ello es el clamor de la Asociación Nacional de Establecimientos Financieros (Asnef) en favor de homogenizar la normativa para todos los operadores que ofrecen servicios de concesión de créditos. En más de una ocasión, Asnef ha trasladado al Gobierno la urgencia de equiparar las exigencias regulatorias en un panorama en que, según las cifras del Banco de España (BdE), de las alrededor de 400 fintech que operan en nuestro país, solo 49 firmas lo hacen bajo la supervisión de organismos oficiales, es decir, bajo el control del BdE, la CNMV o de la Dirección General de Seguros y Fondos y Planes de Pensiones.

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