Continúan las negociaciones

La responsabilidad civil en el juicio de Bankia no trastocará la fusión de Caixa

Rothschild y Morgan Stanley afinan la ecuación de canje que solo se podría ver modificada por la imposición de una multa a la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri. 

José Ignacio Goirigolzarri, Bankia
José Ignacio Goirigolzarri, presiente de Bankia
Europa Press

Rothschild y Morgan Stanley ultiman los flecos de la ecuación de canje de la fusión entre Caixabank y Bankia que se presentará a los consejos de administración de ambas entidades que, presumiblemente, se celebrarán esta semana. Una de las dudas que estaban sobre la mesa era la posibilidad de que la decisión de la Audiencia Nacional sobre el papel del banco en el denominado caso Bankia tuviese alguna influencia a la hora de calcular la fórmula que se aplicaría para integrar ambos bancos, pero la realidad es que una hipotética reclamación de la responsabilidad civil no trastocaría este cálculo, confirman a este medio fuentes conocedoras. 

La entidad ha indemnizado en los últimos años a la mayoría de los pequeños accionistas que, de una u otra forma, se vieron dañados por la salida a bolsa del banco. A través de este movimiento, la entidad ha consignado y pagado cifras milmillonarias, saldando casi la totalidad de las reclamaciones que se pudieran realizar en este sentido. Por ello, y pese a que de fondo consignado en sede judicial queda apenas una pequeña parte, el sentido que finalmente adopte la sentencia en lo que se refiere a esta parte no tendrá impacto sobre la ecuación de canje, confirman fuentes conocedoras. 

En cambio, lo que sí lo tendría sería la imposición de algún tipo de sanción económica, un extremo que, pese a no parecer probable, según indican fuentes conocedoras, sí es una opción. Este hecho supondría un descuadre importante para la fórmula que ahora afinan los bancos de inversión y que se maneja con un encaje de tres a uno -tres para Caixabank y uno para Bankia-, en la que se incluirá una prima para la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri. 

Sea como fuere, la decisión final de la Audiencia que se prevé inminente y que se lleva esperando desde hace más de once meses tiene una relevancia extrema si se tiene en cuenta el momento en que saldrá a la luz. La unión de Caixabank y Bankia es la mayor operación bancaria en España desde finales de los años 90 y las páginas finales de la sentencia serán determinantes para que esta llegue a buen puerto, esta vez sí, tras la intentona de 2012. 

Si finalmente nada cambia los planes que ahora se manejan, la entidad resultante contaría con la Fundación La Caixa a través de Criteria como principal accionista. Actualmente, el organismo que preside Isidro Fainé cuenta con un 40% del banco catalán y, tras aplicar el canje, se quedaría con alrededor de un 30% del capital de la nueva 'CaixaBankia', línea roja que habría marcado el propio Fainé al inicio de las conversaciones. El segundo propietario sería el Estado a través del FROB, que actualmente cuenta con un 62% de la antigua Caja Madrid y que pasaría a ostentar algo más de un 15% de la nueva compañía.

En tercera posición se quedaría uno de los denominados 'dueños' del Ibex, el fondo norteamericano Blackrock que, de mantener la posición actual, tendría cerca de un 3% en la entidad resultante de la fusión. Rothschild y Morgan Stanley presentarán ante los consejeros de ambas entidades esta misma semana la ecuación definitiva de una operación histórica que se llevará a cabo en tiempo récord. Los máximos órganos de Caixa y Bankia se reunieron a la vuelta de vacaciones, en los primeros días del mes de septiembre, para autorizar la 'due dilligence'. Apenas dos semanas después, recibirá luz verde. 

José Ignacio Goirigolzarri y Gonzalo Gortázar se convertirán, si todo sale según lo previsto, en presidente y consejero delegado de la nueva entidad respectivamente. El futuro banco nacerá como el mayor en España, con más de 650.000 millones de euros en activos y solo superado por Santander y BBVA en entidades de bandera española a nivel mundial. El pistoletazo de salida de la época de nuevas fusiones ya se ha dado y desde el Banco Central Europeo y el Banco de España, supervisores que deben dar el visto bueno a la operación, se alientan nuevas 'bodas' tras la pandemia mundial que ha dejado la rentabilidad, ya de por sí baja, en mínimos. 

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