Freepik, el 'Google español' de imágenes que no quiere inversores: "No hace falta"

  • La compañía malagueña espera alcanzar 30 millones de facturación con su banco de imágenes por suscripción, sin el apoyo de ningún fondo de inversión.
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A sus oficinas, junto a la Catedral de Málaga, llegan propuestas de inversión casi cada mes. Algunos de los fondos  más destacados en España, y otros internacionales, han llamado a su puerta con la intención de invertir. La respuesta siempre es la misma. Los creadores de Freepik, el 'Google español' de las imágenes, lo tienen claro: "No nos hace falta". Su historia es la de una start-up que a pulmón y sin capital externo ha construido un negocio que este año generará, si cumplen sus previsiones, unos ingresos cercanos a los 30 millones. Un crecimiento que les ha permitido repetir en las tres últimas listas de las 1.000 compañías más veloces de Europa, elaborada por el Financial Times.

Freepik se creó en 2010 de una idea de Alejandro Blanes, un diseñador web de Málaga, su hermano, Pablo, y su amigo Joaquín Cuenca. Crearon un agregador de imágenes en internet y su primera fuente de ingresos fue la publicidad. Unos años más tarde arrancan un servicio 'freemium': gratis para todos los usuarios y con una suscripción mensual para poder explotar contenido sin tener que citar a Freepik y para acceder a otros contenidos exclusivos elaborados por los diseñadores de la empresa malagueña.

Los primeros años se dedicaron, principalmente, a poner a punto la herramienta. "Nos centramos en la experiencia de usuario; hasta hace dos años no teníamos departamento de marketing", admite Alejandro Blanes. Para muestra, una cifra: hace cuatro años contaban con 10 millones de usuarios y apenas tenían 7 millones de euros de ingresos. "Está bien, pero es una cifra que se podía optimizar mucho más", apunta. Y eso es lo que han hecho en estos dos últimos ejercicios. En 2018, según sus cifras (aún no han presentado cuentas en el Registro Mercantil), rozaron los 17 millones de euros. Este año esperan rondar los 30 millones (con unos 20 millones de usuarios al mes).

Todo ello lo han logrado sin capital externo, ni inversores financieros. Empezaron con sus ahorros y sólo han ido ganando tamaño como empresa gracias a la rentabilidad del negocio (sus beneficios han rondado los 3 millones de euros en los últimos ejercicios). "Venimos de la vieja escuela; en aquel momento ni había tantos inversores ni estaba tan de moda pedir inversión", explica Blanes.

Esta elección ha sido, incluso, después de recibir muchas visitas de inversores. Reconocen que en los dos últimos años, las peticiones se han intensificado y lo achacan a la aparición en la lista del 'FT'. "Hemos tenido muchas ofertas de socios industriales y financieros y a todos les hemos dicho que no; estamos en beneficios y creciendo, no nos hace falta", insiste. Hoy el 100% de las acciones está en manos de Alejandro y Pablo Blanes. Mantendrán esta estrategia mientras no necesiten otra. 

Con sede en Málaga... pero difícil

La otra peculiaridad de esta compañía es que tiene su sede en el centro de Málaga. Cuenta con un nutrido equipo de desarrolladores en un momento en el que la competencia por este tipo de perfiles se ha incrementado notablemente. ¿Cómo lo han conseguido? "Toda la gente que está aquí se ha formado aquí; no hemos hecho fichajes de grandes estrellas... parte de nuestro éxito es que no tenemos mucha rotación", explica Blanes. "Buscamos que la gente esté contenta, haga cosas chulas... competir directamente sólo con salarios no creo que traiga nada bueno".

En total cuentan con 162 empleados, que se han convertido en un verdadero problema, porque se han quedado sin espacio en las actuales oficinas. Están buscando opciones en el centro de Málaga (no quieren mover a sus empleados al Parque Tecnológico, en las afueras de la ciudad), pero no encuentran nada.  Es imposible. Han contemplado, incluso, la adquisición de la antigua sede de Correos, junto a la céntrica Alameda Principal en la capital, aunque lo descartaron por el enorme esfuerzo inversor que acarrearía. "Hay muy poco espacio; no tenemos apoyo de nadie de las administraciones", lamenta.

En este contexto de fuerte crecimiento de los salarios por la alta demanda de estos perfiles, la compañía ha decidido crear una pequeña escuela de tecnología para jóvenes a los que están formando. El objetivo es ir atrayendo a personas con talento para incorporarlos a la plantilla cuando vayan madurando.

Más competencia... con un laboratorio

Freepik debe competir contra gigantes en el sector. En el segmento de imágenes vectoriales hay competencia procedente de China, donde "nos copian archivos y no podemos hacer prácticamente nada". En el resto, hay compañías grandes como Canva o Pixabay que tratan de hacerse también un hueco.

Para tratar de mantener el pulso en un mercado tan competido, la startup malagueña ha decidido crear un pequeño laboratorio. "Una especie de zona startup dentro de la empresa", apunta el fundador. El objetivo es que un pequeño equipo de desarrolladores para lanzar productos nuevos. "Queremos sacar proyectos y que uno de cada tantos acabe siendo un Freepik", explica. Mientras ese grupo de técnicos buscan la nueva perla tecnológica, sus 'jefes' siguen pilotando la nave... sin la ayuda de inversores.

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