Unicaja y Liberbank ya han comenzado el proceso formal de integración después de que el pasado martes sus consejos de administración dieran luz verde al proyecto de fusión. Este mismo miércoles Manuel Azuaga y Manuel Menéndez, presidente y consejero delegado del futuro banco combinado, respectivamente, han presentado ante los analistas la hoja de ruta que se abrirá a partir de ahora. En ella destaca, entre otras cosas, la intención de pagar un dividendo de hasta un 50% de los beneficios a sus accionistas una vez que el Banco Central Europeo (BCE) levante las restricciones que ahora pesan sobre el sector.
"La intención es proponer en el futuro un 'payout' del entorno del 50% una vez la situación macroeconómica y sanitaria se haya estabilizado", señaló Azuaga. "Antes, está claro, seguiremos las las recomendaciones del supervisor", añadía. En este sentido, ha señalado que la entidad resultante "estará en una buena posición para pagar dividendos o recomprar acciones", sobre todo si se tiene en cuenta que contará con uno de los colchones de capital CET1 más elevados del sector.
La que será la quinta entidad financiera en España con más de 109.000 millones de euros en activos espera conseguir las autorizaciones regulatorias, último paso para comenzar la integración efectiva, como muy tarde, durante el tercer trimestre de 2021. Antes de llegar a este punto, las antiguas cajas deben recibir el informe independiente que solicitará el registro mercantil de Málaga para atestiguar que el acuerdo al que han llegado es el mejor.
Una vez que se obtenga este informe, los consejos de administración de ambas entidades volverán a reunirse para convocar las juntas de accionistas que aprobarán la operación y se celebrarán, previsiblemente, a finales del primer trimestre de 2021.
Tal y como se venía comentando en las últimas semanas, la operación de canje final de la fusión ha quedado establecida con un reparto del 59,5% del capital para Unicaja y 40,5% para Liberbank. El punto de discusión surgido a apenas unos días del cierre de la operación, la posibilidad de limitar el mandato del consejero delegado en el tiempo, quedaba solventado el pasado domingo, cuando se acordó que sería el consejo de administración el que evaluaría, cuando la presidencia dejase de ser ejecutiva, la idoneidad de Menéndez para continuar en el cargo.
Ante la polémica suscitada alrededor de este asunto, una de las preguntas formuladas por los analistas durante la presentación del proyecto tenía que ver con las responsabilidades que tendrán presidente y consejero delegado, respectivamente, en el futuro banco. "Las responsabilidades se mantendrán según los esquemas actualmente vigentes de Unicaja Banco", ha señalado Azuaga para responder escuetamente a la duda.
Este consejo de administración estará formado por un total de 15 miembros, de los cuales nueve serán de la antigua caja andaluza y seis de la heredera de Cajastur. La mayoría de las sillas -siete- serán para representantes de los accionistas mayoritarios, es decir, estarán ocupadas por consejeros dominicales. Además, de acuerdo con el proyecto de fusión, la nueva entidad cumplirá con la recomendación del 30% de mujeres en su máximo órgano que marca el código de buen gobierno de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
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