Caixabank y Bankia, a través de sus respectivos bancos de inversión, Morgan Stanley y Rothschild, siguen negociando los flecos sueltos de la que será la fusión más importante en España desde los años 90. Pese a los vaivenes que se están viviendo en los últimos días ambas entidades financieras mantiene el calendario de fusión que manejan desde que el 24 de agosto se formalizó el 'pacto secreto' para poner en marcha la operación. De esta forma, se prevé que se celebren dos consejos de administración paralelos esta misma semana para dar un paso más en la 'boda' auspiciada por el Banco Central Europeo (BCE), sobre todo tras la publicación de su guía, que espera tenga el visto bueno definitivo en noviembre.
Los consejeros de ambas entidades llevan varios días con esta semana marcada en rojo en el calendario, según confirman a La Información fuentes conocedoras. En un inicio se valoró el pasado domingo como la mejor opción para llevar a cabo la reunión, pero finalmente se decidió retrasarla y celebrarla en los próximos días. Pese a que aún no están convocados, los máximos representantes de las entidades están alertados para que esta misma semana se lleve a cabo la aprobación de la gobernanza, es decir, quienes serán las cabezas visibles de la nueva entidad, así como también la definitiva ecuación de canje.
El tema de la gobernanza parece estar más que encauzado, cuando menos en lo que respecto a los primeros espadas del futuro banco resultante. José Ignacio Goirigolzarri, actual presidente de Bankia, será el que ocupe este puesto en la nueva entidad mientras que Gonzalo Gortázar, ahora CEO de Caixabank, continuará encabezando la gestión en el futuro banco. En el caso de la ecuación de canje, que determinará el peso de cada uno en la futura 'CaixaBankia', es diferente. Pese a que las líneas maestras están trazadas, con un peso de tres a uno, el porcentaje de prima que se llevará la antigua Caja Madrid aún está por afinar y terminará de cerrarse esta semana.
Una vez que el consejo apruebe estos dos puntos, se debe solicitar un informe independiente al Registro Mercantil, con el fin de que se certifique que la ecuación de canje es la adecuda. Este trámite tardaría, según fuentes conocedoras, alrededor de un mes. Será entonces cuando los consejos de administración de ambas entidades vuelvan a reunirse -a mediados o finales del mes de octubre- para aprobar sendas convocatorias de junta de accionistas en las que se darán a conocer los pormenores de la operación para su votación por parte de los propietarios de los títulos.
De acuerdo con la Ley de Sociedades de Capital, esta debe convocarse con, al menos, un mes de anticipación a la fecha de celebración. Es por ello que, siguiendo con el calendario, se espera su emplazamiento para finales del mes de noviembre. Será entonces cuando los accionistas den el visto bueno a la 'boda' de las antiguas cajas y pueda comenzar el proceso de autorización de los reguladores y supervisores que, debido a la situación, se prevé fácil de salvar.
El escollo final está en la participación de la Fundación La Caixa
Los altibajos que han sufrido las negociaciones en los últimos días tienen que ver con la ecuación de canje. La opción inicial contemplaba una prima del 20% para la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri, pero tras el anuncio de las negociaciones hace apenas dos semanas Bankia se disparó en bolsa, pasando de cotizar a 1,04 euros por acción a los 1,38 en los que ha cerrado este mismo lunes. Esta subida supone un aumento del 33%.
En cambio, en el caso de Caixabank, pese a haber experimentado una subida importante desde el anuncio de la operación, las cifras no se pueden asemejar. La entidad catalana cerró el jueves 3 de septiembre a 1,82 euros y este lunes lo hacía a 2,01 euros. Estos datos dan como resultado una revalorización de los títulos del 10,43%, diferencia con su futura pareja que consideran suficiente como para renegociar los términos de la prima a Bankia, punto clave en las negociaciones.
Sea como fuere, no parece que vaya a haber marcha atrás. Entre otras razones porque un desacuerdo sería gravemente penalizado por los mercados que han dado la bienvenida a la fusión. Precisamente ha sido la euforia bursátil la que ahora obliga a repensar algunos de los aspectos básicos inicialmente acordados pero en todas las fuentes consultadas existe la convicción de que las negociaciones están encaminadas y las entidades financieras condenadas a entenderse.
La subida de Bankia en bolsa se ha comido la prima pactada del 20% y ahora se buscan fórmulas para resarcir al Estado como socio de referencia del banco resultante
La prima pactada inicialmente como contrapartida para Bankia es del 20% que lógicamente ha sido absorbida por la evolución de la cotización en bolsa en estas dos últimas semanas. El debate ahora reside en determinar si dicha mejora de la valoración debe sumarse al incremento de la cotización del banco público o, si por el contrario, existen fórmulas que permitan a los accionistas de Bankia, con el FROB a la cabeza, resarcirse o compensar de algún modo la ecuación de canje. Todo ello con el fin de no desgastar la valoración de CaixaBank y, más concretamente, de no rebajar la participación de la Fundación La Caixa en el futuro banco resultante.
Fainé ha establecido su línea roja en que la entidad que preside asegure un 30% como mínimo del banco fusionado. La cuestión es que su interlocutor de enfrente es el mismísimo Estado que, dispone del 61% de Bankia. Las dos partes tratan ahora de limar las aristas propias de toda negociación pero no se olvide que son muchos los intereses en juego. Como aseguraban ayer en fuentes oficiales, "emoción habrá hasta el final pero lo más lógico es que todo termine con un rápido acuerdo".
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios