Fridman se reserva la carta de una quita del 30% para dar forma al rescate de Dia

  • El inversor ruso aspira a llegar a un acuerdo con la banca acreedora, entre ellos Santander y BBVA, y sellar su ampliación de capital de 500 millones.
Mikhail Fridman rojo
Mikhail Fridman rojo

Una partida de naipes en la que las cartas se van mostrando poco a poco. El magnate ruso Mikhail Fridman disipó este martes las dudas generadas durante meses sobre si tenía intención de lanzar una oferta de compra (opa) sobre Dia. Ofrece 0,67 euros por cada acción que no controla (tiene el 29%) y, asegura, quiere llegar a un acuerdo con la banca acreedora para desbloquear una ampliación de capital de 500 millones, que el mismo está dispuesto a garantizar. El consejo de administración de Dia no ve "certeza" en la viabilidad de esta oferta pero, a última hora del miércoles, abrió la puerta a la negociación y derribó los muros que le han separado en los últimos meses del inversor ruso.

De momento, sólo hay intención de diálogo, porque Fridman aspira a un acuerdo que no levante discrepancias entre las docena de entidades que han prestado dinero a la cadena de supermercados, entre las que están Santander y BBVA. Sin embargo, el magnate se plantea jugar la carta de una quita, para que las entidades financieras 'perdonen' hasta un 30% del pasivo, según fuentes próximas al magnate.

Este martes, la mano derecha de Fridman recalcó que la opa trata de buscar el consenso con la banca. "Nunca hemos pedido a la banca acreedora una quita de la deuda. Buscamos un diálogo abierto con los bancos y lograr un acuerdo para alcanzar una estructura de capital viable en el largo plazo", recalcó Stephan Ducharme, principal ejecutivo de L1 Retail, la cadena de distribución de Fridman que controla a través de su brazo inversor LetterOne, el mismo con el que ha lanzado la opa.

Fridman asegura que está comprometido a respaldar una ampliación de capital de 500 millones de euros, pero vería con buenos ojos un guiño de los acreedores para garantizar la viabilidad de la empresa y reforzar sus fondos propios sin necesidad de llevar su voluntad de inversión hasta el límite. Además, ya ha reconocido que la ampliación está condicionada, porque sólo la haría "tras la liquidación de la opa voluntaria".

El inversor ruso considera que esos 500 millones son suficientes para "dotar a Dia de una estructura de capital viable a largo plazo". Se compromete a "suscribir la parte de la ampliación de capital que le corresponde de forma proporcional y a asegurar el balance restante". Eso sí, siempre que la cadena de supermercados "llegue a un acuerdo con los bancos acreedores en lo referente a una estructura de capital viable a largo plazo para Dia", según reconoció a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) al anunciar su opa.

Esos 500 millones de euros que propone inyectar Fridman son inferiores, por sólo 100 millones, a la inyección de capital que hace sólo unas semanas 'pactaron' los bancos acreedores con la actual dirección de Dia. Una aportación de 600 millones que consideraron indispensable para seguir adelante con la reestructuración de la deuda financiera de la compañía y en la que Fridman tendría que participar si no quiere ver difuminada su participación. Una línea roja, que además, ahora tendrá que redefinirse cuando el inversor ruso se siente con los bancos.

Para seguir operando con normalidad, los bancos acreedores de Dia le confirmaron este miércoles que le darán un respiro adicional con sus líneas de liquidez, estimadas en 765 millones, que prorrogan su vencimiento hasta marzo de 2023. Eso sí, siempre que selle la ampliación de capital de 600 millones y ejecute el plan de desinversiones, que contempla la venta de la cadena de perfumerías Clarel y del 'cash & carry' Maxi Dia, por más de 100 millones de euros.

La cifra exacta de la deuda financiera de Dia a 31 de diciembre será una incógnita hasta el próximo viernes. Ese día la compañía presentará los resultados del último ejercicio y hará una foto de cómo está la compañía tras vivir los meses más convulsos de su historia. El último dato oficial corresponde al 31 de octubre. Entonces sumaba un pasivo con la banca de más de 1.400 millones de euros. Cifra que, previsiblemente, superará.

A esa deuda financiera suma los 905 millones de euros de la emisión de bonos que mantiene en Irlanda. De ellos, más de 300 millones vencen este año, en julio. La necesidad de hacer frente a los acreedores de esta emisión requerirá, al menos en parte, la inyección de capital adicional que o bien realice Fridman o bien algún otro inversor que apueste por el futuro del grupo de supermercados.

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