Francisco González se va de BBVA para salvar a Torres de las presiones del BCE

  • El Banco Central Europeo (BCE) y los accionistas institucionales de la entidad exigían una respuesta enérgica al escándalo del espionaje.
Carlos Torres y Francisco González
Carlos Torres y Francisco González
BBVA

Salvar al soldado Torres. Así podría titularse la película que explicase la  renuncia de Francisco González a la presidencia de honor de BBVA. Y es que la salida FG, como se le conoce en la jerga, libera al actual presidente ejecutivo del grupo, Carlos Torres, de la presión que estaba ejerciendo el Banco Central Europeo (BCE), entre otros, sobre su persona a raíz del escándalo Villarejo.

Como adelantó en la tarde del miércoles La Información, la marcha González era inminente y ayer al cierre del mercado se hizo pública una carta mediante la que el banquero de Chantada comunicaba a su sucesor que había decidido abandonar "temporalmente" sus cargos en el banco a la espera de que concluyan las investigaciones en curso sobre la relación del banco con Grupo Cenyt, la empresa de servicios de inteligencia del excomisario.

Tiene sentido que FG haya tomado esta decisión antes de la celebración de la Junta General de Accionistas que se celebra hoy en el Palacio Euskalduna de Bilbao, ya que la opinión de los inversores institucionales del banco habría sido tan determinante, o más, que la presión del supervisor en su salida, según fuentes financieras. "Es lo razonable y no me sorprende", añade un ex alto cargo de la casa sobre la salida el banquero de Chantada.

La dimisión de González, además de calmar en cierto modo los ánimos de cara a la junta, responde a la necesidad de blindar la presidencia de Torres -su elegido para sucederle al frente de BBVA-, quien ya tiene 'algo' que ofrecer al BCE y a sus accionistas mientras se resuelven la investigación interna sobre el espionaje que realizó el excomisario a toda clase de dirigentes políticos y empresariales a instancias del banco para frenar el asalto de Sacyr en 2004 y 2005. 

Esta investigación -que lidera Garrigues y en la que también participa PwC y Uría Menéndez-, no obstante, sigue en marcha y aún no se han obtenido conclusiones determinantes sobre un asunto que, como ha reconocido el propio BBVA en sus cuentas anuales a instancias de la CNMV, puede tener repercusiones tanto reputacionales como económicas sobre el grupo.

Torres hubiera perdido si credibilidad ante el BCE sin la salida

Según las fuentes consultadas por La Información, el BCE, a través del Mecanismo Único de Supervisión (MUS), continuaba insistiendo en que el banco debía dar una respuesta enérgica ante la crisis reputacional. Si no se hacía nada, Torres hubiera perdido toda su credibilidad como presidente de BBVA ante Fráncfort, cuyo arma principal son los recargos de capital que impone a las entidades y con las que castiga aquellos comportamientos que no bendice.

La relación del BBVA con el BCE se deterioró a raíz del plan de sucesión de González,ya que el supervisor era partidario de instaurar el modelo de gobernanza anglosajón -con un presidente no ejecutivo y un consejero delegado con amplios poderes-, aunque FG ganó el pulso-. Cabe recordar, no obstante, que el propio nombramiento de Torres como consejero delegado en 2015 ya causó malestar en Fráncfort, que consideró injustificada la salida de Ángel Cano, entonces su número dos.

Adiós ¿hasta cuando?

FG no aclara en su misiva de despedida si se marcha hasta que acabe la investigación interna -a la que aún podrían faltar meses- o la judicial en la Audiencia Nacional -que podría demorarse durante años-. Se limita a decir "mientras concluyen las investigaciones en curso", aunque fuentes cercanas al consejo de administración aseguran que la decisión no tendría un carácter provisional sino definitivo.

Sea como fuere, sin la sombra de FG en la presidencia de honor, ahora Carlos Torres está en disposición de reafirmar su liderazgo al frente de BBVA y puede comenzar a hacerlo durante su primera junta de accionistas como presidente si bien es previsible que en el encuentro vuelva a defender la figura de su predecesor, a quien cree inocente en el caso Villarejo y a quien considera una "guía y un referente".

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